El Tobogán de la Selva

Resulta impactante para los visitantes del Estado Amazonas dirigirse al Tobogán ya que queda a cuarenta minutos de Puerto Ayacucho y el paisaje que se transita es de extraordinaria belleza. Si hay algo que se agradece a la Tierra de Gracia es la comunión con espacios públicos como el de este parque posee con acceso custodiado por la Guardia Nacional, y que goza de una inacabable cantidad de agua fresca para el equilibrio físico y mental de los seres humanos y que solo lo hace cuestionable la odiosa ingesta descontrolada de bebidas alcohólicas y dudosos alimentos consumidos por la mayoría de los “turistas” que solo dejan una estela de basura de envoltorios no degradables. El espectáculo que se observa es vergonzoso ya que la proliferación de cavas llenas de “birras”, hielo, botellas de escocés y ron y demás bebidas “espirituosas” dejan un rastro penoso de los resultados de momentos que deberían imprimirse en nuestra memoria con grata recordación. Este “turismo” mal entendido es producto de la imitación de modelos de la clase media de la cuarta que hoy sin tapujos se reproduce en un pueblo que está asumiendo un protagonismo mal entendido que deja efectos cuestionables por estas actitudes. Este parque maravilloso, custodiado y apoyado por los anfitriones de la Dirección de Turismo del estado Amazonas, equivale a una atracción natural que presenta riesgos apreciables para los usuarios y por lo tanto deben de tomarse acciones contundentes para preservar la integridad de los visitantes y el cuidado de las instalaciones. Todo esto justifica prohibir el acceso de turistas con ningún tipo de alimento o bebidas y proveer de uno o más concesionarios a cooperativas que se encarguen de vender jugos o refrescos en vasos desechables y gastronomía local con restricciones. No permitir bajo ningún pretexto el consumo de estos productos en los cauces ni riberas del cuerpo de agua de este parque y tener una vigilancia amable que se comprometa con el servicio social que significa “cuidar” a los turistas. No está de más el asignar zonas para los que quieran fumar que se hagan cumplir ya que también los fumadores lo hacen dentro del agua y molestan a los usuarios.

No es descabellado esperar que turísticamente se pueda resaltar los valores de la convivencia ciudadana y del cuidado del medio ambiente y la relación inseparable que estas expresiones tienen.

gonzibri@cantv.net


Esta nota ha sido leída aproximadamente 9503 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter