Nota: Esta noticia, es un fundamento más para que,
quienes suelen decir, "me sabe a casabe", frase con
la que descalifican nuestro patrimonio, hoy de la
UNESCO, la eliminen de su inventario.
Hoy, se ha informado, la UNESCO, ha declarado al casabe, como patrimonio inmaterial de la humanidad, por esta circunstancia, como de manera apremiante, repongo uno de los tantos artículos que he escrito defendiendo al casabe de sus inconscientes detractores, con aquella frase, muy caraqueña de, "me sabe a casabe".
https://www.aporrea.org/cultura/n381704.html
Según una nota inserta en Aporrea, del 23 de marzo 2023, "Cuba, Haití, Honduras, República Dominicana y Venezuela presentaron este viernes en la Unesco el expediente de candidatura para inscribir la tradición de elaborar y consumir el casabe en la lista del patrimonio cultural".
Pongo el link o enlace, para que el lector, como decíamos en Cumaná, se mate por su propio pulso y constate la veracidad de la información que manejo.
https://www.aporrea.org/cultura/n381704.html
Los representantes gubernamentales de los países arriba mencionados, no es cosa extraoficial, ajena a los respectivos gobiernos, han hecho esa solicitud a la Unesco. Y es maravilloso eso hayan hecho. No es malo hacer siquiera de vez en cuando algo significativo, trascendente y valioso. Aunque esa declaración o solicitud no me satisface plenamente, pues no se trata simplemente de reconocer "la tradición de elaborar y consumir el casabe en la lista del patrimonio cultural", pues falta admitir su altísimo valor, como que "ese producto ancestral que se encuentra en el ADN culinario de los venezolanos y que proviene de la yuca, es un gran aliado para la salud. Un estudio realizado en la Universidad Central de Venezuela revela que su abundancia en fibra ayuda a combatir la diabetes, cáncer de colon, afecciones cardiacas e, incluso, la obesidad".
Y, como digo en el título, yo me río, no a carcajadas porque, nunca acostumbro a hacerlo, pese me halle ante algo muy jocoso. Sólo sonrío, salvo que unas veces gesticulo más abiertamente que otras. Y lo hago con placer, por un doble motivo. Porque soy un "vicioso" comedor o consumidor de casabe, tanto que hasta como merienda; me sabe delicioso y suelo molestarme cuando alguna gente descalifica al casabe, porque no le gusta, no forma parte de su cultura y escuchar usar de manera peyorativa, la expresión, "eso me sabe a casabe", cuando algo le disgusta, incomoda, pero pretende descalificarle, restarle todo valor. Y en verdad, por agradecimiento al casabe, el placer que en mi produce comerle y los enormes valores que contiene, cuando escucho esa expresión, suelo tomarla como una ofensa personal.
Es una expresión que ha formado parte del gusto al hablar y calificar de mucha gente habitante de Caracas. Y esto lo sé, sencillamente porque viví unos cuantos años en esa ciudad y me cansé de escucharla y sentirme, como comedor con placer de casabe, saber de sus grandes cualidades, ofendido y por eso calentarme.
En mayo del 2008, una periodista escribió una nota en "Últimas Noticias", diario entonces dirigido por Eleazar Díaz Rangel, en cuyo título se usó esa fea, descalificadora y de muy mal gusto, expresión.
Por ello, escribí el trabajo que de inmediato repongo, con toda la intención del mundo, sobre todo para llamar la atención a la gente toda para que revisen y se informen del valor del casabe. Porque, a mí, se me podría ocurrir decir que el pan a nada sabe; pues en materia de sabor para mí, como el casabe, a nada sabe. Pero le como con placer y nada digo contra él, pese si uno averigua, se entera que el pan, no es muy, qué digamos, saludable, más si lo comparamos con el casabe.
La gente, sobre todo quienes tienen poder comunicacional y pueden provocar o influir en la conducta, sobre todo de las multitudes, debe ser cuidadosa al hablar. Por muchas cosas, como convertirse en portavoz de malos ejemplos y hasta difamar personas, instituciones y valores culturales como el casabe que, además, es un prodigioso alimento y de un entrañable valor para grandes multitudes y una herencia hermosa de nuestros antepasados americanos.
