Cualquier disciplina o ciencia vinculada con el comportamiento de los humanos y también referida a la salud, debe tomar en cuenta los indicadores. Estos no son más que puntos de referencia que brindan información cuantitativa o cualitativa, conformada por uno o varios datos, constituidos por percepciones, números, hechos, opiniones o medidas que permiten seguir el desenvolvimiento de un proceso y su evolución y que deben guardar cierta relación. En el ámbito de la medicina, los indicadores serían los llamados síntomas, es decir, el fenómeno que revela una enfermedad. El síntoma es referido de manera subjetiva por el enfermo cuando percibe algo extraño (los indicadores) en su organismo, tales como las náuseas, la fiebre, la falta de energía y la somnolencia, entre tantos.
Es obvio, desde hace siglos el mundo padece de una terrible anomalía conductual, que diferentes autores, genios, profetas, científicos, literatos, filósofos, entre los que han estudiado tal padecimiento. Se trata de la estupidez generalizada, casi a nivel de pandemia, hoy acentuada con la aparición del celular inteligente y de las redes sociales. Tal comportamiento es notorio en niños, jóvenes, adultos, ancianos, sin importar la clase social; profesión; sexo; religión; posición política; estudios académicos; cargo desempeñado, bien en la empresa pública o privada; edad; gentilicio; color de piel; estatura; peso. En fin, son numerosos los humanos en el planeta quienes de alguna manera están afectados de este terrible mal o anomalía que se viene arrastrando desde hace milenios.
La mayoría de las personas utiliza el término de estúpido o estúpida para describir el comportamiento impropio de un semejante, pero me veo en la obligación de enumerar algunos indicadores que permiten incluir al afectado en este tipo de conducta.
Creer en dios: los estudios de geohistoria revelan la existencia, a lo largo de milenios de años, de unos 3000 a 4000 dioses designados con diferentes nombres, según el lugar, la época o la religión. Una particularidad unifica a tales deidades: ninguno ha resuelto uno solo de los múltiples problemas vitales que afectan a los humanos como son las epidemias; el hambre; los fenómenos naturales como terremotos, maremotos, tsunamis, volcanes, huracanes; la erradicación de las guerras; los genocidios; los crímenes; la maldad; el odio entre semejantes, entre tantos males. A pesar de todo esto una gran mayoría de personas sigue creyendo en dios.
Sumisión a una religión: con la aparición de diferentes grupos humanos agrupados en tribus, clanes, hordas, etnias, familias, reinos… germinaron en la tierra nuevos dioses. Paralelamente surgieron las diversas religiones con falsos profetas portadores del mensaje salvador, de la única fe y de la única deidad. En verdad, las religiones solo han servido para sembrar diferencias entre los humanos, propiciar guerras entre semejantes y sobre todo, organizar alrededor de la deidad una especie de franquicia que ha enriquecido a grandes corporaciones y a codiciosos jerarcas de diferentes iglesias, todo en nombre de Dios. Sin embargo, a pesar de tantas muertes, tanto odio y tantas desgracias miles de millones de feligreses se empeñan en profesar una inentendible fe.
Creer en el cielo, el infierno, el alma, el espíritu, el purgatorio, el pecado original, los ángeles, las vírgenes, los santos, el diablo, la vida eterna y tantas fantasías y mentiras inventadas por los teólogos de las diversas religiones para mantener los feligreses sumidos en el temor y en la ignorancia. Es el poder de la fe.
Agradecer al mundo occidental los aportes impuestos al Nuevo Mundo: es sorprendente que ciertos "intelectuales" centro y sudamericanos dan las gracias a los colonizadores y conquistadores europeos por los aportes culturales impuestos con sangre, sudor y lágrimas de los pueblos originarios del Nuevo Mundo, coadyuvados por los frailes que arribaron en las carabelas. Estos infaustos sacerdotes obligaron a los aborígenes a aceptar al dios cristiano mediante métodos "persuasivos", como fueron los latigazos, las amenazas con los perros, la esclavitud, la separación de la familia y otras brutales torturas en caso de no aceptar el bautismo. A tal grado llegan las "gratitudes" de algunos escritores quienes se sienten orgullosos de hablar español, el idioma del conquistador, desconociendo más de 2000 lenguas indígenas precolombinas, como el náhuatl, guaraní, quechua, aimara, yanomami, mapudungun, arawak, panare, wayúu, rarámuri, que se hablaban en el nuevo mundo, hoy desaparecidas por el exterminio de las cultura y las poblaciones. Cuando llegaron los conquistadores los habitantes de los pueblos originarios no eran mudos y entre sus pobladores había poetas, narradores y hasta filósofos. Aquellos ignaros y codiciosos conquistadores aniquilaron a los tlamatines (literalmente en lengua náhuatl "el que sabe las cosas") verdaderos pensadores, maestros y filósofos, que nada tenían que envidiar a los ilustrados griegos. Aquellos eruditos del pueblo maya eran los encargados de escribir y resguardar los códices y vivir de manera que diera el ejemplo moral de la comunidad.
