Desde estos momentos, ya la gente piensa y tiene las miradas puestas en lo que podría pasar el 10 de enero en relación a la juramentación presidencial en la Asamblea Nacional. Imagine usted la tensión que habría al entrar el año 2025, solo porque Edmundo cada cierto tiempo, a lo mejor, bajo los efectos etílicos, guapo de momento, dice que vendrá a juramentarse corriendo cualquier riesgo.
En realidad, no creo que Edmundo sea capaz de tanto, si nos atenemos a que, primero, según los medios de comunicación, el propio día de las elecciones ya estaba volando bajo en los sótanos de la embajada de los países del mismo nombre, después de saber los desastres que hacían los comanditos en todo el país. Hombre previsivo vale por dos. Segundo, nunca acudió a las citas que le hizo el Tribunal Supremo de Justicia a llevar sus actas o a atender cualquier situación derivada del proceso electoral del 28 de julio. Lo único que le faltó al fiscal general fue ofrecer para el día de su cita un brindis con el mejor whisky; a lo mejor hubiese ido. ¡Nadie sabe! Tercero, según lo revelaron los medios y los actores que dialogaron con Edmundo en la embajada citada, el tomó la decisión de salir del país bajo algunas condiciones que Jorge Rodríguez, aceptó; pero, estas tres opciones tienen algo en común: El miedo. El sabe el problema en que está metido legalmente. Esto concluye en una interrogante: Con este aval de "Valentía", ¿Será capaz Edmundo de venir a "juramentarse" el 10 de enero?
Sin embargo, hay que estar atento con los días previos al 10 de enero; pues, el 6 es día de reyes y a estos individuos les gusta andar dando regalos. Es por eso que sugiero a Diosdado que esté pendiente de esos reyes, y que al verlos inmediatamente los pongan contra la pared y le requisen sus equipajes, puede venir Edmundo escondido en la caja de un arbolito, como un envió del rey de España con cobro a destino.
También María corina le puede hacer la segunda como gran interesada en que Edmundo se juramente, si lo mete de contrabando por Colombia. Para eso cuenta con una red fronteriza que le ayuda y es fácil: Songo se lo pasa a Borondongo; este lo entrega a Bernabé y Bernabé finalmente lo entrega a Muchilanga, después, no se sabe que hará Muchilanga con él.
Pero, de ninguna manera, Edmundo se puede juramentar como presidente de Venezuela; no tiene porque estar forzando sus neuronas sin razón alguna y tomando decisiones viscerales, que para su edad sería un gran sacrificio, cuando sabe que el presidente reelecto fue Nicolás Maduro.