La realidad que percibimos nos dice que el 28 de julio hubo unas elecciones para escoger al presidente de Venezuela. Ante ellas, quien esto escribe, intentando conectarse con la realidad, la que cree percibir y dentro de cual también cree que vive, junto a un grupo de habitantes del Estado Anzoátegui, fijó posición, mediante un trabajo que salió por varios medios, entre ellos Aporrea. De esa misma realidad particular, la relativa al acto electoral, salió un resultado.
Pero hay dos versiones de ese resultado y conductas, al parecer innecesarias, que generan dudas. Como sabemos, el informe oficial, el que tiene carácter legal y, como tal, es el pertinente, presentado por el rector Amoroso, fue confuso y esto se intensificó, con el anuncio del hackeo a los mecanismos de transmisión de datos del CNE. No obstante, el CNE pronunció un resultado inicial y otro al día siguiente, según el cual, el presidente Maduro fue reelecto.
Paralelo a lo narrado anteriormente, la oposición que respaldó la candidatura del señor Edmundo González, habló de unas actas con unas cifras diferentes que, a éste daban como ganador y hasta abiertamente, pero según este propio candidato, él nunca tuvo en sus manos esas actas, no llegó a conocerlas y, dijo que, ellas provenían de Súmate, empresa, como todos sabemos, propiedad de la señora MCM y por esta manejada; como también sabemos, del comportamiento de la citada empresa en eventos anteriores, aquellos en los cuales Chávez ganaba de manera holgada y reconocido esto por todo el mundo, empezando por los veedores internacionales, menos por Súmate, quien siempre tenía cifras que decían lo contrario. Es decir, Súmate, operaba en otra realidad y de ella obtenía sus cifras. Aquel sainete que montó Ramos Allup, cuando habló de fraude y prometió el respaldo a su afirmación para el día siguiente, fue elaborado en base a cifras que Súmate dijo tener,
Dado que el comportamiento, en verdad dudoso o inseguro del CNE, justificado en el hackeo, que lo llevó a no presentar cifras con contundencia, no haber hecho público, incluso hasta ahora, los resultados, como está obligado, ayudó a fortalecer, en una buena parte de la población, una creencia favorable a Súmate y Edmundo González y pudo haber determinado que, el candidato, dado como ganador, por el ente electoral, el presidente Maduro, optase por acudir a la Sala Electoral del TSJ, con la finalidad de despejar las dudas y en virtud que el Artículo 27, de la Ley Orgánica del TSJ establece que:
Son competencias de la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia: "Conocer las demandas contencioso electorales que se interpongan contra los actos, actuaciones y omisiones de los órganos del Poder Electoral, tanto los que estén directamente vinculados con los procesos comiciales, como aquellos que estén relacionados con su organización, administración y funcionamiento".
Según las fuentes conocidas, y dada la necesidad de cumplir la formalidad, el presidente, al acudir a esa instancia presentó las boletas o actas de votación correspondientes o para ser más preciso, las que el partido que le postuló recogió, como le corresponde de cada mesa de votación.
De la misma manera, los partidos de la otra oposición, la que no apoyó a Edmundo González, sino a otros candidatos, también acudió, como les fue solicitado, a la Sala Electoral del TSJ con sus actas y, en esas comparecencias, por lo menos que, hasta ahora sepamos, no plantearon ninguna discrepancia con lo resuelto al final por esta; es decir, con la decisión en favor del presidente Maduro.
Aunque es indispensable recordar que, Enrique Márquez, quien antes fue presidente del CNE y, en esta oportunidad, presentó su candidatura presidencial, fue respaldada por los partidos, "Centrados en la Gente", REDES, de Juan Barreto y el Partido Comunista de Venezuela, ha estado solicitando, no la presentación de las actas, sino al TSJ que invalide la decisión tomada en la Sala Electoral de ese órgano del Estado.
