"Barbados o Ciudad de México, donde sea estamos listos para retomar cualquier proceso de diálogo (…) El presidente ha convocado un gran diálogo nacional inclusivo que, por nuestra parte, comienza con un Congreso en octubre (…) y en paralelo se siguen dando escenarios de diálogo privados como los que se desarrollan en grupos como el de Boston", dijo el también vicepresidente de la clase obrera del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), en una entrevista radial.
"Estamos convencidos de que en Venezuela para esta época o las que vengan hace falta mucho diálogo".
https://www.aporrea.org/actualidad/n396314.html
Lo anterior fue dicho por Francisco Torrealba, quien ahora es……perdón, los puntos suspensivos, sin ironía alguna, los puse porque, el personaje antes mencionado, ha sido tantas cosas y, además, los cambios formales son tan frecuentes, que a uno lo le alcanza el tiempo para saber, en un momento dado, como este de ahora, en dónde está quien de él hace referencia y por eso tuve que ir a la fuente de información y me enteré que ahora es diputado de la AN.
Después del 28J y viendo el embrollo suscitado por los resultados y la aparente intención de algunos factores internos y externos de volver a la misma "estrategia" derrotada de los tiempos de la guarimba y la presidencia interina, dije en artículo puesto en este espacio "En mi percepción, si hay en Venezuela espacio para un pacto, "Frente o Coalición", como hablaron Lula y Petro, pero no por el lado que ellos apuntan. Pues lo pertinente sería un acuerdo para avanzar, particularmente en la creación de una economía soberana en la medida de lo posible, reactivación de la industria petrolera, poniendo énfasis en el interés nacional, promover el crecimiento industrial y económico en general y garantizando los beneficios y derechos de los trabajadores y mayorías. El neoliberalismo ya nos hace demasiado daño y, fortalecerlo, mediante un acuerdo como el que sugieren o abiertamente plantean Lula y Petro, sería condenar a los trabajadores y al pueblo todo, de manera definitiva, a la miseria y empeñar el futuro. Pero ratifico, es imposible e irreal". https://www.aporrea.org/actualidad/a333588.html
Escribí lo anterior, porque la propuesta de los presidentes antes mencionados, aparte de irrealizable, es contraria al interés nacional y por ende de las multitudes, como que la tendencia conservadora impuesta al gobierno por presiones y sanciones, se fortalezca incorporando al mismo a factores de la extrema derecha.
Los hechos, a diario, revelan que, en EEUU, persiste la idea de deshacerse del gobierno, hasta derrocarlo y sustituirlo por uno que se entregue dócilmente, mientras que, en Venezuela, hay reales posibilidades de formar un frente contra esa estrategia o macabro plan. El decomiso o "atraco" del avión en República Dominicana, con el apoyo del gobierno de ese país, las manifestaciones de inconformidad de mucho gobiernos con respecto a los resultados electorales y hasta las muestras un tanto extrañas de Petro y Lula, hablan de la necesidad de dar una respuesta pertinente y sustentable, siempre que, quienes gobiernan levanten la cabeza, la giren y miren con tranquilidad el espacio circundante y además con la intención de hallar el compartir y no de quien alejarse más de quien ya lo está por percepciones infundadas de ambos lados.
He dicho, lo dije en el artículo que cité que, hasta en fuerzas que apoyaron a Edmundo González, persisten hondas diferencias con lo que representa éste y MCM; y estas diferencias son tan hondas que bien pudieran impulsar un cambio de dirección en ellas, si del lado del gobierno se tienden los puentes necesarios. Pero también he dicho y sostengo, sin que me quepa duda, pues hay demasiadas muestras, que en la otra oposición, hasta aquella en la que han anidado serias y hasta justificadas diferencias frente al gobierno, por procederes políticos inadecuados o antipolíticos, llenos de sectarismo y escasa visión, también hay fundamentos sustanciales para acudir a un llamado generoso, abierto y urgente para formar un frente contra los intentos de agredir, acorralar a Venezuela y hasta intentar implantar un estado cosas que vamos lamentar toda la vida, como un largo régimen fascista y la imposición dolorosa e inclemente de las reglas del neoliberalismo.
Si bien es pertinente persistir en el diálogo entre el gobierno y las fuerzas radicalmente contrarias a él, aquellas que hasta se han mostrado dispuestas a derrocarlo, apoyadas en factores extranjeros, y lo ha sido con los factores económicos internos, con los cuales ha llegado a acuerdos, más lo es con quienes dentro del país, pudiera encontrar los abundantes motivos para acordarse, pero que se evaden por el odio y el simple cálculo electoral, personal o político. Y por lo visto, de este llamado a diálogo, no habla ´por lo menos con la necesaria claridad, Francisco Torrealba, como vocero que es del gobierno.
