La campaña electoral presidencialista arrancó de oficio el 4 de julio y las elecciones deberían ser el próximo 28 de los corrientes, si todo sigue en la normalidad. Los convocados y convocadas deben tener una visión clara de lo que nos jugaremos en estos comicios, habrá que tener en mente, pensar, conocer y saber sobre los temas que no se han debatido sobre los principales y cruciales problemas a resolver, sobre el voto al candidato de su preferencia o si decide no votar por nadie, como expresión consciente, racional y crítica, por considerar que los candidatos no expresan lo que es deseable y justo para el país. Asistimos desde hace tiempo a una campaña electorera saturados como estamos de subterfugios en la política por parte de los que le sacan partido a una manera de vivir una existencia vacía de verdaderos contenido, en momentos tan espinoso de nuestra situación política, económica, social, jurídica e ideológica, de lo que nada se dice, ni se hace nada al respecto ni siquiera se toca, porque eso es caca. Vamos a confiarle las riendas del Estado a estas marionetas del sistema electoral venezolano, de la trampa y la triquiñuela, de las zancadillas entre los candidatos a tono con esta manera de hacer las cosas, pero cuando se les increpa por los desafueros dicen, esta boca es mía, y ni pío sobre la recuperación nacional en su económica de cara al próximo semestre a partir del 29 de julio. El que gane va a tener que sortear la realidad de cuanto se ha planteado hasta ahora, entre los temas prioritarios de las políticas públicas del país, y de los cabos sueltos que se fueron desatando cuando se montó la estrategia por parte del régimen para las elecciones, levantando polvaredas desde que se vieron frente a las posibles candidatas que por subterfugios jurídicos y políticos sacaron del escenario, luego vino el diferendo con Guyana y el referéndum, para ganar tiempo y cambiar la bombona de oxígeno. El cambio de fecha para las elecciones favorecerá a quien sea electo, ya que no tendrá que rendir memoria y cuenta frente a la Asamblea Nacional, genuflexa al nimamismo.
El papelón de NiMaMo fueteando el tarjetón que sujetaba el malencarado psiquiatra, teniendo que asumir su derrota de no haber podido blindar la campaña electoral oficialista y jugarle quiquiriguiqui durante todos estos años, donde el que menos puso sus barbas en remojo para la estampida que ocurrirá cuando nos veamos las caras frente a las urnas y tengan que salir por la puerta trasera de la historia, en una realidad que la pintan calva, y con dos pelucas, entre el candidato de los atornillados que aspira gobernar en un tercer mandato que debería iniciarse en 2025. Toneladas de propagandas, despilfarro como nunca en Venezuela disponiendo los recursos públicos para amagar el triunfo de NiMaMo, quien en once años no ha hecho sino buscar excusas a diestra y siniestra que no le ha permitido gobernar, aunque sí vivir él y los suyos a cuerpo de rey, mientras el pueblo ha tenido que soportar el sufrimiento de los embates de las malas políticas económicas, que no han beneficiado a los más necesitados, ni cubierto sus gastos y manutención. Ahora, a una semana de las elecciones, sale todo lo que se represó por años, más harina, más pasta, más azúcar, más granos, más aceite, más bonos, medicinas, zapatos, ropa, mercados, con lo cual se trata de comprar conciencias a cambio de votos, como si eso pudiera cambiar la realidad vivida, sentida, padecida y sufrida por la población, a la que no se le ha hecho justicia con los sueldos y salarios, sino puro bozal de arepa como hacían los adecos y los copeyanos, con los recursos de la nación, del que hacen lo que les venga en ganas. Quién controla, quién audita, quien se hace responsable por los fraudes, la corrupción, el despilfarro que vemos por parte del gobierno.