Suponer que existen pócimas, pastillas u operaciones para perder peso: los laboratorios especializados sacan periódicamente a los mercados diversos productos, para eliminar la grasa corporal, nocivos para la salud, engañando a los consumidores con problemas de peso. Los hombres y mujeres con esta dificultad no se convencen de que la obesidad es un asunto de una mala alimentación y del sedentarismo. Las otras opciones para adelgazar son un ardid de los laboratorios para vender sus fármacos y algunos médicos, quienes realizan operaciones para tratar la obesidad mórbida que atentan contra la vida del paciente.
Reconocer al capitalismo como el mejor modelo político, social y económico: debo aclarar que el capitalismo es el sistema económico basado en la propiedad privada (en manos de los ricos), el libre ejercicio económico (en manos de los ricos) y el rol central del dinero (en manos de los ricos), el cual se consolidó con la revolución industrial en Inglaterra en el siglo XVIII y con otros avances tecnológicos. Es decir, el capitalismo tiene casi más de dos siglos gobernando por potentados en la mayoría de los países del planeta y tal como los dioses, no ha resuelto los graves dificultades que afectan a los humanos como la pobreza, el hambre, la falta de viviendas, los problemas de educación, la carencia de agua potable y salud. Y esto tiene una razón, el capitalismo ha organizado la sociedad con la finalidad de obtener el bienestar de un grupo de personas, los dueños de las avaras corporaciones económicas financieras, tecnológicas, mass media y fabricantes de armas, a través de reglas, normas y leyes aplicables a una mayoría. El capitalismo es el gobierno de una minoría en función de la explotación inmisericorde y permanente de una mayoría.
Creer que Edmundo se va a juramentar el 10 de enero de 2025: Edmundo González es un desconocido en la política venezolana que llegó a la candidatura presidencial escogido a dedazo limpio, desconociendo quién lo seleccionó. Durante su campaña se vio extenuado, sin ánimo alguno y en algunos casos, recibió ayuda hasta para subir a una escalera. Su rostro enfermizo demostró su fatiga e inconformidad por su participación en la campaña. En cierto momento declaró que su intención no era ser presidente y el testigo se lo daría a otra persona, que todos supusieron que era a la goda María Corina Machado, quien está inhabilitada para ejercer cualquier cargo público. Al finalizar el escrutinio la banda a la que pertenece Edmundo lo declaró ganador de la gesta electoral, sin tomar en cuenta los cómputos presentados por CNE, única institución calificada para dar los resultados de la gesta. Al poco tiempo el referido, en acto de cobardía, abandonó el país y se exilió en el reino de España. Desde este lugar está amenazado a los venezolanos que vendrá a Venezuela para juramentarse como presidente de la República Bolivariana de Venezuela, sin el reconocimiento del CNE, la Asamblea Nacional y el TSJ. Hay que ser bien estúpido para creer tal majadería.
Pensar que la goda María Corina va a ser la vicepresidenta de la República Bolivariana de Venezuela: este es el colmo de la estupidez y no vale hacer ningún comentario.
Para vencer la estupidez se debe sacrificar parte del tiempo para realizar algunas lecturas que saquen a la gente de ese mundo de mentiras y majaderías que aparecen en las redes sociales. Hay que dedicarle tiempo a ejercitar el cerebro para que la mente se enriquezca con palabras, único alimento del pensamiento. Los moradores del Nuevo Mundo somos herederos de grandes hombres y mujeres que vivieron por estas tierras durante más de diez mil años con una herencia que vale la pena recuperar y recordar. Un territorio con un mar inagotable de ideas, sueños, relatos, filosofías, concepción de un mundo mágico, moralidades, inventos innovadores y demás productos de la mente humana cuyo esplendor fue truncado con la llegada de los europeos rubios, ricos y cristianos. Como ejemplo voy a citar un poema escrito en lengua náhuatl por un poeta precolombino llamado Nezahaulcóyotl de quien podemos sentirnos orgullosos: "Como pintura, seremos borrados/ Como las flores, nos secaremos en la tierra/ Como la vestimenta emplumada del ave preciosa/ esa ave preciosa, de cuello ágil/ También tocaremos a nuestro fin". Lee que algo queda.