Una interrogante que va acompañada por una coletilla, pues crea ciertas dudas respecto de unos presos, por las condiciones de su detención y que reciben los nimamistas, y los penados de la oposición, junto con los encarcelados por disidentes de izquierda y chavistas. Las cárceles del régimen de NiMaMo están atestadas por reclusos que van desde adolescentes hasta los de la tercera edad, hombres y mujeres que por alzar su voz y exigirle al gobierno que cumpla con sus obligaciones constitucionales, y las leyes de la República Bolivariana de Venezuela, siendo que está más interesado en permanecer el poder a la fuerza, que por voluntad de las mayorías de los connacionales dentro y fuera del país. Además de las condiciones deleznables que son deplorables y vulneran los derechos naturales y sociales de los seres humanos. Son muchas las voces que se alzan y emiten su opinión al respecto que instan al presidente NiMaMo que ordene revisar los casos con objetividad e independencia de criterios ajustados a la verdad verdadera, la de hecho y la de derecho, en cuanto las faltas, los delitos y las acciones que vayan en contra del Estado, y que representan un verdadero peligro para la estabilidad de la República, del Estado y del propio gobierno.
Cuáles son las situaciones y en qué circunstancias y características se cumplen como meritorias para que en un país democráticos se den las causas probables para una intervención de las autoridades y poderes públicos, para restituir el orden constitucional infringidos y aplicar las sanciones correspondientes, siempre que se adecuen a los supuestos de derecho respectivos, y se estimen como delitos o cualquiera otra forma legal. Peligra la estabilidad del régimen ante un grupo de adolescentes a los cuales los comandos entrenados y con las armas de la república temen por su alta peligrosidad. Es a decir lo menos, la trágica realidad de un gobierno que inventa enemigos donde no los hay, para ejecutar sus razias contra niños y jóvenes que son el blanco de los órganos de seguridad del Estado bajo una política de persecución contra toda protesta o disidencia.
Son muchos los artículos de prensa y las expresiones de rechazo al gobierno de NiMaMo, que ha hecho lo indecible para preparar el terreno y enfrentar a una oposición de derecha y de la izquierda disidente al régimen antes, durante y después del 28J, y más habiendo alertado sobre las maniobras de NiMaMo, para desconocer todo cuanto no es favorable a su empeño por permanecer como el mandamás, llueva, truene o relampaguee, rodeado además de sus compinches enroscados al Estado, del cual piensan que les pertenece por derecho propio, a ellos y ellas, no al resto de los 26 millones restantes de la población de los connacionales. Hasta ahora no se sabe a ciencia cierta si ganó o no, limpiamente las elecciones; lo que sí es notorio es cómo Elvis Amoroso, en representación del CNE, más solo que la una, dio unos resultados con los cuales proclamaba entre gallos y medianoche al único y solo ganador, que aun perdiendo arrebata, y sin presentar las pruebas fehacientes, luego se remiten al TSJ, otro de los poderes sumisos al ejecutivo, para que ratificara sin ton ni son, la decisión ilegítima, hasta que se diga lo contrario, con las pruebas en la mano.
El régimen autocrático, militar y policial viene vulnerando el debido proceso, abusando del poder y maltratando a los ciudadanos y por ende al pueblo soberano, que lo rechazó en las urnas, y pese a ello, expresó su descontento el 29 y días sucesivos ante la situación inconstitucional, y sin intermediación imparcial, puesto que la nación está bajo asedio del estamento estatal, que está decidido a eternizarse en el poder, bajo las severas circunstancias a las que ha sometido al país, de donde han emigrado unos 8 millones de venezolanos y venezolanas, para huir del acoso, la persecución y la cárcel, por defender la constitución y demandar se respeten las leyes. De las condiciones a las cuales son sometidos los presos, otros articulistas lo han expresado con lujo de detalles, y ni hablar de los abusos y vejámenes de los carceleros del régimen.
