Los imperialistas como siempre, usan la psicología inversa para justificar las agresiones y la conservación del hegemonismo sobre todo el planeta.
Cuando los países o los pueblos cobran conciencia de la necesidad de conservar sus recursos, defender su soberanía y su independencia, contraviniendo el mundo sometido a normas, disuasiones tenebrosas, sanciones y bloqueo, los imperialistas usan la reactancia como mecanismo psicológico que les sirve para explicar públicamente que su mundo legítimo e inalienable está en peligro.
Y la única forma de hacer que tales pueblos o países lleguen al carril correcto es la guerra compleja; donde se bloquea la economía, las transferencias comerciales y financieras, se sancionan las relaciones diplomáticas, el intercambio comercial con terceros, se vulnera la seguridad de los estados comprando autoridades, provocando complots terroristas y en nombre de su seguridad invaden los países y les roban los recursos.
¿Cuánto de esto ha sufrido Venezuela?
La cuestión es que el país chavista bolivariano, en la última década de este siglo XXI, está siendo devorado por las hienas o corporaciones petroleras, se les arrebata El Esequibo, se roban el mineral del Orinoco, arruinan PDVSA, Fedecámaras crea el caos como quinta columna y muchas cosas más; pero, lo más sombrío de la situación es, que los chavistas de Maduro y el gobierno de Maduro propician y encubren en un modelo económico ilusorio, la rapiña de los recursos naturales y financieros, el destrozo de la soberanía y la disolución del proyecto socialista.
Y en vez de reencontrar el camino bosquejado por Chávez, persiguen a quienes denuncian esa connivencia del gobierno con los causantes de la desgracia.
Creo que es más importante que ratificar a Maduro el próximo año, ratificar un compromiso con el pueblo y ponerse claro, si se quiere seguir siendo víctimas de las hienas imperialistas van acabar como Siria; o se lucha por una conducción nueva de la sociedad en una resistencia unida que supere las ambiciones de permanecer en el poder de Maduro, Fedecámaras y vaya más allá del sectarismo.
Las cosas están peligrosas para Venezuela, a eso de la reactancia imperialista hay que ponerle mucha atención, han avanzado en Asia Occidental o Medio Oriente. Señoras y señores, mucho ojo. Que, en Venezuela, con salivita, la oligarquía y el imperialismo se las está metiendo.
Ya hay una idea unificadora en la Junta Patriótica de Salvación.