¿Si fue posible que el gobierno y factores influyentes de la economía, como Fedecámaras y Fedeindustria, encontrasen puntos de acercamiento y hasta unión, cómo pensar no sea eso posible con quienes sólo están alejados por razones de menor trascendencia, por simples visiones de la coyuntura, nada insalvables y cuestiones nada difíciles de solventar? ¿Cómo entender que tal acercamiento y acuerdos no puedan producirse con partidos como el PCV y otros tantos democráticos y progresistas con quienes se disputa por cosas insustanciales, como un pequeño universo de votantes o por medidas en el campo de la economía nada imposibles de acuerdos sustentables?
Se trata entonces de entender que estamos ante una coyuntura en la cual nuestra contradicción con los intereses de EEUU y más que este del capital tras del cual se ampara su Estado, toma un rango trascendente y uso este calificativo porque decir fundamental, parece como un lugar común y una expresión insuficiente para diagnosticar el momento. Y habiendo, además, dentro de la nación venezolana una fuerza que se ha aliado incondicionalmente al capital externo o mejor a los gobiernos de EEUU, factores que, aprovechándose de las inconformidades derivadas de la situación económica, generada por las sanciones y los errores gubernamentales por visiones parcializadas y fortalecidas por la estrechez que aprisiona al gobierno, ha alcanzado un significativo apoyo popular.
Por lo anterior, uno pudiera sentirse satisfecho, contento con declaraciones como esas de Francisco Torrealba, donde no sólo habla de diálogo, refiriéndose a esas jornadas que vienen haciéndose, con cierta periodicidad, con el gobierno de EEUU en particular y por otro lado con representación de la oposición que acudió a la jornada electoral con la candidatura de Edmundo González, pese poco o en nada se avanza, sino todo se pospone. Sino porque también habla de la continuación de "diálogos privados", en los cuales hace alusión a los que califica como los de "Boston" y yo agrego con los grupos económicos internos, de los cuales todavía hay mucho por hacer, por ejemplo, en lo que respecta al problema salarial, asunto al cual hay que buscarle una salida urgente, porque la vida la reclama.
Habló Torrealba de un diálogo nacional al que calificó de "inclusivo" convocado por el presidente, agregando que "en nuestra parte empieza en octubre". Sin especificar a quién o quiénes está dirigido ese llamado, pues cuando dice "en nuestro caso", entiendo que se refiere al partido de gobierno. Y esto no es suficiente y menos competente para unificar las fuerzas partidarias de la soberanía y el bienestar colectivo.
Lo del llamado a un "diálogo nacional", en una primera aproximación, pensando de la mejor buena fe, lo que implicaría un abrirse en la búsqueda de entendimiento con todos los venezolanos, partidos, individualidades, que le dan prioridad a la lucha por la defensa de los intereses nacionales, contra la injerencia extranjera y el neoliberalismo, es esta una propuesta acertada y conveniente. Es una oportunidad de poner por delante lo que es fundamental y uniría lo mejor del país y poner a un lado diferencias insustanciales. Y esto significa y demanda un revisar y revisarse para hacer las correcciones necesarias, realmente posibles y pertinentes; revertir la práctica de convertir lo insustancial y secundario en fundamental. Acabar con aquello de hacer de los estados emocionales y las pequeñas diatribas en componentes estratégicos.
Pero para hacer esto posible, es necesario puntualizar algunas cosas. En este sentido sería pertinente que el gobierno, en ese diálogo, donde deben participar todas las fuerzas contrarias a la injerencia de fuerzas externas y los intentos de piratería del capital externo. Que todos estos factores se reconozcan y respeten, como que al PCV se le devuelvan sus derechos, se defina un programa de gobierno, particularmente en materia salarial y de servicios, con reconocimiento de los derechos derivados de la Constitución y demás leyes y opten por definir uno que combata los ataques a la soberanía, imponga el respeto de las potencias extranjeras a nuestros derechos en las negociaciones necesarias, se reactive la economía toda, particularmente la petrolera y el producto de esta sea vendido a los mercados que la demanden dentro de las normas y prácticas pertinentes a los derechos de las naciones.
Y lo último por decir, pese esto no se agota, sino el espacio y tiempo para decirlo ahora, para darle mayor fortaleza, solidez y pertinencia a esos reclamos, el momento demanda, ante la emergencia nacional y las agresiones externas, que el nuevo gobierno se componga con la incorporación de todos los factores en disposición de defender los intereses y la soberanía nacional en los términos que hemos expuesto anteriormente. Sobran motivos y factores ganados para ello.
No puede ser un simple llamado a diálogo, como un saludo a la bandera, un pedir sin dar nada o un simple gesto para impresionar incautos.
