Ha dicho Samuel Moncada, nuestro embajador en la ONU, "es necesario crear un frente contra las ideologías del odio, del extremismo y racismo, que en Venezuela "le llamamos el nazismo y fascismo, y también crear un frente contra el tecnofascismo, es decir, es necesario iniciar un gran frente mundial contra la guerra".
Pero no se quedó en ese nada fantasioso y como alarmista llamado, sino que fue más preciso, al decir, contra Venezuela hay una agresión de más de 50 países liderada por Estados Unidos, "que están intentando darnos un golpe de Estado y eso lo denunciamos hace varias semanas y vemos cómo se están instrumentalizando todos los organismos multilaterales y vienen acá (ONU) a hacer lo mismo, pero aquí ellos no gobiernan a todos los países".
https://www.aporrea.org/actualidad/n396915.html
Es evidente que, a manera de ejemplo, a los países de la OTAN, poca atención le llama poner término a la guerra entre Rusia y Ucrania o la persistente actitud genocida de Israel ante el pueblo palestino, tampoco el reciente brutal bombardeo sobre Líbano, como no les importó la larga guerra contra Siria y contra Muomar Kadafy yla destrucción de Libia, pero si lo que acontece en Venezuela, desde hace unos cuantos años y este "interés" se ha intensificado después del 28 de julio. Pues es verdad lo dicho por Moncada, una enorme cantidad de países, parecieran muy interesados ver en Venezuela una democracia impoluta, mientras voltean la cara cada día para no percatarse que, sobre escuelas, hospitales, niños y ancianos palestinos, les caen diariamente racimos de bombas lanzados por el Estado de Israel. Pero esto tampoco niega la validez del reclamo de Lula y Petro, acerca de la presentación de las actas electorales, dado que, habiendo un ganador, según dictámenes del CNE y el TSJ, es pertinente pensar que las pruebas existen y nada cuesta, pasado tanto tiempo y habiendo una oferta gubernamental al respecto, presentarlas; más si con ello se aposenta la tranquilidad y se satisface a potenciales aliados.
Es admirable, como cuando los militares bolivianos destituyeron, mediante un golpe de Estado a Evo, los peruanos a Pedro Castillo y Sebastián Piñera, permitía a los carabineros chilenos, disparar directamente a los ojos, con balas de goma a centenares de personas, dejándolas tuertas, que protestaban por sus derechos, por sólo citar estos significativos ejemplos, esos mismos países, unos cuantos, de la OEA, también, con Luis Almagro al frente, optaron por hacerse los desentendidos.
Pero no hay duda que a EEUU y sus aliados, Venezuela despierta demasiado interés. Se sienten demasiado "preocupados", porque la "democracia" venezolana sea perfecta y no dé oportunidad a ningún género de duda. Están muy sensibilizados porque el gobierno funcione con una pulcritud que va más allá de los estándares, como lo que, en otros países, en ellos mismos, es delito toda conducta contraria a las normas y responsabilidad de quien en ello incurra, acá sea del Estado que lo sanciona. Como se califica de político en Venezuela, un simpe acto delictual y en perseguido o reprimido político a quien es responsable de lo acontecido.
Pero lo que sí no les preocupa es el volumen y carácter de sanciones aplicadas al país por EEUU, que afectan particularmente a los más pobres y por ende vulnerables, como tampoco la política salarial, el deterioro de todos los servicios y el descenso de la calidad de vida de los venezolanos.
Y no es nada misteriosa esa preocupación y hasta conducta, de esperar de Venezuela un comportamiento aséptico, sin ninguna mancha en el mantel democrático, en la cual acompañan a EEUU y los restantes países de la OTAN, una buena cantidad del continente. Todo o buena parte del todo, se explica en nuestros recursos envidiables, donde el energético juega un rol descomunal todavía , pues pese las alternativas alcanzadas y deseadas, en proceso de búsqueda y multiplicación, por el bienestar de la humanidad, todavía las energías fósiles tienen unos cuantos años por delante.
Es obvio que. países, sobre todo nuestros, que en esto acompañan a Estados Unidos, lo hacen porque están cercados, con la cabuya corta en esta lucha, nada sorda, por la hegemonía o la anti -hegemonía. Venezuela misma está, pese en veces haya quien eso no crea, pues lee en libros fantasiosos, agarrada por el cuello por esas mismas fuerzas e intereses; sólo que, nosotros tenemos algo que el adversario quiere con demasiadas ansias y con toda seguridad; dado que, aparte del recurso mismo, están de por medio las políticas que, quienes gobiernen en nuestro país manejen. EEUU y sus aliados, nos quiere de rodillas, entregados y alejados al máximo de malas influencias u ofertas diferentes. No les satisface un gobierno que les da muestras, como se las da el existente, de querer negociar con ellos, y hasta de la mejor manera, en beneficio de ambas partes, sino uno que se rinda y les entregue nuestros recursos. No les basta que se les permita a capitales y empresas suyas participen en el negocio petrolero, sino que quieren ser los únicos y dueños, como para determinar la política en el negocio. Como, por ejemplo, que, en la OPEP, Venezuela o quienes allí nos representen, fijen políticas dictadas por el capital inversionista extranjero. Por algo, esto se acompaña con aquello de "achicar al Estado". Einstein Millán Arcia, en reciente artículo menciona como, países miembros de la OPEP, como en los tiempos de la IV República, violan las cuotas de producción acordadas en esa entidad y esto es sustantivo y necesario que lo manejemos en favor de nuestra soberanía.
