Vengo leyendo con mucho interes, y me atrevo a decir, que al hacerlo he sentido la misma angustia y preocupación que seguramente han sentido tanto Memo Fernández como Ronald Denis, Valderrama y Luna pero así como ellos muchos más. En definitiva lo que cada uno de estos compas expresan en sus artículos es la necesidad de anudar las trenzas sueltas en el andar del QUÉ HACER revolucionario para no seguir dando traspiés y lograr un caminar erguido. Esta es la razón por la cual intento contemporizar lo expresado por unos y por otros, con el propósito de buscar caminos de entendimiento, articulación y unidad orgánica.
Porque, para quienes venimos insistiendo en la propuesta de organizar la Junta Patriotica de Salvación como un instrumento de unidad nacional popular revolucionaria anticapitalista, entendemos que un movimiento político revolucionario debe combinar los siguientes elementos fundamentales: probar que se es una fuerza material capaz de enfrentar y derrotar a otra fuerza material como lo es el capitalismo, tener la razón histórica, disponer un plan correcto de gobierno, contar con una dirección que guíe estratégicamente el conjunto de sus acciones y demostrar una férrea voluntad de lucha. Bueno, con todo eso cuenta el chavismo de base y sin lugar a dudas muchos destacamentos del movimiento popular, pero de todos estos elementos, hay que declararlo, hace falta una dirección colectiva nacional cohesionada.
Por eso consideramos que la preocupación de los compás antes mencionados, son los temas centrales de una agenda que debe resolverse sin más tardanza en conjunto el movimiento popular revolucionario y el chavismo de base para estar en capacidad de construir la necesaria y urgente unidad de acción en función de superar revolucionariamente el actual estado tiránico, así como impedir que la ultraderecha representada hoy en el maricorinismo regrese al poder. Mientras esa fragmentación siga pesando en la espiritualidad del campo del chavismo de base y del socialista revolucionario en general, el asunto de la unidad continuará sin resolverse y las chispas de la revolución socialista en el corazón del pueblo venezolano no habrá quien la prenda. Entonces, así es como el madurismo y el maricorinismo podrán seguir tranquilos organizando y ganando elecciones a su manera, esa será la razón que les permitirá seguir su marcha de destrucción de la República que es lo mismo a decir, la vida de los venezolanos.
Efectivamente, la gran tragedia por la que hoy atraviesan los empobrecidos del chavismo y de la oposición, es decir, el pueblo venezolano, dividido en dos toletes para conveniencia de las dos lumpen burguesías, que sostienen este sistema de desastres y catástrofes, es precisamente la fragmentación de las ideas sobre el quehacer revolucionario, pero además, es que fueron despojados de sus referentes teóricos como la democracia y el socialismo. Ambos conceptos son manoseados y deformados por las dos bandas burguesas generando una enorma confusión en el pueblo quien es el que debería hacer uso práctico de ambas palabras, porque una revolución encabezada por los empobrecidos del chavismo como por los empobrecidos de la oposición no puede ser sino una revolución democrática y socialista, una que cambie la catastrófica realidad capitalista actual por una realidad socialista donde se edifique una sociedad de productores libremente asociados.
De ta manera, que la terrible confusión ideologica, la trágica desorientación programática que en la actualidad impide que pueda haber desde abajo y desde la izquierda socialista y revoluciobaria el necesario empuje heróico tiene que ser disipada en la calle, en un debate con el pueblo, construyendo las chispitas que indiquen que si puede lograrse una nueva sociedad.
Nuestra posición política es que debemos organizar en lo inmediato un estructura de dirección y desplegar a en la calle con los sectores populares y el chavismo de base, sin dogmatismos ni prepotencias, el debate del Plan de la Patria original 2013-2019, nos parece un programa de transición correcto y un buen inicio para retomar la calle y comenzar a reconstruir la fuerza material anticapitalista y socialista que hace falta para derrotar políticamente al madurismo y al maricorinismo como pilares que sostiene la desastrosa realidad actual que sufre el pueblo venezolano. Es posible cambiar la relación de fuerzas a favor del pueblo y la revolución socialista pero para conseguirlo hay que embarrialarse al lado y con el pueblo.
No hay lugar para la duda entonces, la fragmentación de las ideas y del accionar revolucionario es un factor determinante en la desmovilizacion del campo popular revolucionario. Esta dispersión y parálisis de la subjetividad colectiva es el resultado logico de falta de voluntad para el encuentro de los distintos actores del movimiento popular, tal deficiencia es lo que está generando debilidad en el accionar de las fuerzas revolucionarias, así no se puede seguir, ningún revolucionario sincero puede atribuirse ser el Robinso Crusoe de la revolución, ni dueño absoluto de la verdad, o ser el depositario y ejecutor de las leyes inexorables de la historia, tal vaina no existe, la historia como lo dice Memo, no es lineal, la revolución está llena de incertudumbres, sin embargo, pero algo si podemos guardarnos para definirla entre todos, construir la unidad y decidir que la revolución en Venezuela o es socialista o no será una autentica revolución. Esta fragmentación y rigidez lineal hay que superla, y sin darle más vuelta al asunto, juntemonos.