Ayer, lunes, había mucha gente en las playas aquí donde vivo.
Sé que son las vacaciones escolares, sin embargo, me preguntaba, ¿la gente no trabaja?, y, ¿de dónde sacan la plata para venir a la playa con un montón de niños que siempre andan pidiendo chucherías y refresco?
Bueno, aunque podría inventar un montón de respuestas a esas preguntas, realmente no tengo respuestas.
De todas maneras …
Pasaron las elecciones, y ahora todo volvió a la normalidad aquí en este sector de La Guaira donde vivo. El agua por tubería llegó una sola vez en 3 semanas durante pocas horas y la luz se ha ido por lo menos 16 veces (dos veces hoy mientras escribía este diario). Ayer se fue la luz durante más de 6 horas y el otro día cuando se fue varías veces consecutivas, con masivas fluctuaciones, a una vecina se la quemó el aire acondicionado, y a otra vecina se le quemó otro aparato eléctrico. Seguramente, así como ha sido durante los 6 años antes de estas elecciones, la luz se irá ahora regularmente, como normal, quemando más y más aparatos eléctricos y dejando a la gente sin aire acondicionado en este calor extremo que jamás se había sentido antes por estos lados.
Gracias a este gobierno, nos estamos empobreciendo más cada día ya que nos queman los pocos aparatos eléctricos que tenemos, los cuales no podemos reemplazar debido a la falta crónica de dinero.
Y, con respecto al agua, bueno, ya que no nos llega el agua excepto muy rara vez desde hace más de 7 años, sin mejoría alguna (de hecho, es peor cada vez), bueno, debemos seguir comprando agua de cisterna, la cual nos está costando ahora $40 mensuales, cuando nuestras pensiones son de solo $3,50 mensuales y no más de $10 mensuales con los bonos del gobierno.
¿Cómo vivimos entonces?
Yo no soy ningún ladrón, ni nadie en la familia tampoco, ni tampoco somos personas conectadas a la corrupción del gobierno y Estado venezolano (la pandilla madurista, ver más abajo), tampoco somos unos vivos, ni tampoco nos prostituimos, ¿entonces?
¿De qué vivimos?
¿Y cómo?
Bueno, voy a hablar de mi caso personal, yo no tengo ningún otro ingreso fijo aparte de mi pensión, la cual antes de que el actual presidente de Venezuela llegara al poder en el 2013, era de casi $500 al mes (hoy $3,50 al mes).
Lo que estoy haciendo para sobrevivir, aparte de vender chucherías en las playas para poder comprarme lo que generalmente no viene en la bolsa del CLPA, como jabón, cloro, pasta dental, desodorante, harina de trigo para hacer mi pan, mantequilla una vez al año, mostaza, café, sal, papas, cebollas, zanahorias, ají, ajo, y carne o pollo una vez al mes o cada dos meses, es de vender lo poco que tengo, mis herramientas por ahora, y después serán mis pinturas y materiales artísticos, mis pinceles, mi guitarra, mi cuatro, mis micrófonos, enseguida mi ropa, y así sucesivamente hasta terminar en la ruina total.
Tal vez debería vender mi cuerpo, ¿verdad?
Bueno, he perdido 8 kilos hasta ahora, pero bueno, es difícil mantener o aumentar su peso sin comer proteínas, ¿verdad?
Ese es el problema, entonces, empecé a pescar para comer, y espero que eso me ayudará, si no, terminaré como un esqueleto y moriré. Espero que ningún policía me venga a decir que pescar aquí sería ilegal (ver más abajo).
Bueno …
Por lo menos …
Contrario a mucha gente, tengo suerte de vivir frente al mar y de saber cómo pescar, ¿imagínense los millones de venezolanos y venezolanas, abuelos, hombres y mujeres, niños, que se encuentran en una situación como a mía, pero que no tienen dónde pescar?
¿Qué harían ellos?
