Sin serpentinas ni papelillo, eso si, mucho guillo

Como si estuviéramos celebrando las carnestolendas, con muchas serpentinas, papelillos y hasta disfraces, se celebraron las conversaciones previas a la concesión de asilo otorgada por el Estado venezolano, a quien madrugó en la puerta de la Embajada de los Países Bajos, todo tembloroso, solicitando salir del país, cuando todavía la tinta de los periódicos que anunciaban su derrota, no había secado.

Pero de acuerdo a los audios publicados, no fue en la Embajada de los Países Bajos, sino, en el vetusto Reino de España, donde se celebró el sarao.

Allí, estando como testigo, el Embajador de España, Edmundo González Urrutia, fraguó su traición a sus propios copartidarios a los que dejaba, en la cárcel o en la desbandada por su huída despavorida de Venezuela, sin que se enterara ni siquiera, la que lo utilizó como Monigote.

Pero al momento del Sarao y darle la espalda a los que ingenuamente creyeron en él, preparaba otra celada, que la había, previamente pensado y luego la aplicó cuando logró lo que esperaba, la autorización para el exilio.

Fue precisamente allí, Frente al Embajador y el Presidente de la Asamblea Nacional, donde se completó la escena carnavalesca y Edmundo González Urrutia, utilizó el disfraz de ovejita y a pie juntillas, le faltó arrodillarse, declaró que a su salida del país, no se prestaría para proclamar ni formar un nuevo gobierno paralelo, es decir un gobierno de "Papelillo" y reconocer todas las instituciones del Estado, incluyendo al CNE, que había proclamado como presidente a Nicolás Maduro Moros.

Es decir que en un solo acto, el tal Edmundo, no sólo capituló y traicionó a sus seguidores, que todavía, amanecidos, el otro día, de haberse realizado los comicios presidenciales, esperaban su "sabia" orientación, cuando ya el estaba acuartelado, sino que fraguó una nueva deslealtad, incumplir con la palabra empeñada, una vez que estuviera en territorio monárquico.

Y así fue, no había bajado todavía las escalerillas, del avión español que lo llevó a esos predios, cuando se declaraba, aunque tartamudeando, presidente de Venezuela.

Esto es frecuente que suceda cuando se habla y sobre todo se adquiere compromisos con personas de baja estima moral, que su norma es desdecirse y que sobre todo no saben que la palabra Honor, se escribe con "H".

Y eso, lo debe saber suficientemente, el Presidente de la Asamblea Nacional, quien es el que nos ha representado en todas las conversaciones que se han tenido en Venezuela y fuera de Venezuela, con los representantes de la Ultra Derecha.

En todos esos acuerdos, y eso lo sabe todo el país, porque las mismas autoridades venezolanas lo informaron oportunamente, quienes incumplen son los representantes de la Ultra Derecha.

Necesariamente, tiene que ser así, que ellos, incumplan, porque sencillamente, no se representan a sí mismos, ni a sus seguidores, ellos, reciben órdenes y esas órdenes vienen del Norte. Todo acuerdo que firman, es minuciosamente escrutado en el imperio y desde allí, le dicen si deben firmar o no ó cuando darle una patada a la mesa y alejarse de las conversaciones y acuerdos.

Por eso, cuando se conversa con personas de poco honor, con personas que como marionetas dependen en todos sus actos de otros actores, sobre todo extranjeros, hay que decir como los muchachos decían antes: HAY QUE TENER MUCHO GUILLO.

A mí, no me sorprendió para nada, la conducta desleal y tramposa de Edmundo González Urrutia. He visto pasar mucha agua debajo del puente, a estos zorros viejos los conozco desde mi época de estudiante y la política venezolana me ha enseñado a ser suspicaz, pero es, no una señal, sino, una nueva señal, que cuando se habla con tramposos, los que tienen una mano empuñando un puñal, para clavártelo en el momento que consideren más oportuno, debe actuarse con prudencia y sobre todo, con la sabiduría de los muchachos: CON MUCHO GUILLO.

Desde el vetusto reino de España, hoy, casi en manos de la ultra derecha y el franquismo, de común acuerdo con los Estados Unidos, se continuaran fraguando conspiraciones contra Venezuela, porque esos países están en crisis, sus sistemas ya no satisfacen las necesidades de sus pueblos, y ven en Venezuela, el "Vellocino Dorado", el mismo que buscaban los españoles en la época de la conquista, y quieren venir por él.

Y allí, precisamente es donde tenemos que tener MUCHO GUILLO, no hay que ser ingenuos, porque en la estrategia imperial, no cesaran, pretenden desestabilizar, coatizar, para buscar un cambio de gobierno que baile al son de sus intereses. "En el pensamiento de Don Quijote, la vida de un caballero debe estar regida por completo por un código de honor "


 



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Jesús Sotillo Bolívar

Docente en la UCV

 jesussotillo45@gmail.com

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