Cuando aquellos que suscribieron el Manifiesto Comunista, dijeron "un fantasma recorre al mundo", no imaginaron que esa frase tendría un uso persistente, obstinado y hasta trivial en la Venezuela de ahora. Hay gente, hasta ilustrada, que refiriéndose al gobierno existente en Venezuela, uno típico de una sociedad capitalista, vista con la óptica rígida de quienes hacen ciencia social y a uno, el simple mortal, informan, no de un político dedicado a la propaganda o alterado emocionalmente, un opositor del común y hasta extremadamente discrepante del gobierno, hablan de un Estado y lo que es más ridículo, sociedad comunista. Estado y gobierno, sin ningún rasgo que los asocie al socialismo y menos al comunismo, que no es sino una utopía; si acaso según la visión de muchos, un gobierno autoritario, rasgo nada ajeno al capitalismo.

Quien esto niegue, le invito a que revise sólo la historia de América Latina y se refocile en las tantas dictaduras habidas dentro del modelo capitalista y los innumerables gobiernos, tenidos como democráticos, pero altamente autoritarios. Porque la llamada democracia representativa que, otorga los poderes del pueblo a sus representantes, si bien en su tiempo fue un avance, sólo recogió una demanda popular para traducirla de manera que, como dijo el Conde de Salinas, en "El gato pardo", "Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie". El pueblo, según aquellas novedosas disposiciones, las relativas a la representatividad, les otorga a algunos escogidos y hasta ungidos, no sólo el derecho a representarlo, lo que sería bastante bueno y democrático, sino a pensar y decidir por él.

Los griegos en la antigüedad, en las tantas islas de aquel enorme archipiélago, por lo que hubo tantos dioses y diosas, funcionaban como ciudades Estados. Y en cada uno de ellos, en cada isla, donde la población no era mucha, se reunían en asamblea los hombres, representantes de familias y decidían cada cosa; los gobernantes, Arcontes, estaban obligados a acatar aquellas decisiones y demandas.

Esa forma de organizar y otorgar poder al Estado, que incluye la "supuesta" separación de poderes, donde pese eso quienes los ejercen siempre encuentran la forma de ponerse de acuerdo para mantener sus privilegios, se le ha llamado centralismo democrático, el mismo del cual se valen los partidos comunistas del mundo, incluso los que han llegado al poder.

Al pueblo, las llamadas democracias representativas, que aplican ese centralismo democrático, como lo hace el gobierno de ahora, poco le consultan. Pese el constituyente de 1959, llegado Chávez a la presidencia, introdujo en la Constitución lo relativo a lo "participativo y protagónico", pero eso no pasó de allí, se quedó como un hito y demanda. El Estado sigue funcionando como antes.

La queja o denuncia, ahora persistente de cierto sector de la oposición, relativa al control de los distintos poderes del Estado por parte del actual gobierno, no es más que el resultado de los descomunales errores cometidos por ella misma.

La legalidad de hoy, la dispuesta en las leyes que fundamentan el comportamiento del Estado y gobierno, es la misma; la constitución de 1959 sigue vigente. El hecho que el gobierno controle todos los poderes, se deriva del "favor" que esa oposición, le hizo al gobierno, absteniéndose en las elecciones pasadas para escoger el cuerpo legislativo o la AN. Por eso el gobierno controla la AN, el TSJ, el CNE, etc.

El ejercicio del Estado sigue siendo representativo, lo inherente a la llamada democracia burguesa; nada tiene de participativo y protagónico, pues la población se limita a escoger representantes, quienes hacen y dicen lo que se les antoje o les ordenen. Cuando mucho, se ponen de acuerdo en sus fracciones, para optar por algo. Y esta práctica, la asumen todos, los del gobierno y de la oposición.

¿Acaso la señora Machado consultó al pueblo, a toda la gente que le apoya, para designar a quién le sustituyese, en vista de su inhabilitación? ¿Cómo fue la escogencia de González Urrutia, como candidato presidencial? ¿Fue esa una decisión democrática, derivada de lo participativo y protagónico o de la voluntad personal de la señora Machado? ¿No hubo en eso una decisión autoritaria?

El modelo económico de la Venezuela de hoy sigue siendo el mismo del pasado, estructurado en base a la propiedad privada de los medios de producción y, los trabajadores, sujetos a un salario que, por cierto, ahora, por las razones que sean, es una miseria, en comparación con el de antes. Es decir, ahora el empresario capitalista, que no es nada comunista, no le vayan a echar esa vaina a Adam Celis y Fedecámaras, está en mejores condiciones que antes para explotar la fuerza de trabajo.

