La falta de ingenio y el discurso político fastidioso, agresivo y asqueante de la oposición, es clara señal de su decadencia. Lástima que hayan compatriotas que crean en sus promesas, en especial que "el régimen está débil y es cuestión horas para que caiga". Entendemos que ese es el trabajo de la oposición venezolana, ya que por mantener encendidas las Redes Sociales se ganan un buen billete y por mantener desquiciados a sus escasos afectos o seguidores ganan más plata todavía y hasta ahí pudiera tener cierto sentido, pero creer que Edmundo González vendrá el 10 de enero a tomar posesión es pura paja, como es paja que él está mentalizado que al llegar a Maiquetía pueda ser detenido por violar la normativa legal vigente nacional y eso a no lo afectará debido a su súper poder etílico. "Coño, no sé", pero eso de pintarse la boquita de rojo carmesí el primero de diciembre de este año, como señal de que Nicolás Maduro entregará el poder, es como cortarse el pelo para que el sol no alumbre el día siguiente; me imagino a los pesos pesados de la oposición en Portuguesa como Hermes Cortéz, José Carmona, Jobito Villegas, Valmore Rodríguez, Carlos Barrios, Oswaldo Zerpa, Grossman Parra y muchos que tienen portales de noticias o programas de radio que más escuálidos no pueden ser, verdad mi tocayito, con la boquita pintada de rojo-rojito papi. Dígame ese eslogan de la María Corina: "No a la Navidad", joder al coño, los venezolanos hemos sufrido ese enfermizo odio de la oposición hacia la pascua y fiestas navideñas a lo largo de los años, asi como de su delirante deseo tumbar a la revolución bolivariana, ellos nos han dejado sin gasolina, sin alimentos, sin luz, sin béisbol, a puertas de una invasión e intervención militar, hasta sin dinero nos ha dejado la oposición al lograr encasquetarnos el dólar como moneda de uso corriente en detrimento del bolívar; ustedes recuerdan cuando en diciembre del 2002 los opositores decían. "Comeremos hayacas sin Chávez", buenos ha pasado mucho tiempo de ese frustrado deseo, que hoy día vemos como intentan aplicar la misma receta, la vaina es que millones de venezolanos y yo celebraremos la Navidad.