Después del 10 viene el 11

Uno no sale del asombro de ver una clase política minoritaria llamada oposición de ser o ingenuos o estupidos. No se dan cuenta de cómo los manipulan con fechas y falsas promesas cuando a la verdad sus representantes iconos de la delincuencia hacen lo que hacen por llenar sus cuentas bancarias.

Es que cuando uno lee y escucha sus opiniones en las redes sociales de repetir como loros la música que la oligarquía les pone no se encuentra lógica alguna de porqué no abren los ojos y se dan cuenta por lo menos de que supuestos Diputados y Magistrados afuera del país son más que falsos.

Nada más analizar una Asamblea Nacional la del 2015, hace 10 años dejó de existir y todavía le creen, de una fiscalía, un tribunal y ahora un CNE que no tiene puso jurídico alguno y le creen, de un presidente de fantasía como Guaidó que ya ni uno sabe si está en ejercicios según sus cálculos que debe de entregarle la banda presidencial.

Da asco ajeno de que millones de votantes opositores sean tan manipulados y engañados. Que tengan un desconocimiento pleno de la Constitución de su país y crean tanta barbaridad.

Cómo gente así líderes y seguidores se le puede confiar los recursos de una nación, cómo entregarle un Poder Militar, cómo confiarle la educación, la salud y la economía, sería de locos.

De verdad hace falta una reuducación a ese grupo de venezolanos que la disociación psicótica los ha enfermado, y todo por un odio infundado primero contra Chávez y ahora contra Nicolas Maduro, y en eso ha contribuido izquierdista, dice uno, en este país.

Les imponen en su cerebro una Matriz de opinión que se tragan así de fácil. Creen a puntillas todo, dan hasta su libertad y vida por tantas mentiras. No sé a dónde va a parar gente así.

Ahora todo se centra en el 10 de Enero y no tienen la capacidad mental de análisis que si Edmundo Urrutia va a venir a juramentarse porqué acepta un asilo político en España cuando a leguas se ve claro que está diciéndose que no vendrá a Venezuela y cualquier loco va a juramentar allá.

Carmona, Guaidó y ahora Edmundo repiten la misma historia de engañar y engañar con tal que todo eso les de buenos dividendos.

Dios me libre de ser un seguidor de gente tan enferma y fantasiosa como esa clase que de política no tienen nada.



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Julio César Colmenares

Comunicador alternativo.

 juliocesar1221@gmail.com

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