Visión y Opinión

Diálogo con Justicia: fortaleciendo la Democracia en Venezuela

En un momento crucial para la política venezolana, el diálogo se presenta como una herramienta indispensable para alcanzar el entendimiento y la reconciliación entre las diversas fuerzas, organizaciones y movimientos que conforman el entramado político del país. La convocatoria hecha por el Presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, en respuesta al llamado del Presidente Nicolás Maduro Moros, marca un paso significativo hacia la búsqueda de consensos que permitan la actualización de nuestras normativas electorales, en especial la Ley de Procesos Electorales.

Este diálogo no es solo un ejercicio retórico; es una oportunidad real para que todos los actores políticos se sienten a la mesa y expongan sus posturas, propuestas y preocupaciones. En un contexto donde la desconfianza y la polarización, generada por la Extrema Violencia, han sido protagonistas, es imperativo que este proceso se lleve a cabo con transparencia y voluntad genuina de escuchar. La inclusión de todas las voces, independientemente de su inclinación política, será fundamental para legitimar cualquier acuerdo que se logre.

La actualización de las normativas electorales es una tarea urgente. Las leyes que rigen nuestros procesos electorales deben reflejar no solo la realidad política del país, sino también las expectativas de una ciudadanía que anhela un sistema democrático justo y equitativo. Este diálogo debe enfocarse en identificar las deficiencias actuales y proponer soluciones que garanticen elecciones democráticas, justas y reconocidas. La participación activa de todos los sectores, incluyendo partidos políticos, organizaciones sociales y la sociedad civil, enriquece este proceso y contribuye a construir un marco legal que respete los derechos de todos los venezolanos.

Es fundamental que este diálogo no se convierta en una mera formalidad o en un espacio para el intercambio de acusaciones. Debe ser un proceso constructivo, donde se priorice el interés colectivo sobre el individual. La historia reciente de Venezuela nos ha enseñado que los diálogos fallidos pueden exacerbar las divisiones existentes; por ello, es esencial que este esfuerzo se base en el respeto mutuo y en la búsqueda de soluciones concretas.

Diálogo entre Venezolanos: Defendiendo Nuestra Soberanía

Es imperativo que el diálogo que se establece en Venezuela sea genuinamente entre venezolanos. La soberanía y la autodeterminación son principios fundamentales que debemos defender con firmeza. No podemos permitir que actores externos utilicen la polarización y la violencia interna como herramientas para socavar nuestra democracia. La historia nos ha demostrado que las intromisiones extranjeras, en lugar de ofrecer soluciones, han generado más caos y desestabilización en nuestro país.

La idea de un "Caballo de Troya", que se infiltra en nuestra sociedad bajo la apariencia de ayuda o apoyo, es una amenaza real. Estos intentos de desestabilización buscan dividirnos, sembrar el miedo y crear un ambiente propicio para la intervención. Es crucial que los venezolanos nos unamos en torno a un diálogo que priorice nuestras necesidades y aspiraciones, sin la sombra de intereses ajenos que solo buscan su propio beneficio.

Reflexiones al cierre:

La construcción de un futuro democrático y pacífico debe ser una tarea colectiva. Cada voz cuenta, y cada opinión merece ser escuchada. Debemos ser nosotros, los ciudadanos venezolanos, quienes definamos el rumbo de nuestra nación, sin dejar que fuerzas externas influyan en nuestras decisiones. Este es un momento para reafirmar nuestro compromiso con la paz y la estabilidad, rechazando cualquier intento de manipulación externa.

El diálogo debe centrarse en la búsqueda de soluciones a nuestros problemas internos: la crisis económica, la lucha contra las mal llamadas sanciones, la inseguridad, la falta de servicios básicos producto de la Guerra Económica y la necesidad de una participación política inclusiva. Solo a través de un enfoque constructivo y colaborativo podremos encontrar respuestas efectivas que beneficien a todos los venezolanos.

Asimismo, es fundamental fomentar una cultura de paz y respeto en nuestras interacciones políticas. Debemos aprender a escuchar y comprender las diferencias, buscando puntos en común que nos permitan avanzar. La polarización solo perpetúa el conflicto; es hora de construir puentes y no muros.

La comunidad internacional, si bien puede ofrecer apoyo en términos de cooperación y solidaridad, debe respetar nuestra autonomía. La verdadera ayuda debe venir desde dentro, de un pueblo unido que busca resolver sus propios desafíos. La intervención foránea solo perpetúa ciclos de violencia y desconfianza.

Viva el Diálogo, Viva Venezuela.

@jesussantanderL



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Jesús Santander

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