Obligatorio votar por Nicolas Maduro

A pesar de todos aquellos chavistas de corazón, que sienten mucha arrechera, como bien dice Pérez Pirela en sus excelentes últimos programas Desde Donde Sea, mostrándonos la verdad por todo el cañón (1). Pero se sabe, no hay peor ciego que el que no quiere ver ni peor sordo el que no quiere oír.

Estuve disfrutando una muy buena película sobre Albert Einstein, dirigida por la italiana Liliana Cavani, realizada por la RAI (2). También semanas antes una serie de seis capítulos de una hora, siempre en la RAI italiana, sobre la bomba atómica, su construcción y desarrollo, serie que tiene de muy especial haber sido realizada a principios de los años sesenta y contiene entrevistas directas a todos sus protagonistas (3). Aprendí mucho sobre todo que ahora la amenaza de la Tercera Guerra Mundial, termonuclear, está sobre nuestras peores y probables previsiones.

Me recordó el sabio Einstein, en aquella película sobre su vida, que hay solo dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Aquí enlazo: nada más estúpido que votar por un tal Inmundo, con el perdón de ser tan prosaica y poco elegante.

Y un poco más arriba, hablando de previsiones, ¡les aseguro sin ser para nada triunfalista, que ganaremos!

Apreciados lectores, permítanme echar mano de una reflexión brillante, muy a propósito del momento y de tantas dudas que, de seguro, surgen en períodos y días claves como éste del próximo veintiocho de julio:

"ahora en la madurez de los eventos políticos, ya no consideramos que la revolución es un edén político, con los dirigentes perfectos, los pueblos impolutos, los jueces infalibles. ¡De ningún modo! Admitimos que la revolución conlleva errores, desajustes, desvíos, estigmatismos. Pero la asumimos con su haz y con su envés, con su luz y con su sombra, con su amplitud. Porque aún con todos los malogros, con todas sus carencias, la revolución sigue siendo para nosotros la única posibilidad que tiene el ser humano de recuperar su dignidad y realizarse a sí mismo. La única posibilidad mediata o inmediata en los casos de rescatarse de la alienación en que diariamente nos sumen el orden capitalista, la prisión colonial …"

Se lo escuché al señor Isidoro, una tarde de librería mediática, cuando hablaba sobre los libros de Eduardo Galeano. A pesar de haberle preguntado la confirmación de su autoría a María Alcira Matute, nunca respondió mi correo.

Apreciados lectores, busco un artículo que le dediqué a Walter Martínez, otro uruguayo más, cuando estábamos, al igual que hoy, en pleno desarrollo de una contienda electoral, y, modestia aparte, admiro mi escritura y mi petición al admirado Walter que, tristemente, hoy no entiendo.

Pero rescato sus propias palabras, escuchadas en un cierre de su programa Dossier, tomadas de mi artículo mencionado (4):

"una de esas noches tormentosas, al finalizar tu gran programa Dossier, cerraste con este broche de oro, que me cayó como lluvia fresca calmando mis angustias, por venir de una figura tan admirada y coherente que despejaba toda la polvareda que amenazaba con sepultarme:

"…Este proceso sigue adelante en pleno desarrollo, es la realidad que tenemos, le guste o no les guste a algunos, puede ser imperfecta, pero tiende a lo correcto y a lo que es poner al ser humano por encima de los intereses"

Yo Walter comulgué con tus palabras, con tu sentir, con tu gran reflexión."

Continúo armonizando con ese antiguo sentir, el mismo del hombre que escribió la reflexión de arriba: tenemos que ver el árbol como un todo y no solo escudriñar sus ramas. Sobre todo, apreciar el fin supremo, el humanismo que se destaca y se trabaja intensamente en la revolución bolivariana, continuar con la incesante tarea antimperialista que heredamos de Simón Bolívar, que rescatamos con Hugo Chávez, privilegiar nuestra soberanía y dignidad como país que parió al Gran Libertador de América.