El señor Edmundo González, aparte de admitir que él, pese ser el candidato, no había tenido acceso a esas actas, que las suyas las tenía Súmate, también optó por ignorar los llamados de la Sala Electoral del TSJ, para que las presentase como pruebas de haber ganado. Es decir, reiteradamente, se negó a comparecer al ente que conocía legalmente del asunto; donde debía hacerlo, no compareció y menos hizo llegar prueba alguna.
El argumento, según el cual, el TSJ y su Sala Electoral, están integrados por partidarios del gobierno, no es suficiente para restarle valor y autoridad a esos entes y menos sabiendo, como sabemos los venezolanos todos que, de ser así, como seguro es que, por lo menos el gobierno tiene mayoría aplastante, resultó de la conducta desacertada de esa oposición que, apoyó a Edmundo González, al optar por la abstención electoral en los comicios pasados para escoger los miembros de la AN.
Es curioso que, quienes ahora insisten en solicitar, ante el TSJ, la anulación de lo dispuesto o sancionado por la Sala Electoral, sean personajes y entes distintos a quienes apoyaron a Edmundo González y cuando digo esto, no estoy interesado en sacar ninguna conclusión, sino en llamar la atención, a quien lo creo necesario, dentro de quienes eso hacen, de la pertinencia o no de tal reclamo. Mientras quienes deberían hacerlo, en virtud que dicen tener cifras y actas verificables, y que además ganaron con amplitud, no lo hacen, sino optan por otro procedimiento, el mismo de antes y sobre lo que no es necesario decir nada; pues es demasiado evidente y notorio. Aunque si me siento obligado a destacar, como se opta por la instancia internacional, lo que es demasiado sugerente y hasta sensitivo.
También es digno de recordar que, la tendencia opositora que se atribuye el triunfo, tiene un representante en el CNE, el señor Juan José Delpino, quien se disculpó de no emitir opinión sobre los resultados dados por ese organismo y tampoco de convalidar lo asegurado por Súmate, alegando que no estuvo presente en la sala de escrutinios, pese estaba obligado a estar allí, por distintos y abundantes motivos, de donde uno concluye que, esa ausencia inexplicable y hasta imperdonable de Delpino, pudo haber sido planificada. En este sentido, invito a leer mi trabajo titulado "Este otro Juan José Delpino, como que le jugó "gallo guindao" a MCM y Edmundo González y está "asustao", al cual se puede acceder usando este link : https://www.aporrea.org/oposicion/a333959.html
Y es por demás significativo que Juan José Delpino, ha optado por callar.
Pero a todas estas, pese la decisión de la Sala Electoral del TSJ, que ratificó lo anunciado por el CNE y ordenó a este publicar las actas, como corresponde, en el período determinado por la norma, este organismo todavía no ha cumplido con esa obligación suya y derecho de los ciudadanos, con lo que contribuye a enredar más el panorama, particularmente, a nivel internacional.
Me luce muy desventajoso para el gobierno venezolano de ahora y el que se iniciará con el mismo presidente en enero, que los de Brasil y Colombia, de Lula y Petro, opten por no reconocerlo, si para el momento de la toma de posesión de Maduro, no se hacen públicas esas actas. Pues como es público, esos presidentes han hecho saber su posición al respecto.
Empecé por los presidentes nombrados, porque con ello hacemos alusión a una circunstancia que haría muy complicada las relaciones diplomáticas de Venezuela y todo lo que de ello se deriva. Pues sabemos que, EEUU, los países de la UE, salvo España, y de la OTAN están reconociendo a Edmundo González como ganador y, hasta entendemos que, por todo lo acontecido, como que ellos reconocieron a Guaidó como presidente, pero igualmente siguieron en sus relaciones con el gobierno real, porque la vida es como es, pese en medio de dificultades y sanciones. Pero, restarse el apoyo de dos gobiernos de excelente referencia en América Latina, por no presentar unas pruebas que la Sala Electoral del TSJ ordenó se hiciese, después de su revisión, decisión y mandato al CNE y siendo eso un derecho de los venezolanos, parece conducta incomprensible y hasta insensato no darle cumplimiento.