Estamos en diciembre y no se siente ese espíritu navideño, más bien una tensión creciente y una tristeza que afecta física, mental y espiritualmente a las personas, por las adversidades y las situaciones de abuso del régimen, pero y sobre todo, por la cantidad de familias desgajadas en su seno, con los hijos y otros parientes lejos del hogar, es el contexto familiar por el que atraviesa la sociedad, ahora con el incremento de la ausencia de los familiares, sobre todo de los adolescentes presos, acusados de terroristas, al peor estilo de los sionistas y los imperialistas, que causan mucha angustia entre la población. La mayoría de las causas de las detenciones arbitrarias son políticas, se ha detenido y encarcelado a personas, creándole delitos no tipificados en las leyes, que desde la asamblea Nacional raudos y veloces van adecuándolas a petición de NiMaMo y sus aláteres. Es un estigma que arrastrará el régimen en lo que queda de año y el siguiente, cuando tenga que enfrentar la verdad el 10 de enero, cuando quiera imponerse la banda porque sí, a lo cuatriboliados, mientras se da el tupé de inventar delitos contra el gobierno.
Esta son las características embarazosas de un régimen que ha perdido legitimidad y se ha desgastado, teniendo que recurrir a la propaganda mendaz, poniendo en riesgo la salud mental, la paz, la tranquilidad y la justicia de una nación con una larga experiencia en siglos, de gobiernos gatopardianos y camaleónicos, combinación que muestra a cada paso el bojote, lo que es una situación dolorosa y difícil para quienes lo padecen desde hace una década. Ciertamente se entiende, aunque no se comparte la manera de dirimir los asuntos y la situación política generada por el régimen, y de manera específica su apoyo en la seguridad del Estado, con los saltimbanquis del nimamismo. Dos de los aspectos que denotan el delicado y complicado asunto del poder y del control, ejercido por órdenes del ejecutivo, violando la constitución y las leyes, pues lejos de acatar y cumplir, hace lo que mejor le parezca, sometiendo al país, que tiene que hacer de tripas corazón, para poder vivir en medio de las precarias situaciones de necesidad, mientras que por otro lado, los enchufados al gobierno, junto a la burguesía revolucionaria, que ocupan puestos y cargos en la administración pública, reciben lomito, y le reparten al pueblo el resto, después de haberse quedado con lo mejor de ambos mundos.
Es necesario que el Estado funcione, pero para ello debe haber interés desde el gobierno, para satisfacer las necesidades de toda la gente, incluso de la oposición al gobierno, de la ciudadanía en general, que quiere vivir en democracia, en un estado de derecho y de justicia. Ideologías aparte, la democracia supone apelar a gobernantes obedientes del soberano, de las mayorías y de las minorías, en correspondencia con el mejor sistema de vida, para hacerle frente a la crisis sistémica actuales, en el mundo y particularmente en Venezuela, que es desde donde escribimos, y donde NiMaMo se aferra al poder, y quiere permanecer en él hasta que el cuerpo aguante, mandando a sus anchas y pasando por encima de los connacionales, y que llueva, truene o relampaguee, hay que aguantarlo porque sí. Acaso es a troche y moche, como ha demostrado en infinidad de veces desde 2013.
Las propuestas que le tenemos a NiMaMo si quiere hacer algo realmente noble en Venezuela, es que deje libres a todos y todas quienes por razones políticas lo adversan y de los disidentes desde la izquierdas, que se revise lo que haya que revisar y permita que las familias puedan reencontrarse con sus parientes antes de finalizar el año. Que no haya un adolescente preso por razones políticas, por protestar pacíficamente, y cese el hostigamiento militar y policial, y de las bandas armadas que se identifican como protectores del régimen espurio, como lo hicieron los fascistas en el pasado y lo siguen haciendo en el presente, bajo una fachada de socialdemócrata, o socialcristiano, que para los efectos es lo mismo. Buscar los mejores talentos para que el quehacer nacional tenga a los profesionales idóneos para sacar al país de abajo, en un compromiso ante la verdad. Basta de seguir influyendo en el libre curso del país, para adecuarlo a una manera autocrática de hacer política, que solo ha beneficiado a los oficialistas. Si contrastamos la información disponible, la verdad aflorará y habrá más participación y protagonismo en la nación, para contrarrestar las nefastas influencias de las potencias extranjeras sobre Venezuela, más ahora que vuelve a ganar el magnate proguerrerista Trump.