Últimas Noticias estigmatiza al casabe
Por: Eligio Damas | Domingo, 25/05/2008
El casabe o cazabe, es una de las herencias de nuestra cultura indígena. Su elaboración es un proceso complicado a partir de la yuca. Los indígenas tuvieron que aprender a diferenciar los dos tipos existentes; la dulce o mansa y la amarga o brava. Ambas contienen ácido cianhídrico, el cual, según el profesor y académico Víctor Carrizales, que ha hecho importantes investigaciones sobre el asunto, "es un ingrediente mortal". Relata la fuente que hemos mencionado, que la yuca amarga, precisamente la utilizada para elaborar el casabe, tiene un contenido mayor del ácido, tanto como para matar a quien la consuma.
Escribió Pedro Mártir de Anglería, quien fuera Cronista de Indias, citado por Carrizales, "que los primeros que comían la yuca, morían enseguida". Y agrega que "realizaron experimentos varios y constantes sobre su uso, hasta que vinieron en conocimiento del veneno oculto en el jugo".
Informa Carrizales que "los indígenas idearon sebucanes o prensas para torcerlo o majarlo y sacarle ese jugo fatídico".
Es decir, para llegar a la elaboración del producto que consume una buena cantidad de venezolanos con placer, como quien esto escribe, nuestros ascendientes indígenas realizaron una labor cuidadosa y tesonera. Posiblemente llevó muchos años y trabajo intenso producir el casabe. Del cual, por cierto, ya por los años 1520, dijo Pedro Mártir de Anglería que "es más sano que el trigo para los estómagos humanos porque se digiere mejor".
Para "Últimas Noticias", específicamente para la reportera Irama Delgado, el casabe es algo así como excremento. En el lenguaje coloquial venezolano se usa con frecuencia la expresión "eso me sabe a m…", para denotar que no importa ni incomoda. También se dice "eso me resbala". Pero como la reportera, o para ser más equilibrado, quien tituló la noticia que enseguida comentaremos, no pudo usar la m…, la sustituyó por casabe.
En la página 39 del diario que dirige Eleazar Díaz Rangel, quien por sus orígenes, sensibilidad y formación cultural no descartamos que coma casabe, del día 23 de este mes de mayo, aparece una noticia, cuyo título, vulgar y procazmente dice: "A la cámara le sabe a casabe nombramiento de contralor".
Se refiere la noticia que, el Concejo municipal del Municipio Plaza del Estado Miranda, no ha cumplido con lo establecido en la Ley Orgánica del Poder Público Municipal, la cual según se expone allí, obliga a nombrar un contralor titular. Está bien, es su derecho, que a la periodista o quien tituló la noticia, le moleste que a ese cargo no le hayan designado un funcionario, pero para expresar ese disgusto no tiene por qué referirse de manera tan insensible, canallesca, brutal y despreciativa contra un alimento que es parte del patrimonio cultural ancestral de los venezolanos y consumido con placer en gran parte del país.
Y es absurda e infeliz la expresión, porque si es simplemente que al redactor de la noticia o a quien la tituló, el casabe no le sabe a nada, éste no es culpable de sus deficiencias gustativas. Ni tiene que pagar por el "buen gusto", la "refinada" y "exquisita" cultura culinaria del fablistán o fablistana. Uno no se va a enfadar ni herir a nadie que prefiera atragantarse con perros calientes o hot dogs y hamburguesas de McDonald o Wendy.
Por último, para ilustración de la ignorancia, según los conocimientos del académico Carrizales, resultantes de una larga y meticulosa investigación, expuestos en un libro que está escrito en inglés, "es una alternativa energética y posee alta concentración en fibra dietética, superior al pan y otros alimentos comunes. Por ser un alimento seco, es de alta duración. Resistente al enmohecimiento, a diferencia del pan que requiere la adición de compuestos químicos como el benzoato, sorbato de potasio y otros agentes para su conservación. Puede ser consumido por los diabéticos, ya que sus almidones se digieren a una velocidad menor que el pan".
De modo que esas expresiones de mal gusto y peyorativas, sólo pueden generar una opinión negativa contra un alimento que nos pertenece; es una valiosa herencia cultural de nuestros ancestros y es excelente.
"Últimas Noticias", diario con una significativa penetración, sobre todo en los sectores populares, no puede prestarse para difundir subliminalmente mensajes tan negativos.