Como dije en el trabajo anterior, en la Venezuela de ahora, el empresariado asociado a Fedecámaras, tiene un poder y superioridad frente al Estado que nunca tuvo antes. Para enterarse del porqué de esta afirmación, les invito a leer mi trabajo titulado "Salario y prestaciones sociales, causan enfrentamiento nada sordo entre Fedecámaras y gobierno. Es hora de debatir".

https://www.aporrea.org/actualidad/a335274.html. En él, entre otras cosas dije, "Fedecámaras, desde su nacimiento, en 1944, nunca había tenido, frente al gobierno, el poder que hoy ejerce".

De manera que, si algo se dice sin fundamento, mintiendo descaradamente, pero también por ignorancia y hasta para difundir odio, uno de los combustibles que mucho se utilizan en la lucha política y electoral en Venezuela, es eso que, el gobierno es comunista y hasta la sociedad toda, en eso la han envuelto y convertido.

Para desmontar tal mentira, no es necesario hablar de números macroeconómicos, tema que, a veces, es incomprensible, sino basta con indagar detalles simples acerca del funcionamiento de la economía y el carácter de las relaciones de producción. Que el gobierno tenga conductas que se pudiera, en algunos casos, definirse como autoritarias, no es fundamento para calificarlo de comunista. Si así fuese, entonces tendríamos que decir que América Latina y particularmente Venezuela, ha vivido, sin saberlo, toda la vida, inmersa en el comunismo. ¡Cuánto autoritarismo ha habido en nuestra historia! Hasta podríamos decir que nunca hemos dejado de vivir bajo el peso de él.

No obstante, ese comunismo que ahora, como "un fantasma, recorre" o atrapa a Venezuela, Fedecámaras, en su reunión anual, instalada en San Cristóbal, hace tres o cuatro días, donde con alegría recibieron a la vicepresidenta Delcy Rodríguez, quien dijo, palabras más o menos, "me siento como en casa", acaba de proponerle al gobierno para la discusión, la privatización de sectores del servicio eléctrico, dadas las fallas abundantes. Y al decir esto, para que el lector piense con detenimiento sobre el tema del comunismo, quiero recordar cómo, Raúl Leoni, aquel gobernante tenido como de los demócratas a carta cabal, pocos días después de haber sido electo presidente, en la inauguración de una etapa del Guri, empresa u obra iniciada por Pérez Jiménez, un conocido dictador de la extrema derecha capitalista y aliado entonces de EEUU, dijo, cito de memoria "para el futuro los venezolanos tendrán servicios de agua y luz gratuitos".

Y a ese hecho, al cual he hecho mención, donde Fedecámaras recibió con satisfacción a la Vice Presidenta de la república, que no crítico con adversidad, ni a uno ni a otro, pues la realidad impone buscar, hasta donde sea posible y equilibrado, puntos de entendimiento, dado que no soy nada ortodoxo, pues es la resultante del proceso histórico venezolano, sin olvidar los tantos errores cometidos, es una absoluta negación del infantil pregón, según el cual, en Venezuela manda el comunismo.

Pero quienes así diagnostican la realidad venezolana, diciendo que estamos ante un gobierno y hasta sociedad comunista, unos por ignorancia y otros de manera estudiada para ganar adeptos promoviendo odios, se dañan así mismo, los proyectos que apoyan y hasta pudieran dirigir. Pues como en la medicina, en la política, quien mal diagnostica, se equivoca al definir el tratamiento o diseñar políticas. La historia reciente de Venezuela, está llena y hasta repleta de ejemplos muy ilustrativos.

El hecho simple, evidente, del conocimiento por demás público, muestra que el PCV está en la oposición. Y hasta si se quiere, para complacer a quienes de ello necesitan, por lo menos, el viejo partido lo está. Mientras que el empresariado, el capital privado, se siente, por lo menos por ahora, en buenas relaciones con el gobierno. La presencia de la vicepresidente Delcy Rodríguez, en la Asamblea anual celebrada ahora en San Cristóbal, sus palabras y las de la representación del ente empresarial, revelan "en donde estamos y con quienes vamos".

Quienes con todo el derecho que le da la vida, la legalidad, ejercen oposición frente al gobierno, deberían cuidar hacer su trabajo con diagnósticos apropiados, pues en la política, como en el ejercicio de la medicina, la ingeniería, quien mal diagnostica o calcula, termina en el fracaso. Y ya hay demasiadas muestras que esto viene sucediendo y, hasta bastantes culpas y sufrimientos. Aunque hay, pues, en "viña del señor" de todo, quienes, de ese mal proceder, por ignorancia, mala fe o acumulado odio, han sacado jugosas recompensas.