Como articulista de este prestigioso portal, nunca hemos escrito en defensa de alguien en particular, pero hoy lo haremos en favor de esa pluma brillante que nos deleita, desde Mérida, llamado José Sant Roz, a través de sus artículos de opinión.
Debo aclarar de entrada, en esta nueva entrega, que no he tenido aún el placer de conocer a Sant Roz, pero es posible que ocurra muy pronto, una vez que visitemos de nuevo a la "Ciudad de los caballeros", en uno de esos viajes cortos que hacemos para ver a nuestra hija, y de paso para chequear nuestra salud.
Hasta donde hemos podido leer los artículos de Sant Roz, todos, o casi todos, llaman poderosamente la atención, por cuanto el contenido de los mismos demuestran que están ajustados a la verdad y al acontecer diario de nuestro país.
Pero además dejan saber que su contenido están bien fundamentados y respaldados con hechos históricos, lo que nos hace pensar que la pluma de Sanz Roz se nutre de una exhaustiva investigacion, previa.
En lo personal creemos que Sant tiene como especialidad el estudio de la historia, además se sabe que tiene una larga trayectoria como investigador y escritor, que le han permitido editar más de una veintena de libros.
Entrando ya en materia relacionada con el tema que nos ocupa, debemos referirnos a ese experimentado político, formado en las viejas filas de Copei, conocido ampliamente en el país como "El Tigre", Eduardo Fernández.
A manera de ilustración, sobre todo para los más jóvenes de hoy en día, recordamos que Fernández, junto a Oswaldo Alvarez Paz y Abdon Vivas Terán, fue uno de los "delfines" de Rafael Caldera, pero ante las divergencias que surgieron, años después, con el ex-presidente de la República, las relaciones quedaron marchitas, por no decir completamente rotas.
Todo esto ocurrió, una vez que "El Tigre" se convirtió en Secretario General de Copei, pues en ese momento el ex-presidente Caldera pretendía, una vez más, seguir siendo el único candidato por Copei con derecho a optar a la presidencia de la República, como lo demostró a lo largo de su vida.
Todo esto trajo como consecuencia que surgiera una especie de rebelión entre los propios "delfines", incluyendo también a otros dirigentes destacados de esa organización política, vale recordar identificada con el cristianismo.
Oswaldo Alvarez Paz, por cierto, fue el único dirigente de esa época que logró ser candidato presidencial, una vez que fue escogido por una mayoría de copeyanos, a disgusto de Caldera, en una elección interna que convocó el propio "Tigre" Fernández, por primera vez en el país.
Caldera, entre tanto, optó por romper por completo con Copei, por ello, como buen cristiano, le hizo la cruz al partido que el mismo fundó y poco después buscó que desapareciera una vez que le dió paso a la creación de Convergencia.
Revelaciones intimas ofrecidas por Alvarez Paz, que nunca fueron dadas a conocer a la opinión pública de ese entonces, dan cuenta que días antes a la elección interna de Copei, le dispensó una visita en su casa "Punto fijo" para invitar a Caldera a participar en la elección interna, pero en repuesta el ex- presidente dijo en ese momento: "yo no me mediré en ese sainete".
Caldera de inmediato le preguntó después a Oswaldo lo siguiente: "Dime una cosa, Oswaldo, tú tienes pensado medirte, porque te veo muy entusiasmado".
Oswaldo en ese instante contesto: " Presidente, solo si usted no lo hace".
En ese momento, recordó Oswaldo, surgió un largo silencio y Caldera luego dijo: "Bueno, ya veremos".
De todo esto se dedujo, sobre todo desde el Zulia, que Oswaldo, aún cuando le demostró fidelidad a Caldera, el ex-presidente luego lo traicionó, por cuanto no le dió el respaldo que esperaba, a pesar que había ganado poco después las internas, tras derrotar al "Tigre" Fernández.
Por cierto, falta explicar que en esa declaración íntima de Oswaldo, siendo gobernador del Zulia, y hasta ahora nunca revelada, estuvimos juntos a él en nuestra condición de periodista, al servicio de la administración pública de ese entonces.
Lo demás es vieja historia política de "El Tigre". Desde entonces siempre se le ha visto, a pesar de su avanzada edad, aspirando que la oposición lo vea con buenos ojos, como el político alternativo, bien preparado, para derrotar al chavismo, y convertirse así en el próximo Presidente.
Desde luego, esa jauría de lobos de la oposición, sobre todo la del ala de la extrema derecha, ni bolas le paran, y solo lo aprovechan para que arremeta, en contra del gobierno del presidente Maduro, cada vez que pueda.
Dicho todo esto, lo que si llama ahora la atención, es esa nueva postura, hasta ahora desconocida, que ha mostrado "El Tigre" ante el país.
Eso de salir a estas alturas de la vida haciendo creer que por sus venas solo corre sangre española, más no indígena, no se lo cree nadie, ni los mismos nietos y bisnietos, mucho menos el actual país.
Según Sant Roz el escrito de Fernández, que lo alude mientras defiende al rey Felipe VI, deja saber, reiteramos, que este desfasado político asegura sin ningún pudor que desciende de genuinos españoles, que no tienen ningún linaje con nuestros indígenas del pasado.
Evita mencionar que sufrieron la ignominia, por más de 400 años, ante los maltratos y abusos de los conquistadores españoles, a los que el propio Felipe VI los considera solo miembros del reino de Castilla, pero no de España.
De allí que su excelencia, Felipe VI, se haya negado a pedir perdón al pueblo de México, como lo sugirió el hasta entonces presidente de esa nación, Andrés Manuel López Obrador, días antes de entregar la presidencia.
Recordemos que Felipe VI, para asombro del mundo y muy especial para los pueblos de América, se atrevió a decir que España nada tiene que ver con lo malo que hicieron los conquistadores del reino de Castilla, para así eludir esas antiquísimas responsabilidades.
"El Tigre" demuestra con esta actitud, que no está ganado a aceptar que por sus venas corre sangre indígena. Eso le molesta y le incomoda, que pueda ser así.
Ahora nos preguntamos:
¿Que suerte pudieran correr nuestras etnias indígenas, si Eduardo Fernández llegara a la presidencia de la República?
Desde luego que por lo visto no les iría nada bien.
No sería de extrañar que los tratasen igual como lo hicieron los malvados conquistadores, que además de robarles sus tierras, abusaban de sus mujeres.
Vale destacar que ahora está de moda congraciarse con gente, incluso de otras partes, que han venido demostrando conductas impropias, en perjuicio de nuestro país.
Por ello vemos que Fernández busca ganarse el aprecio del rey Felipe VI, cuando le avala esa postura perniciosa, incluso ridícula, que trata de vender una historia completamente falsa, del triste episodio que vivieron nuestros indígenas del pasado, a manos de los esbirros conquistadores españoles.
Vale destacar que su majestad Felipe VI dijo escasos días atrás, que los españoles actuales nada tienen que ver con los que pertenecieron al reinado de Castilla.
Fernández, entre tanto, deja en evidencia que aborrece a nuestros indígenas, de allí que pregona a los cuatro vientos que por sus venas no corre sangre indígena, lo cual le hace subir el ego y sentirse español de raza pura, eso si no de los que pertenecieron al reino de Castilla.
Entre tanto, enfila sus ponzoñosos dardos en contra de Sant Roz, que de seguro le dio en la madre, a través de uno de esos escritos, que dan ganas de releer, tras salir en defensa de nuestros viejos ancestros.
Sant Roz, de seguro tiene mucha personalidad, para preocuparse de los ataques de esos muertos ambulantes.