Nimamismo no es chavismo ni se le parece

Lo decimos porque haciendo un recuento comparativo desde 1999 hasta 2012, cuando culmina el gobierno de Chávez, y se inicia el de NiMaMo, hay sobradas diferencias, importantes en el análisis y que tienen que ver con la profundización desde la gestión gubernamental hasta hoy, luego de dos períodos consecutivos de su régimen. No hay continuidad, sino discontinuidades entre ambos mandatarios y períodos de gobierno. Y comenzando por donde hay que comenzar, lo primero a tener en cuenta es el propio incumplimiento del Plan de la Patria, de las 3R al cubo, y del Golpe de Timón. Los que paulatinamente se fueron abandonando en el camino de un proyecto de socialismo, el del siglo XXI, enfocados hacia las políticas sociales, principalmente hacia la educación, la salud, la alimentación, la vivienda, el vivir con calidad, y los beneficios socio económicos de mejora para los trabajadores y trabajadoras del sector público y privado, según los artículos de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Lo que en cambio sí hay, es un giro hacia el neoliberalismo, acentuado en el autoritarismo, con la instauración de un régimen que pretende mantenerse en el poder, aplicando a la brava, a lo criollo, políticas y una religiosidad que van de la mano con un militarismo caudillesco, y la sumisión de una sociedad dividida en dos toletes, escindida, tal como ocurrió luego de la independencia de España a partir del primer cuarto del siglo XIX. Hoy el nimamismo cuenta con sus aláteres que se están aprovechando de las riquezas de la nación, y viven del extractivismo de los recursos naturales y minerales, que les permite a un reducido número de oportunistas, que a través de la geopolítica, pero a un costo elevadísimo para el país, bajo este régimen que no da pie con bola, y lo único que sabe hacer es desconocer la Constitución y maniobrar, amparados por unos grupos de oficiales de alto grado en las fuerzas armadas, con dominio sobre los órganos de seguridad del Estado policial y parapolicial, con miembros de los colectivos armados; que los blinda, y con lo cual mantienen a raya a opositores y disidentes, defensa que por supuesto tiene que ejercerse en todo el territorio nacional, puesto que deben cumplir desde la institucionalidad, pero que afecta al resto de la población, a las mayorías, las cuales deben resolver sus asuntos propios, para sobrevivir en medio de la miseria, optando por migrar o tener una existencia precaria, donde con lo que se gana, no se puede cubrir lo que corresponde a la canasta básica integral, que ya asciende a los 600 dólares al mes.

Es un sistema como el que mantuvieron los de la IV República, pero desde la socialdemocracia y el socialcristianismo, que fue la práctica común después de la II Guerra Mundial y la victoria de Occidente, arrebatada a los comunistas, después que éstos frenaran en seco al fascismo, y el nazismo, pero se impuso el Nuevo Orden Mundial por parte de los coleados al final de la conflagración mundial y guerra fría. Hoy los enchufados, la burguesía revolucionaria, y las oligarquías leales a su credo y de buenas con el régimen que les permite ganancias y ellos que NiMaMo se sostenga de la brocha, de la que cuelga como un platanote transgénico, al que se guindan los milicos, policías y colectivos que sirven de escudo contra el resto de los as instituciones y los poderes públicos del Estado autócrata, que no llegan entre todos, el número de votos suficientes para ganar una elecciones limpias y trasparentes. Es lo que ocurrió el 28J, que lamentablemente y por los errores acumulados en más de una década, permitieron que la derecha extrema se hiera con las boletas que le dan el triunfo. NiMaMo lo dijo desde el principio, y lo han ratificado los nimamistas, que llueva, truene o relampaguee, ellos no iban a entregar el gobierno, y menos el país a los que han ofendido la majestad de la patria, pidiendo intervenciones de potencias extranjeras y de las fuerzas armadas, para someternos al imperialismo. Sin embargo, si jugamos con las cartas sin marcar, la democracia es clara y diáfana, a quien gana por voluntad de las mayorías, hay que reconocerle la victoria. Si no, se corre el riesgo de que se tenga que buscar salir del régimen por otras vías, y Venezuela en ese sentido es muy levantisca, y no habiendo mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista, guerra avisada, no mata soldado.