Votaré con gran orgullo por Nicolás Maduro este veintiocho de julio. Por encima, muy por encima, de mis propias arrecheras, que también las tengo y a menudo he utilizado este portal para hacer catarsis:

Sin ir más atrás al dos mil siete, cuando estuve a punto de caramelo de perder un apartamento que me dejó mi padre constructor, por vía de la mal planteada ley revolucionaria de arrendamiento (5).

Ahora mismo en este dos mil veinticuatro, llevo desde noviembre del pasado año aguardando con santa paciencia, pero más bien muy resignada, a punto de tirar la toalla, a que me dé una respuesta la Comisión de Ambiente de la Asamblea Nacional, comisión dirigida por el chavista dirigente político psuvista Ricardo Molina.

También desde marzo pasado llevo aguardando que nuestro fiscal general poeta, William Tarek Saab, responda sobre la denuncia que le hice, de destrucción de bosque virgen, varios centenares de hectáreas en plena selva de Bolívar, donde la familia posee una empresa agropecuaria desde los años cincuenta.

En esas tierras lejanas, sin que le llegue ni luz eléctrica, muy distantes de los centros poblados y de centros de atención médica, mi hijo menor acaba (este mismo mes de julio) de sufrir intensamente una malaria doble, infectado por plasmodium vivax, pero también por plasmodium falciparum. Mis dos jóvenes hijos, venezolanos, universitarios, muy comprometidos con Venezuela se dedican a tiempo completo, ¡en estos tiempos!, a sembrar y velar por la seguridad alimentaria, en condiciones inhóspitas, sin pensar en huir cómodamente a Europa, siendo además italianos con su doble nacionalidad.

Apreciados lectores, entiendo que estas arrecheras mías puedan parecerles de impacto menor frente a las grandes dificultades para hacer mercado hoy en día, pero… ¿creer en Inmundo? ¿Depositar la confianza en lo más rancio de la oligarquía vendida a Estados Unidos? ¿Justamente a los responsables directos de esta situación que vivimos desde 2014?

Haceme el favor, decía mi madre con su italiano venezolanizado.

Le recordé a mi hermano, contestándole un mensaje sobre lo "admirable y diferente" de este desconocido anciano emulando a Biden, siendo manejado como marioneta, la frase vulgar napolitana (del vulgo-pueblo) que escuchábamos a veces de la boca histriónica de nuestra amada madre: fanmi il cazzo del piacere!

Así que pues, a votar por Nicolás Maduro, obedeciendo con gusto, con lealtad, con mucha conciencia, la orden de Hugo Chávez el 8 diciembre de 2012:

Tan claro como la luna llena, hay que votar por nuestro presidente obrero que ha demostrado suficientemente tener muchas más neuronas que tantos intelectuales, que han caído en esa grande, enorme, infinita estupidez humana, de la cual justamente nos alertaba uno de los sabios más grandes del siglo XX.

Nota: he apostado con dos escuálidos por lo que ganaré doscientos verdes para comprarle la comida de los gatos en la comunidad donde vivo. Pues Misión Nevado no se da abasto y la Alcaldía de Baruta brilla por su ausencia, o más bien muy ocupados en pensar cómo cobrar parqueos en las aceras de calles donde no hay estacionamientos.

 

  1. https://www.youtube.com/live/Xvg4i7aV_w0?si=Jp8FWjYQU_zbsB5Z

  2. https://youtu.be/Tr4GyEHn4xU?si=I0F069ZXO1NG0ZLk

  3. https://youtu.be/4qjhhdFEWHw?si=risn7QYMWXvHRKf_

  4. https://www.aporrea.org/ideologia/a307684.html

  5. https://www.aporrea.org/actualidad/a153394.html

 

 



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Flavia Riggione

Profesora e investigadora (J) Titular de la UCV.

 flaviariggione@hotmail.com

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