Cáscara Amarga 1004

He muerto dos veces. Que muera en la tercera

He muerto dos veces. Que muera en la tercera. Asina ansí así: Si he muerto dos veces. Entonces sea dicho que muera en la tercera. Agora ahora hogaño: Si la primera muerte, fuera, endenantes, a los nueve años, en un mes de diciembre, cuando de un columpio, a gran altura se reventara, y, me callérame de cabeza, de gravedad por la atracción de la Tierra de Isaac Newton 1685, y, quedárame anidadito en el sitio en el patio de las muchas de la vecina de Rosa María, de la calle Alegría de San Carlos de Cojedes. Agora ahora hogaño: Si la segunda muerte, fuera, endespués, a los diecinueve años, en un mes de diciembre, cuando en un accidente de tránsito, en un vehículo a gran velocidad y por no matar a un perro muerto en la vía, en que el vehículo pelara el hombrillo, y, por inercia fuera el vehículo y continuaría en su estado inercial, si no hubiera sido atajado y chocara con una alcantarilla de una carretera de la Tierra en la tierra de Pedraza de Barinas, en que impusiérase, de la Ley de la Fuerza, desde el perro muerto en la vía, la Ley de Acción y Reacción de Isaac Newton, y, me llevara un fuerte golpe en la cabeza, y, quedárame anidadito en el sitio. Agora ahora hogaño, de la muerte en que he muerto dos veces, no he sentido por asomo, el somos ascenso al cielo y el no somos ascenso al infierno. Y, de pensar con Heráclito, 500 años AC, en la Tierra, en el territorio del hoy que es siempre todavía, en el aquí y en el ahora, en que descendemos y no descendemos, en que somos y no somos. En que un río no es dos veces el mismo río y es el mismo río las dos veces. Y, de pensar con Los Faquires, 1300 años AC, en la Tierra, en que Dios ha de estar de entre el suelo y el cielo, en que Dios ha de estar de entre el fontanero y el fuego, en que Dios ha de estar de entre el mar y el desierto. Y, no se nos ha de olvidar que Jesucristo, estuvo una temporada con Los Faquires. Y, esto lo dijera Walt Whitman, en canto de mí mismo: Me aparto de las escuelas y de las sectas, las dejo atrás, me sirvieron y no las olvido. Soy puerto para el bien y para el mal. Agora ahora hogaño, Jesucristo, junto con Walt Whitman 1855, estaban en la teoría de las contradicciones caliginosas y de las borrosidades. Estaban insertos en el yin y el yang de Laozi 530 AC. Walt Whitman y Jesucristo, estaban en la grisura sombría penumbra de entre el yin y el yang. Walt Whitman y Jesucristo, estaban en la grisura sombría penumbra bigbangiana del Big Bang de George Lemaitre 1930. Walt Whitman y Jesucristo, estaban en de entre el yin y el yang, en el impulso del que han de surgir iguales elementos contrarios, el universo expansivo einsteiniano de Albert Einstein 1919 y el universo contractivo maleoiano de Maleo 2001. Walt Whitman y Jesucristo, estaban en la teoría especial de la relatividad de Albert Einstein 1919 y la teoría general de la relatividad de Albert Einstein 1919. Agora ahora hogaño, decir el yin y el yang, es decir, el suelo y el cielo, en que Dios ha de ser la grisura sombría penumbra bigbangiana, ha de estar de entre el fontanero y el fuego, en que Dios ha de estar en la grisura sombría penumbra bigbangiana, ha de estar de entre el mar y el desierto. Agora ahora hogaño, Dios ha de ser la grisura sombría penumbra bigbangiana, de entre el yin y el yang, el mar y el desierto, el suelo y el cielo, la luz y las tinieblas, el campo gravitomagnético de la Tierra y el campo electromagnético de la luz del Cielo, Dios ha de ser la grisura sombría penumbra bigbangiana de entre Isaac Newton y a Albert Einstein. Dios ha de ser la grisura sombría penumbra bigbangiana, de entre la ley de acción y la ley de reacción. Dios ha de ser la grisura sombría penumbra bigbangiana de entre el mar y el desierto, de entre el columpio párvulo infantil y el perro muerto vial. Y, con el poeta Federico García Lorca en romance de la pena negra: No me recuerdes el mar que la pena negra brota. Agora ahora hogaño, y, como tiénese dicho y deténtase mentado: Si he muerto dos veces. Entonces sea dicho que, para narrarlo, que muera en la tercera.