Al respecto las diferencias entre chavismo y nimamismo son claras como el agua cristalina, desde el propio enfoque ideológico, del discurso antiimperialista centrado en el proyecto del Socialista del siglo XXI, políticas que van orientadas a la recuperación del aparato productivo interno y del control de las exportaciones del petróleo, sus derivados y afines, además de todo lo que yace en el subsuelo del territorio nacional, insumos que se requieren para potenciar al país. Pero el nimamismo ha mostrado abiertamente hacia dónde ha derivado, al neoliberalismo abierto y rampante, aplicando el autoritarismo, y paulatinamente abandonando las políticas socialistas, pues la principal prioridad consiste en mantener la estabilidad del régimen, y gobernar con su cara de tabla, como si aquí no pasara nada, y todo lo que hemos padecido por este régimen durante los últimos once años, desfalcos, corrupción, entrega de los recursos, desconocimiento de la aplicación del Plan de la Patria, y los cambios del proceso revolucionario real y legítimo, no se ve por ningún lado. La gestión económica durante el chavismo nos colocó entre los primeros países de la región, pese al enfoque keynesiano, con inclusión social, creación e implementación de las misiones, y una administración que respondía a las necesidades de la nación.

NiMaMo, con sus medidas pragmáticas, neoliberales, dolarizó la economía y privatizó, cuando no entregó a través de ando concesiones espurias, la explotación de nuestros recursos energéticos a manos de trasnacionales, que Chávez expulsó del país; gringas y de la Comunidad europea, haciendo alianza con las de Asia, Medio Oriente y Rusia. Enfocada hacia nuevas inversiones y asociaciones estratégicas, sin ceder soberanía, y con control mayoritario sobre las inversiones foráneas, reduciendo los costos y aumentando la fuerza de trabajo bien remunerada y satisfecha de un liderazgo que cumplía lo que prometía. No ha sido durante la gestión de NiMaMo, y lo que más llama la atención de propios y extraños, son las reiteradas violaciones, a la orden del día, de la propia constitución, los derechos en general, y de los humanos en particular. Pese a que hubo serias críticas durante el chavismo por parte de la oposición nacional y de organismos internacionales, el chavismo mantuvo los derechos sociales y humanos; mientras que durante el nimamismo más bien se han incrementado los casos de la represión y violación de los derechos, incluso se mantienen un estado de excepción, bajo control militar policial y de colectivos parapoliciales, estricto. De modo que se mantiene y profundiza la centralización del poder, con un fuerte liderazgo personalista, y un control del PSUV, y de las instituciones, el instrumental para aplicar el control político, social y económico, bajo esta estructura jerárquica, donde el debate interno brilla por su ausencia, y las decisiones se toman por un politburó, sin la participación ni el protagonismo de todos los sectores de la vida nacional, como se esperaba sucediera desde que se inició durante el chavismo.

Por su parte en cuanto a la retórica antimperialista ha evolucionado, y se mantiene como un elemento constante, pero con diferentes matices y enfoques, variando el grado de sinceridad respecto de lo que diferencia en ambos períodos, aspectos que marcan las continuidades y discontinuidades que hacen la diferencia en el régimen de NiMaMo y la sensación que viven los compatriotas bajo las tensiones internas, en el movimiento político entre chavistas y nimamistas enfrentados. Y a decir verdad, si se analizan los principales elementos que componen el proyecto de NiMaMo tenemos, el carácter y la voluntad de mantenerse llueva, truene o relampaguee, en el poder, es decir, eternizarse en él, lo que requiere de mano dura, estrategias elaboradas por el círculo estrecho del nimamismo desde el gobierno, que anula la posibilidad de considerar la alternabilidad política. Para lo cual se requiere de recursos, de ahí que se apuntale como enfoque el aprovechamiento Extractivista y la explotación de los recursos naturales, petróleo, gas, oro y cuanto mineral se encuentre en el subsuelo, que se realiza desde las asociaciones con capitales foráneos, de EEUU, China, Rusia, y otras naciones y las respectivos consorcios extranjeros. Siendo la práctica del sistema neoliberal que implementa tales políticas económicas, que incluyen dolarizarla, reduciendo los derechos contractuales con los trabajadores.

Un Estado militarizado en todas las instancias gubernamentales y la economía, que incluyen a las empresas estatales. Esto con un alto costo del control social a través de la represión y el amedrentamiento, para silenciar a la disidencia, con un aparato de seguridad y control de la población. La consolidación y fortalecimiento de una burguesía revolucionaria, que se compone con los aliados, los enchufados del régimen, beneficiarios del sistema, a cambio de lealtad al jerarca. Salpimentado por la creación de un marco legal restrictivo, una especie de jaula jurídica, que limita las libertades democráticas, para ejercer el control político sobre toda la oposición, de derecha y de izquierda. El oportunismo geopolítico es la estrategia para buscar alianzas con las potencias de Occidente y Oriente, opuestas al imperialismo y sus satélites, a quienes se dirigen todas las críticas, para logra el apoyo, sin perder soberanía, aunque sí endeudar a la nación por la cantidad de préstamos acordados, que se paga con los recursos de la nación firmados por el régimen.