Mencionaremos solo algunos de los más importantes fiadores con los que nos ha endeudado la administración NiMaMo, chinos, rusos, iraníes y sus corporaciones, más la de los gringos que explotan nuestras reservas y los recursos en todo el territorio nacional y la zona en reclamo del Esequibo. Preocupaciones que les roban el sueño a estos improvisados saltimbanquis de la política nacional; sin que se rinda cuenta de los ingresos y egresos de la tesorería. Eso es un secreto a voces, porque hay mucho corrupto en la lista de los altos funcionarios del régimen, pero pocas son las cuentas claras al respecto; nadie sabe con certeza a dónde ha ido a parar tantos millardos sustraídos a la nación desde que en mala hora este hacedor de milagros con escapulario ajeno, nos colocó en esta posición de subyugamiento ante el mundo, cuando fuimos hace una década, un referente de primer orden para el hemisferio occidental, y los países del tercer mundo. Y de la situación de los migrantes, por cierto, circula por los medios que vieron a NiMaMo con una mochila en la espalda, pidiendo al gobierno de Panamá que no alambre todavía el paso por el Darién; estará pensando migrar también de este desastre suyo. La situación la pintan calva, es forzosa la marcha que nos ha tocado seguir para quienes nos quedamos aquí frente a la muy delicada y compleja situación, dadas las circunstancias históricas que se cumplen como un sino que nos advierte hacia dónde apunta la realidad, pese al paso del tiempo que inexorablemente pondrá las cosas, más temprano que tarde en su justa dimensión y en el sendero correcto.
Nuestra historia está llena de aspectos que pudieran pasar por anécdotas como algunas fechas que marcan grandes acontecimientos o cambios en el escenario patrio, como cuando en 1813 Bolívar liberó a Caracas, y se labró el título distinguido de El Libertador, un siglo después en 1913 se instaura la férrea dictadura gomecista por 27 años, a los que habría que agregarle los gobiernos de Eleazar y Medina. Pudiera ser plausible la hipótesis en desarrollo de razones de Estado, como el golpe de Estado de Betancourt y jóvenes militares de la Academia Militar, para dar inicio a la IV República, hasta que en 2013 asumió por petición de Chávez a los chavistas y a quienes le acompañaban desde las distintas agrupaciones políticas venezolanas, sobre todo de izquierda, y que nos ha conducido a esta polarización entre dos bandos que han cogobernado la nación, uno legitimado por las instituciones nacionales y otra electa por las internacionales, desde subterfugios amañados por el sistema de democracia que impone el imperialismo sobre el hemisferio, desde la democracia burguesa neoliberal, y entre nosotros la burguesía y oligarquía revolucionaria, donde se puede apreciar cómo viven los del alto gobierno y quienes los sostienen en el poder a través de un sector de las fuerzas armadas, que avala el nepotismo gubernamental.
A partir de 1989 se gestó un proceso que irrumpió en la política por parte de patriotas civiles y militares, que van a acabar con la IV República, a raíz de los dos intentos de golpe de Estado del 4F y 27N del 92, que impulsará la candidatura del comandante Chávez y un proceso de cambios inéditos que llevaron al país a salir de los viejos partidos políticos desgastados y vueltos cascarones vacíos, copando los espacios públicos con más participación y protagonismo del pueblo, trabajando mancomunadamente con su líder, que llevó a Venezuela a situarse en el concierto de las naciones con voz propia y una actitud desafiante frente al imperio estadounidense, dándole al país el poder desde los cinco poderes públicos, para un cogobierno pueblo y autoridades electas, en franca combinación de objetivos nacionales, de manera democrática, y cambiando el viejo sistema bipartidista, por el nuevo pluripartidista, donde se enfrentaron las izquierdas contra las derechas. De cuanto se alcanzó a esta parte del proceso no queda sino un vacío y la ausencia de ese fervor por parte de la gente, que a fuerza de tener que vivir de limosnas que desde el Estado suministran a los más necesitados, que no siquiera alcanza para las ingentes necesidades que a diario hay que afrontar en el país, donde el bloqueo a golpeado al pueblo, no a los miembros del régimen, que han tenido una vida holgada y hasta de lujo.
Venezuela requiere de hombres y mujeres probos, honestos y responsables, que asuman sus compromisos, y que den la cara al país, y le digan la verdad. Que no mientan y manipulen, que es lo que han hecho oficialistas y oposicionistas, tocará decidir a quienes se les va a entregar el cuido de la nación. Esta polarización junto con las presiones internacionales que abogan por uno u otro bando irreconciliables, nos colocan en una disyuntiva a futuro, cuando tengamos que jugarnos la estabilidad del país nos la estabilidad del país, cuando hayamos decidido quién asumirá las riendas una vez quede elegido el 28J. El Estado nación continuará sin duda, la República nacida en 1811 también, pero ya nada volverá a ser lo que era en el país ni en la región, una vez que pasemos la hoja desde el mismo 29J, que significarán el curso de acción de la V República, hoy en terapia intensiva por la gravedad de la situación planteada, donde una población de 29.4 millones de habitantes, distribuidos en sus 916,000 km², en los cuales la densidad de población es de unos 34 habitantes por km², donde se decidirá qué tocará hacer para seguir adelante, llueva, truene o relampaguee.