Se debe escuchar a todas las voces que tienen algo que decir respecto a lo que está pasando en el país, desde hace una década y posibilitar una alternativa, para el beneficio de todos y todas, y no solo de los que están enquistados en la administración pública, para beneficio de unos pocos y para el perjuicio de las mayorías. Es mentira que todos los que están contra el gobierno son terroristas y traidores a la patria, o que representen un peligro real para la estabilidad de la nación, porque así lo consideran desde el gobierno que actúa a sus anchas y aplica un Estado autocrático a discreción de las partes involucradas, en una acción continuada contra los chavistas y una gran agrupación de la disidencia entre los factores de poder efectivo. En Venezuela se presume la inocencia hasta demostrar lo contrario, pero independientemente de lo que se diga, primero se dispara y se averigua después, eso se llama, terrorismo de Estado. En un país militarizado como Venezuela, y donde la policía cumple roles de gendarmes necesarios, que ven una amenaza en cada individuo, sobre todo entre los adolescentes, los cuales siguen detenidos, acusados casi que de crímenes contra la humanidad, por haber salido a protestar y a dar rienda suelta a sus hormonas, eso es suficiente para acusarlos de terroristas, mercenarios, agentes de la CIA, miembros del Pentágono, tropas del Comando Sur, o fascistas.
Urge demandar que el régimen le otorgue la libertad a tantos presos inocentes de lo que se les acusa, y que permita que las familias puedan pasar estos días de diciembre en santa paz, y con los seres queridos, a pesar de que muchos padres tendrán que celebras sin sus hijos y viceversa, jóvenes que optaron por salir de Venezuela para buscar otros derroteros y poder rehacer sus vidas en libertad y democracia. Son muchos los argumentos que se pudieran esgrimir para demostrar el talante del gobierno, que inventa cualquier excusa para permanecer enquistado en el gobierno, echándole la culpa de su inoperancia a cualquier hijo de vecina, o al resto del mundo, como si de su parte no hubiera hecho nada para mantenernos en esta zozobra permanente cada día, donde el único cambio que se nota es el de la fecha, puesto que las noticias son las mismas, repetidas una y otra vez, sin que verdaderamente haya alguna mejora sustantiva en las condiciones de vida de los trabajadores y trabajadoras, que reciben en bolívares devaluados y con retardo, los sueldos, los bonos, la pensión, la jubilación y nada que llegan las prestaciones después de haberle entregado al país un tercio del promedio de vida, y en este momento haya que demandar a que cumpla con sus obligaciones y respete su propia palabra comprometida desde hace una década. Qué hace falta para que se de cuenta que el peligro para la república es su permanencia en el gobierno, azuzando a los gendarmes para prepararnos para una guerra, para que NiMaMo y los nimamistas permanezcan por siempre. La sociedad está harta de este régimen y quiere que entregue el 10 de enero, no a la extrema derecha, ni siquiera a la derecha escuálida, sino a una junta de gobierno compuesta por los factores de poder del país, para recomponer una década de indecisiones para empoderar a la nación. Corremos el riesgo de que de continuar NiMaMo en el poder, ahora con Trump en la Casa Blanca, volveremos a padecer lo que nos calamos desde 2014 hasta ahora.
Una evaluación descarnada de la realidad nacional nos coloca contra la espada y la pared, sobre todo al país de a pie, porque todo el gobierno está viviendo sus mejores tiempos, aprovechándose de los beneficios ajenos y de hacer milagros con los escapularios ajenos, amanecerá y veremos si cambiamos o seguimos en lo mismo.