No me cansaré de decir que, si hay un escollo, valla seria o dificultosa, que separa al gobierno de buen número de venezolanos, de dentro y fuera, no está en la política, dándole a esta la connotación más extendida, sino en temas como los servicios públicos, salud y salarios.
La oposición, que se atribuye el triunfo, de estos temas no se ocupa, porque no son de su interés, basta mirar hacia la Argentina, donde se ha impuesto la misma política a la que ella es adepta. Y por eso calla.
Vuelvo, pese canse, a recordar como Jesús Farías, quien en los últimos años ha sido el vocero por la congelación salarial, tal como Fedecámaras desea, reconoció recientemente que están dadas las condiciones para aumentar los salarios; en efecto dijo, "La economía se expande, mantiene esa tendencia al crecimiento y es muy bueno para el país porque le da mucha estabilidad. Para el gobierno es una noticia extraordinaria porque permite tener mayor cantidad de ingresos para invertir en lo social. El primer tema sin duda es el salario». https://notizulia.net/diputado-jesus-faria-dice-que-se-estan-generando-las-condiciones-para-un-aumento-de-sueldo/
Entonces, las dificultades que confronta el gobierno en el campo estrictamente político, en el orden interno, con quienes están insatisfechos con los resultados y creen que los dados no tienen validez, con quienes no entendemos que el CNE se niegue hacer pública esa información y, en el plano internacional, empezando con Petro y Lula, serían subsanadas, si el ente electoral cambia de actitud y cumple el mandato dado por la Sala Electoral del TSJ.
Y sería mucho mejor el cuadro, si el gobierno nacional, actuando en conformidad con lo anunciado por Farías, no sólo opte por ajustar convenientemente los salarios, sino de ahora en adelante, permitir que lo dispuesto en LOT opere con libertad, como que los contratos de trabajo jueguen su rol. Sería esta una maravillosa opción para establecer la concordia hasta donde ello sea posible.
Pero mientras todo esto sucede a lo interno, el cuadro internacional se muestra extremadamente agitado, por lo que se generan circunstancias para manejarse en favor de cuidar el bienestar y tranquilidad nacional.
Pues mientras aquí acontece lo comentado antes, en paralelo, continúa la guerra ruso-ucraniana, se escala el conflicto del medio oriente, lo que tendría, como viene aconteciendo efectos en el mercado petrolero, tanto que "Para los analistas de Goldman Sachs, una nueva escalada del conflicto en Medio Oriente, sobre todo en lo que respecta al cierre del estrecho de Ormuz, podría provocar un repunte de los precios del petróleo".
https://www.aporrea.org/#google_vignette
Mientras que para el economista venezolano Leonardo Buniak, "El precio del barril de petróleo podría ascender a 300 dólares, si el conflicto entre Israel y Hamás sigue escalando en los próximos días".
https://www.aporrea.org/energia/n397095.html
Hoy lunes a primeras horas Irán, "anuncia el ataque a objetivos dentro de la entidad israelí como respuestas a sucesivos y letales ataques del régimen de ocupación contra Palestina, Líbano, Siria, Irán y Yemen". Y agregan sus voceros oficiales que "si Israel responde, los golpearemos mil veces más fuerte".
Y sin duda, este cuadro favorece a que, por encima de los deseos, sueños y hasta ínfulas de piratería, en el gobierno de EEUU, gane quien gane en noviembre, Kamala Harris o Donald Trump, se imponga la sensatez y de parte de Venezuela eso mismo y hasta la necesaria madurez para mirar con claridad. Y me parece bueno repetir, algo que antes he dicho, pero el economista Leonardo Buniak dijo de mejor manera, "la política energética de EE.UU para Venezuela será la misma, gane quien gane las elecciones en noviembre, porque esta nación ha demostrado por mucho tiempo que su política energética no es ni demócrata ni republicana: Es bipartidista. Y, esa, es la realidad
¿Cuáles son las dudas ante el asunto de las actas? ¿Hay algo que no sabemos?