Es bueno aclarar que son muchas las cosas que nos deben aclarar los diez candidatos que pretenden optar por la primera magistratura, y si sus cartas de presentación y su programa tiene sustentación objetiva en beneficio de toda la nación, sin ningún sesgo y preferencia entre los venezolanos ante la ley. Qué se hará con la nefasta práctica del nepotismo o enchufismo en la función pública, ese trato favorable a funcionarios o empleados públicos, práctica común de los criollos, otorgándole cargos y beneficios a familiares, camaradas y beneficiarios de los negocios públicos, una flagrante violación de los derechos humanos y del principio de igualdad de oportunidades entre los funcionarios públicos, un ejemplo palpable lo hecho por NiMaMo. Lo practicó la Iglesia Católica en la Edad Media al designar a familiares en cargos en la institución. También Napoleón al colocar a su hermano como rey de España, en clara violación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y más recientemente lo hemos padecido en el ámbitos público o privado.
Esta campaña ha sido reforzada día a día desde el gobierno que se mantiene atornillado al poder, desde donde controla a troche y moche, y de una oposición empeñada en asaltar el poder por cualquier vía disponible, políticas que aspiran a alcanzar el mando desde las instituciones, que pueden ser manejadas por un déspota o dictador, oculto en el ropaje democrático, con diferentes máscaras de personalidad, que no van en favor del pueblo, y menos del país, porque los beneficiarios son otros, las minorías, a quienes se ha atendido desde el gobierno, con quienes han llegado a acuerdos para la gobernabilidad. Esta realidad impacta desfavorablemente para las masas, por no actuar soberanamente, sino dejarse gobernar asistencialmente, sin tener autonomía popular, menos contraloría frente al poder difuso en la nación, por parte de quienes trabajan en Miraflores. Si de referencias se trata, tomemos las de Bolívar y las republiquetas, que tomó entre los autores clásicos, y que en su correspondencia planteó aquellas virtudes políticas de líderes como Alejandro el Grande, Julio César y Nerón, o los fundadores de repúblicas como Teseo, Licurgo y Pompilio. Fueron propuestas sobre una confederación para consolidar las independencias entre las nuevas repúblicas hispanoamericanas. Habrá algo de eso hoy en día en Venezuela que la favorezca o es todo lo contrario. Sobran ejemplos en la historia. Sin una república seríamos como parias, sin ciudadanía, y una reversión de valores. Al pan, pan y al vino, vino.
Toda campaña electoral es un despilfarro inmenso de recursos, el cual podría servir más bien para levantar la economía que no termina de salir a flote desde hace una década, a lo que debemos sumar que nadie audita ni controla lo que se gasta en propaganda por todos los medios físicos y audiovisuales, por parte de un gobierno que no tiene para aumentar los sueldos y salarios, pero sí para proselitismo político. Qué porcentaje de aceptación o de rechazo asoma esta actuación del régimen, que en tres semanas de campaña echó la casa por la ventana, y el CNE y los sensores ante los 10 candidatos presidenciales, los que dejaron que se inscribieron para competir contra el candidato presidente obrero NiMaMo. Cuánto está costando la campaña, alguien lo sabe, es acaso una necesidad urgente para la patria, con la cantidad de basura electoral que se genera, contribuyendo al deterioro del medioambiente, y de la mala imagen para el abanderado del oficialismo. Pero los temas prioritarios por abordar y es preciso que así se sepa, para despejar dudas en cuanto a si hay o no nuevas propuestas por parte de los candidatos respecto de los niveles de corrupción existente, que se han incrementado año tras año desde 2013 hasta la fecha que corre, cuando escribimos este artículo para aporrea. Qué de los negocios públicos, a cuantos han favorecido y cuáles han sido los beneficiados, cuando no hay dinero para pagarles a los trabajadores y trabajadoras, ni incrementos salariales que posibiliten el vivir bien para las personas que habitamos en Venezuela. Quisiéramos que nos respondieran esta inquietudes los candidatos, y no el tirarse puntas entre los candidatos a escasos días para las elecciones.