Con digresión y sin digresión, he muerto dos veces. Entonces sea dicho que para narrarlo, que muera en la tercera. Hoy, en sobre mi cóncavo convexo concordado concomitante contradictorio caliginoso concupiscente 69 cojedeño de Cojedes del coge y del coge y no dejes del radiólogo rayo X sancarleño de Cojedes, Hómero Ruíz. Hoy, de entre el seis y el nueve, del paradójico algoritmo aritmético 69 maleoiano absurdo medular estable profundo, de Maleo 2001, tanto como de entre la bacinilla de Rosa María, de la calle Alegría de San Carlos de Cojedes, de entre la mitad llena de miao y la mitad vacía, en la grisura sombría penumbra de entre el yin y el yang. En la grisura sombría penumbra bigbangiana de George Lemaitre 1930 de entre el yin y el yang del impulso del que han de surgir iguales elementos contrarios, de la que han de surgir las contradicciones caliginosas borrosas. Desde la contradictoria caliginosa grisura borrosa, puede demostrarse, puede argumentarse, pude razonarse, puede explicarse, puede mostrarse, puede refutarse lo que se quiera y lo que sea. Tanto como cuando el nuestro venezolano, Andrés Bello 1821, primeo que todo el mundo, incluso primero que Bertrand Russell 1921. Andrés Bello, lo expresara en su Gramática de la Lengua Castellana, en su quiasmo río andresbelloiano absurdo medular estable profundo: Saber todo lo que se quiera decir, trae consigo, entonces, saber decir lo que se quiera. Agora ahora hogaño, Andrés Bello, y, su quiasmo río andresbelloiano absurdo medular estable profundo, ha de ser continente que contiene el contenido: Si he muerto dos veces. Entonces sea dicho, que para narrarlo, que muera en la tercera.

Con divagancia y sin divagancia: Si he muerto dos veces. Entonces sea dicho, que para narrarlo, que muera en la tercera. Agora ahora hogaño, la presencia de los casos correlativos límite límbico grembo fronterizo concomitantes contradictorios caliginosos: La vida y la muerte, el bien y el mal, la reencarnación y la no reencarnación. La tercera muerte, en que he cargado con la primera muerte y en la que he cargado con la segunda muerte. La tercera muerte, que hame permitido la narrativa del roto columpio párvulo infantil del campo gravitomagnético de la Ley de la Gravedad de la Tierra de Isaac Newton 1685 y del campo electromagnético de la luz del Sol de Albert Einstein 1919. Que es la narrativa de la teoría especial de la relatividad de Albert Einstein 1919 y la teoría general de la relatividad de Albert Einstein 1919. La tercera muerte, que hame permitido la narrativa de la Ley de Inercia, la Ley de la Fuerza y la Ley de Acción y Reacción de Isaac Newton del perro muerto vial. Dios ha de ser la grisura sombría penumbra bigbangiana de entre el mar y el desierto, de entre el columpio párvulo infantil y el perro muerto vial. Y, con el poeta Federico García Lorca en romance de la pena negra: No me recuerdes el mar que la pena negra brota. Agora ahora hogaño, y, como tiénese dicho y como deténtase mentado: Si he muerto dos veces. Entonces sea dicho que, para narrarlo, que muera en la tercera.

Si he muerto dos veces. Entonces sea dicho que, para narrarlo, que muera en la tercera. Ergo vergo sea dicho que desde la contradictoria caliginosa grisura borrosa del quiasmo río andresbelloiano absurdo medular estable profundo del saber todo lo que se quiera decir, que asina trae consigo, entonces, saber decir lo que se quiera de Andrés Bello. Que en la contradictoria caliginosa grisura borrosa del quiasmo río andresbelloiano absurdo medular estable profundo. Que es como la optimalidad ortogonal pitagórica, que es como la resolutiva optimalidad pretendida maleoiana, que es la slash diagonal hipotenusa con que puede demostrarse, puede mostrarse, puede argumentarse, pude razonarse, puede explicarse, puede refutarse lo que se quiera y lo que sea. Que el quiasmo río andresbelloiano absurdo medular estable profundo, ha de ser continente que contiene el contenido: Si he muerto dos veces. Entonces sea dicho, que para narrarlo, que muera en la tercera.



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Miguel Homero Balza Lima


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