La revolución bolivariana pudo ser el comienzo de la liberación de los pueblos del mundo, pero fue traicionada, fue vendida a la codicia capitalista. El ejemplo de luchar por un mundo desigual, el ejemplo de una sociedad donde los seres humanos podemos asociarnos sin competir, cooperando, solidarios con los más pobres y desvalidos, se perdió por codicia y ambiciones personales de petulantes. Chávez fue un hombre de grandes ambiciones, un humanista solitario, que perdió dentro de la mezquindad marginal de los que los traicionaron.
Los Brics representan la otra cara de una misma moneda, la otra cara del capitalismo. Una es la del occidente liderado por EEUU y la otra, liderada por economías capitalistas emergentes comandadas por China y Rusia. Venezuela dentro de los Brics no cambiará su condición de país dependiente, mientras seamos un país desigual y subdesarrollado, con un sistema público de educación miserable, sin maestros y profesores, un sistema de salud pública que abandonó a sus trabajadores y a los pobres, con una democracia inservible, y una economía colonizada y retrasada en manos de la codicia de empresarios lumpen, sin patria, sin conciencia. Un país sin un pueblo sano, libre, sin soberanía sobre sus recursos, dentro de lo Brics es devorado.
El capitalismo no sabe de respeto. No hay un capitalismo bueno, solidario, que no compita o no desee tener poder y control sobre sus competidores, eso ya está dicho y pensado. Pensar vanamente en un Vrics, con la "V" de Venezuela es demagógico, y cuando no, un deseo que se pierde en lo simbólico. Brasil vetó la entrada de Venezuela porque Brasil tiene petróleo, y porque Brasil compite en otra liga, como productor de alimentos y con industrias pesadas. Igual pasa en Mercosur; son espacios para intercambio comercial, para hacer negocios, nada más. Lo único que tiene maduro para ofrecer en esos espacios es petróleo sin soberanía, pedir a gritos que seamos colonizados por inversionistas; dándole la espalda a los trabajadores y cultivando una pobreza para que sirva de recambio a la explotación de nuestra mano de obra barata.
Tuvo que morir Chávez para que ese impulso socialista se transformara en el papel humillante del madurato, pidiendo a gritos que seamos colonizados por cualquier capital, ¡aquí hay una mano de obra casi regalada!, dispuesta por ellos para que multipliquen sus fortunas. La expectación redentora en los Brics es una ilusión, una mentira de justicia para acabar definitivamente con la esperanza socialista.
El capital no permite multipolaridad, se concentra dejando detrás un mundo desigual y desértico, en Europa, EEUU, China, Rusia, en el planeta, es cuestión de tiempo y de unas cuantas guerras genocidas más. ¡Tantos conspiranóicos en el planeta que no son capaces de entender dónde se cocinan los miedos y los odios!
Impulsando una economía socialista es la única forma de superar el egoísmo encarnado en la conducta social. El trabajo cooperativo y solidario estimulado por el bien común debería ser la condición para negociar nuestros recursos con el resto del mundo, no "el crecimiento económico", el cual, en un país tan desigual y atrasado, es vergonzoso.
Para ser una sociedad fuerte hay que poner los pies en la tierra. Venezuela no necesita exportar alimentos, que, después del petróleo, es lo único que puede exportar. Venezuela necesita alimentos a lo interno, necesita bienestar, salud, conciencia, patria hacia dentro. Es ridículo formar fiesta con los indicadores de desarrollo y crecimiento CAPITALISTAS, es como andar bien vestido, con hambre, locos y enfermos. Aparentar salud física cuando no la tenemos mengua nuestra salud mental, vivir en la mentira y mintiéndonos, engañados por grupo de petulantes aprovechadores.
Nosotros ni el mundo podemos esperar a que la mano "invisible del mercado" nos de lo que ahora necesitamos para vivir con dignidad. Antes de que Venezuela sea colonizada por el capitalismo redentor de Maduro, hemos desaparecido como pueblo, ya hemos muerto de hambre y necesidades, el capitalismo es una ilusión de felicidad y a la vez una máquina destructora de vida que nos lleva atontados, cogidos de las narices hasta el final de nuestra existencia como personas y como humanidad.
La importancia de Chávez en nuestra historia es vital, hay que rescatar su coraje y rescatar su voluntad por cambiar el sistema, el rumbo de este mundo suicida. Solo con grandes ideas humanísticas podemos hacer una revolución social, con esfuerzo y sacrificios personales, la revolución es una necesidad existencial pero también un apostolado, no es una postura. Chávez fue un ejemplo de líder mundial, un capitán sin falsas posturas, políticas y sociales, y un ejemplo de crecimiento personal basado en grandes ideas, para hacer un mundo más justo y equilibrado, voluntad de hacer cambios, no reformas inútiles. Sin un líder y una vanguardia que lo acompañe los pueblos no son capaces de salir de su esclavitud, decir lo contrario es demagogia. Necesitamos de un líder socialista que sea capaz de enfrentar al capitalismo mundial, otro Chávez, otro Fidel, otro Bolivar.