Tú qué opinas, porque la verdad es que la mentira se impone, y vivimos en un permanente engaño, en un sueño, y como se ha dicho todo es Maya, pura ilusión de los sentidos, desde el mismo momento en que llegamos al mundo, y somos arrojados en él por medio de un cuerpo, parido por mujer o in vitro, que es lo que se ha dispuesto y es consecuencia de lo que creamos mientras vamos creando como observadores y ejecutores de esta realidad que nos contiene. Esta es una entre las muchas reflexiones que han sido formuladas desde lo profundo del entendimiento sobre la naturaleza de la realidad desde nuestras percepciones, y es la cuestión de si vivimos en un mundo de ilusiones que se crean a partir de nuestras percepciones, temas que no dejan de intrigarnos durante siglos. Nos han hecho creer lo que cada persona asume a partir de la idea que le precede sobre lo que supuestamente hay, lo que comienza a sentir, a ver, a oír, una vez que está presente y en presencia del mundo, ideas y pensamientos que se retroalimentan y concatenan, con todos los elementos que desde lo abstracto se convierte en lo concreto.
Para algunos, todo cuanto experimentamos es una construcción de la mente, y aquello que consideramos real, es solo una interpretación subjetiva de los estímulos sensoriales. Perspectiva desde la cual las creencias y percepciones son moldeadas por las experiencias de la existencia, de la cultura y la información que vamos absorbiendo a medida que vamos viviendo. Por lo tanto nos vamos moviendo desde lo que está, en una dinámica sucinta, donde ejercitamos en un continuo movimiento de cambio permanente, que hace posible que todo sea a la vez una correlación de constructos como si de una oración se tratara, formada por el sujeto, el verbo, y el predicado. También hemos de considerar que existe una realidad objetiva, más allá de nuestras percepciones, pero nuestra comprensión de esa realidad está limitada por nuestras capacidades sensoriales y cognitivas. La noción de que cada persona vive en su propio universo de creencias y experiencias, también resuena con ideas de individualismo y de la construcción de significado personal. Es un marco de pensamiento en el cual puede influir la manera en que interactuamos con el mundo y los demás, a menudo guiados por nuestras expectativas, esperanzas y temores. Tales serían los pensamientos que nos llevan a explorar las fronteras entre realidades objetivas y subjetivas, desde nuestras percepciones y creencias, las que le dan forma a nuestra experiencia de vida. Al final, cada uno construye su propia interpretación de la existencia, y esa construcción puede influir profundamente en cómo vivimos y entendemos el mundo.
De lo uno y su contrario, lo opuesto, surge la dualidad, a lo que se le agrega un tercer elemento, y ya hay multitud, pues cada cabeza es un mundo, cada mundo un universo, cada universo un pluriverso y las infinitas posibilidades que permite combinar tales aspectos, habiendo entonces tantos sistemas de pensamiento y de creencias, de cuanto se quiere, se pretende y se desee, mientras nos mantengamos fuera de nuestro centro y equilibrio que todo lo armoniza y desde donde toda duda, toda pregunta, toda inquietud se disuelve, y ahora sin más cavilaciones, nos metemos dentro de la finitud y estando despiertos, dándonos cuenta, volvemos a estar en lo absoluto, siendo todo, realidad, trascendencia y totalidad. Si crees firmemente en lo que quieres podrás estar en el Edén, el Paraíso, o en el averno, el infierno, tú lo crees y tú creas tú realidad. Quieres creer que eres una partícula, serás esa partícula, no otra, y desde el yo, el ego, y cuantas manifestaciones quieras tener en lo particular, será lo que acontezca. Tú, eres la U de Universo, y se hará en consecuencia con lo que los demás hagan en el interactuar entre todos y todas como partícipes y protagonistas del papel que le toca interpretar, del rol que prefieran asumir, ocupando un punto en el espacio, donde quiera que estés, en lo permanente, la inmanencia, parcial o total, por un instante o en toda la eternidad. Mientas estés en la matrix todo será posible dentro del campo físico, y todo se habrá creado a partir de la gran explosión, del Big Bang, donde lo que primero se proyectó fue a suponer, la idea, que se fue conectando a través de sutiles hilos invisibles, sujetos a los pensamientos desde las ideologías paganas y creyentes, como guías hacia espacios donde las utopías como lo etéreo tiene cabida. Y todo estará lleno de bondad, de amor y paz, de quietud, de armonía y serenidad, o todo lo contrario, de manera que se volverá un círculo vicioso, o si se prefiere, un karma, hasta alcanzar de nuevo el darma, el darse cuenta, antes que culmine el tiempo con la muerte, el cese de toda función en la existencia, hasta que ocurra la resurrección, tan pertinente para la narrativa de la creación bíblica, y las creencias allí anotadas por quienes vieron esto o aquello, y en un sin fil de elucubraciones, desde sus intelectos, asumieron que tenían cuerpo, mente, alma, espíritu, ideas y pensamientos, dados por dios, en el caso concreto que podamos palpar, sentir, saborear, ver, oír, pensar, y así en consecuencia, en cada nivel, desde cada plano, con cada ubicación espacial y temporal, en la dimensión correspondiente, navegar entre lo real y lo fantástico, donde es bueno, hermoso, sublime, maravilloso, que estemos atravesando por tales parajes que por lo menos nos alejan del aburrimiento de la cotidianidad, entre los vivos y los muertos, que desde sus cavernas, o se atreven a salir y quedar ciegos ante tanto fulgor de luz, que disipa todas las tinieblas creadas desde la creación, o por el contrario continuar en el fondo de la cueva, pensando que todo lo que hay es lo que los sentidos nos indican y que percatados de que la cosa es así porque sí, si no, no pudiera ser, o en vez de todo eso, estar en el ojo del huracán, viendo desde ahí todo lo que acontece ante la desatada potencia de la energía descontrolada, producto del encuentro de dos situaciones opuestas y concomitantes que se da afuera, como en la existencia misma. Yo particularmente prefiero pensar en la espiral de la vida como dadora de sabiduría, sin principio ni final, que siempre se mantiene en su movimiento en ensanche y expansión perpetua. Tú qué crees, que yo creo esto o aquello porque así me lo imagino y luego invento la existencia en mi cerebro, a partir de lo que en él se ha depositado desde que vine al mundo y estoy, hasta pasar a la eternidad.