Cómo llegar a la verdad, por dónde comenzar, cuál es el inicio de ese sendero que nos muestran los maestros, pero hay que recorrer solos con nuestros propios pasos sobre esta realidad latente y trascendente de lo real puesto de manifiesto en el aquí y ahora presente, que es cuando empieza todo a tener sentido propio y neto.
Por cual sendero se recorre, qué camino, vía o ruta se toma, cuando ya es algo que se vuelve inseparable de tu conocimiento y tienes la necesidad de saberlo, y mientras más avanzas más cerca está de encontrarte con ella, con tú verdad, la única y real, sin tendencias ni más engaños, sin mentiras no manipulaciones elaboradas para confundirte desde la sistematización desde los clásicos, a consideración de quienes habiendo planteado una manera de dominar, sacaron a la luz el racionalismo, para de ahí darle sustentación y lógica a su episteme, con la narrativa de sus hipótesis, de sus doctrinas, sus teorías y discursos elocuentes hasta los paradigmas.
Preguntémosle a Sócrates, Platón, Aristóteles, Descartes, Spinoza, Kant, Marx, Heidegger, Dussel. Qué dijeron y que dejaron por conocimiento y por verdad, estudiada, investigada, intuida o deducida, partiendo del empirismo y el argumento de la verdad alcanzada por la experiencia de los sentidos y la observación, como lo enfatizaron John Locke y David Hume figuras que representan la importancia y evidencias a través de la experimentación. Mientras que los pragmáticos, William James y John Dewey, sugirieron como verdad aquello que funciona en la práctica, perspectiva de tal afirmación sobre la veracidad de una idea si produce resultados útiles y satisfactorios para la vida real. La Teoría de la Correspondencia sostiene que una afirmación es verdadera si corresponde con los hechos de la realidad, concepción antigua defendida por Aristóteles y Bertrand Russel. Para la Teoría de la Coherencia la verdad de una proposición depende de su coherencia con un sistema de proposiciones interrelacionadas, o sea que la afirmación es verdadera si es consistente con otras creencias y conocimientos aceptados.
Mientras que el relativismo postula que la verdad no es absoluta, por depender del contexto cultural, histórico o individual. Friedrich Nietzsche exploró esta idea y sugirió que la verdad es una construcción subjetiva. En la fenomenología de Edmund Husserl, enfocada en la experiencia subjetiva y la conciencia, busca entender la verdad por medio de la descripción detallada de las experiencias vividas, sin presuposiciones ni teorías previas. Y la hermenéutica asociada con filósofos como Hans-Georg Gadamer, se enfoca en la interpretación de textos y contextos, dado que la verdad se revela a través del diálogo y la comprensión mutua. Cada una de estas precisiones ofrece su perspectiva única para saber sobre la verdad, eligiendo un camino, dependiente de la metodología y la inclinación filosófica y la naturaleza de las preguntas que se le planteen.
Para un educador que se exprese con ponderada paciencia, y trata de llegar a la verdad, desde diferentes contextos y medios, sin posturas parciales y con independencia, en tanto que trilla entre las diferentes estructuras y teorías, superadas en cada intento sostenido en el análisis, crítico a las diversas posturas, de la academia y la ciencia, con estimación desde las disciplinas y cátedras que arrojan enseñanzas y aprendizajes de las experiencias previas, internándose a conciencia en el ojo del huracán pues "no hay peor ciego que el que no quiere ver". No se empeña en repetir lo ya dicho, y con palabras más, palabras menos, sino las propias construcciones, combinadas con argumentos válidos y de peso, llegando a entender que en la mística y la cuántica se refugian y reflejan lo didáctico y pedagógico global, en el acto de develar la propia existencia que se proyecta aceleradamente y sin parámetros, pues las posibilidades son infinitas como la memoria acumulada por la humanidad.
Decir la verdad, hablar con la verdad, es alcanzar la dicha y ser verdaderamente libres, en tiempo y espacio, y sobre todo lo que nos provee la naturaleza en el mundo de las especies que medran en ella en su hábitat. La cabeza fuera del domo, contactando con los ángeles ancestrales, los extraterrestres siempre actuales, aunque cambien de apariencia en eones. La historia ha registrado y recopilado textos donde se mencionan a los Nefilim, Anunnaki, ángeles caídos del cielo o expulsados del paraíso, que solo puede quedar en el firmamento de estrellas y pagan sus condenas entre nosotros; a buen entendedor, pocas palabras. Llamamos a que todos y todas se manifiesten a favor de la paz en el planeta y fuera de él, para que podemos de una vez contactarnos con otras inteligencias puras y evolucionadas a años luz de distancia de nosotros, para contener a los oscuros, los retrógradas, que se empeñan en el holocausto, en lavar con la sangre de inocentes las disputas entre sus contrarios. Ya los revelamos, no tiene dónde ocultarse de los muchos que estamos despertando de ese sueño pesado en el que habían logrado mantenernos, a través de sus parafernalias, sus guerras de muerte, devastación, desolación, llanto y sufrimiento, hobby del que se han servido para satisfacer sus instintos necrófilos, que beben los efluvios y emanaciones de sus víctimas temerosas, en pánico, aterrorizadas, para deleite y llegar a la euforia, al clímax, cuando la adrenalina emana por el nerviosismo. No permitamos nos lleven a la nueva escalada de su guerra de 4ª generación, para darle curso a la 3ª fase de la IGG.
Hoy las armas tienen la capacidad de borrar del sistema solar este "punto azul en el espacio" con la alta tecnología que gracias a los no humanos se dispone entre las potencias de primer orden, en esta transmodernidad, donde la mística y la cuántica nos muestran una relación más allá de la complejidad, por romper el marco de referencia, en el despertar al verdadero ser encarnado, que habita y está. Lo que está enfrentado no es ya el Occidente contra el Oriente, las culturas de los indios, los blancos, los negros, los amarillos, los rojos, sino los humanos versus los no humanos. No son los recursos que se agotan en la Tierra, y que los hay en abundancia en el Universo, lo que es en realidad lo que se quiere preservar, sino que es el planeta entero, donde los más de 8 mil millones de humanos, sigan siendo manipulados, engañados, alienados, sometidos, esclavizados y seamos sus conejillos de Indias. Ya elevamos nuestras cabezas por encima de la estratósfera, vimos lo que hay afuera, ya no nos pueden ocultar la verdad, y sabemos cuáles son sus verdaderas intenciones.
Somos el 85% de los pueblos de la Tierra y pertenecemos al factor Rh(+), los oscuros son apenas el 15% y son Rh(-), pero hace millones de años que nos han visitado y se fueron quedando y ocupando los estamentos y estableciendo instituciones aparte, desde donde gobiernan a través de sus híbridos. En esta "dimensión desconocida" entre los confines del cosmos, que según Stifen Hockin se manifestó hace apenas 13.7 mil millones de años terrestres y dio origen a todo lo que se conoce, y es físico y fundamental para que exista todo lo que existe como tal. Por supuesto que lo que somos en esencia no es el cuerpo ni la materia, sino la encarnación de lo que está, y en el estar se manifiesta lo que cada cual es a través de lo que cree ser y por lo tanto crea, puertas afuera a través de lo que cree, lo que se le ha internalizado por un sistema de creencias, y por tanto sigue y vive en la ilusión de los sentidos.
Por eso los maestros ancestrales lo han venido diciendo desde que el mundo es mundo: Tú lo crees y tú lo creas, nadie te lo impone, tu mismo te despiertas y te duermes ante lo real, y vives en realidad o trasciendes si quieres donde sea y cuando sea, nada te retiene sino tus propias limitaciones.