Y es verdad, que sobre el mundo pesa la amenaza del fascismo y sus políticas neoliberales; como también lo es, que eso mismo amenaza a Venezuela. Y no sólo estamos amenazados, de hecho, por las prácticas del gobierno existente, particularmente en materia salarial, que atienden al neoliberalismo y pese el significado de eso, no es bastante.
Entonces, ese llamado de Samuel Moncada, a "formar un frente", contra lo que él llama "esas ideologías" y particulariza cuando dice que, están intentando darnos un golpe de Estado, opción que pareciera hallar eco en sectores inimaginables, no sólo es valedero y adquiere carácter de urgencia a nivel internacional, sino principalmente, desde nuestra perspectiva y posibilidades, a lo interno, lo nacional.
Por esta preocupación, he venido escribiendo sobre la necesidad de formar un gran frente nacional, como que, en artículo publicado días atrás, titulado "Francisco Torrealba y los llamados al diálogo. Un gobierno y política emergentes contra la agresión externa", el cual, por cierto, ha sido muy leído o lo que es lo mismo, lo allí planteado ha llamado la atención, en el cual propuse, "hay fundamentos sustanciales para acudir a un llamado generoso, abierto y urgente para formar un frente contra los intentos de agredir, acorralar a Venezuela y hasta intentar implantar un estado cosas que vamos lamentar toda la vida, como un largo régimen fascista y la imposición dolorosa e inclemente de las reglas del neoliberalismo". https://www.aporrea.org/actualidad/a334067.html
Pero por supuesto, ese llamado tiene que adelantarse a la usual pregunta del lenguaje coloquial "¿con qué se come eso?
No puede ser un llamado abstracto, sin sustento y menos sin demostraciones concretas de querer alcanzarlo, de la mejor buena fe y suficientemente práctico y realizable. En la coyuntura venezolana de hoy abundan fuerzas, yo diría que hasta hay demasiadas, para lograr ese propósito. Y, no sólo lo por hacer, estaría limitado a lo ya dicho, sino que hay que revisar las políticas económicas, las relaciones internacionales y hasta las internas, donde asuntos insustanciales se han convertido en como "contradicciones insalvables", dado que se sobreponen intereses partidistas, particulares y hasta estado emocionales ajenos al interés nacional y lo que demandan la coyuntura y circunstancias.
¿Cómo esperar que ese frente se concrete, cuando grupos o partidos que, dicen defender lo mismo, pero se comportan como enemigos irreconciliables y, a determinados personajes, del mismo bando, se les define en objetivos a "derrotar" o aislar o por lo menos ignorar? ¿Cómo lograr ese frente, cuándo la política salarial, sirve para que el mayor soporte para esas luchas, los trabajadores todos, estén desalentados y hasta ganados para plegarse a cualquier aventura que creen puede servirles para salir del Estado de indefensión y miseria en el cual están inmersos?
Entonces, ese llamado de Samuel Moncada, a lo interno, que es pertinente y tiene fundamento, sería exitoso, si se procede a reconocer al potencial aliado, revisar y corregir todo lo que hace daño y sirve de asidero al enemigo. Más en lo salarial, cuando ahora mismo, cuando pese a lo reconocido por Jesús Farías, quien ha sido por largo tiempo el vocero defensor de la política salarial, como que "Ahora con la capacidad que tenemos nosotros de generar ingresos hemos podido impactar positivamente a través de bonos. Pero eso no es una política a largo plazo, es algo extraordinario que se ajusta a condiciones extremas; y ya se están generando las condiciones para nosotros volver a lo que reivindicamos siempre que es la dignificación de los trabajadores y el incremento de los salarios". https://notizulia.net/diputado-jesus-faria-dice-que-se-estan-generando-las-condiciones-para-un-aumento-de-sueldo/, pareciera que en el gobierno sigue prevaleciendo la idea de seguir tal cual como veníamos. Pues esto pudiera deducirse de las declaraciones del recién nombrado Ministro de Educación, sector donde se haya un universo de trabajadores fundamental para el progreso del país, a quien sólo le ofrecen oportunidad de facilitarles créditos con la banca, una opción que, como otras también anunciadas por el mismo ministro, parecen ser negocios destinados a favorecer a sectores ajenos a los trabajadores y nada favorables para eso que demanda Samuel Moncada. Y, además, ¿cómo paga un crédito, solicitado para solventar una necesidad significativa, quien recibe un sueldo casi miserable?