Estos serían algunos elementos a ser tomados en cuenta a la hora de una exposición breve y ajustada, que se queda corta en cuanto a un análisis más riguroso y exhaustivo, para despejar en su enfoque lo medular de tales asuntos caros para Venezuela, y la consolidación del poder desde un control del ejecutivo, a expensas de la gente y el desconocimiento de los derechos sociales, políticos y económicos, así como de las libertades democráticas y la justicia. Tales son las derivaciones de un régimen autoritario, que hemos caracterizado respecto a la comparación que cabría con el chavismo. Lo primero que hay que destacar es el giro autoritario de NiMaMo, que se ha profundizado con intensidad creciente, el incremento de la represión, sobre todo después de las fraudulentas elecciones del 28J, no solo contra la oposición política, sino también contra los disidentes chavistas y demás organizaciones de izquierda y los comunistas. Para lo cual se puso en práctica las tácticas de persecución, de acoso y revisión de artículos personales, como los celulares, violentando los derechos elementales de la privacidad, así como las detenciones arbitrarias, de menores de edad, y las torturas y vejámenes, además de la violencia física y psicológica sistemática por parte del régimen contra el pueblo en su mayoría, que salió a protestar desde el 29J, ante los burdos y descarados anuncios de ElAm que dio como ganador sin pruebas concluyentes a NiMaMo, con total impunidad y sin trasparencia, unos comicios apurados y aparatosos, y una supuesta victoria, además muy pírrica, del candidato 13 veces en la boleta con donde se contaban 8 opositores en la justa por el cetro que ya tenía nombre y apellidos, NiMaMo, se pagaron y se dieron el vuelto con todas las instituciones secuestradas por la fuerza bruta y la imposición de VlaPaLo y DiCaRo.

Por eso decimos que el chavismo no tiene nada que ver con el nimamismo, como el marxismo con el leninismo, porque son paliativos, eufemismos para decir lo que no es. El chavismo solo sirve por los escapularios de Chávez, con los que hicieron milagros ajenos, luego del asesinato del líder del proceso de cambio, con su muerte se sentenció la del chavismo originario, y es lo que hoy tenemos como mampara. Pese a que en ocasiones hubo excesos, los cuales fueron enmendados en el término de la distancia, es asintomática la defensa más enfocada en el proceso de la burguesía revolucionaria, con el desmantelamiento de las instituciones democráticas, llevándose por delante los poderes públicos, un asalto desde el Tribunal Supremo de Justicia, la Asamblea Nacional, la Fiscalía General, a fin de consolidar el control por parte del régimen. El chavismo mantuvo las instituciones democráticas, pese al recio control político, pero jamás con el nivel de desmantelamiento como el actual, aunado a las violaciones a las debidos procesos, a los derechos humanos, con un aumento inusitado y aberraciones que violentan incluso los tratados internacionales por las ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, y arbitrariedades por parte de las autoridades que se sienten guapas y apoyadas por sí mismas.

Es claro y notorio que el nimamismo ha declarado un estado de excepción y de manera prolongada y sistemática, usando como justificación la coacción, y herramientas represivas, con limitaciones a las libertades civiles. Controlando los medios y comunicación, cerrando canales, aplicando censura, y persecución de periodistas y demás comunicadores en redes. A la vez que acapara los medios del Estado que están bajo su control absoluto, donde no existe opinión en contrario o disidente, sin mayor diversidad de medios y menos sin censura directa. Desde donde se deslegitimiza las posturas de la oposición al gobierno, siendo acusada de traición, terrorismo, fascismo, buscando dividir y desmovilizarlos, sin que existan espacios más amplio de discusión y debate político. Por todo esto es que pensamos que el nimamismo, y NiMaMo en primer término, para poder permanecer en el poder y ser inamovible, ha avanzado en establecer un régimen autoritario, represivo y despótico, que en comparación con Chávez y el chavismo, dejan mucho que desear, desde cualquier enfoque, pues se ha ido consolidando en el poder a través de la violación de los derechos, de la democracia, ejerciendo la violencia física, el control de las instituciones y la eliminación de cualquier forma de disidencia y de oposición y la alternabilidad por vía del voto, lo cual ha quedado bajo sospecha de fraude, hasta que se muestre lo contrario, enseñando los elementos de juicio, las actas, y el reconteo de los votos uno a uno.



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Franco Orlando


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