Si bien el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no deja de tener razón para evitar las oleadas de inmigrantes que lleguen a su país de manera ilegal, eso no le da derecho a capturarlos como si fuesen delincuentes, o perros callejeros, para obligarlos -una vez encadenados y esposados- abordar un avión para regresarlos a sus propios países.
Esta situación se registró precisamente con 88 ciudadanos brasileños que retornaron a Manaos, como si fuesen seres despreciables, lo que originó que el gobierno de Brasil se quejara, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, como era de esperarse.
La propia gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, para asombro de muchos latinos y norteamericanos, acaba de repudiar que Trump llame a las personas inmigrantes ilegales.
"Porque llamas a los inmigrantes ilegales, cuando tu madre, de origen escocés, también fue una inmigrante que vino buscando mejor vida", le recordó Whitmer, al Jefe de Estado norteamericano.
También hemos podido ver que la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, ante las amenazas de Trump de expulsar a los inmigrantes de su país, ha convocado una reunión de la Celac y ha dicho antes que se verá forzada a romper con el convenio que le permite a Estados Unidos tener bases militares en su nación.
De seguidas Castro precisó que desde que EEUU tiene tropas en suelo hondureño nunca se ha dignado en pagarle medio a su país.
Antes, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, le respondió a Trump, sobre el mismo tema, que recordara que los inmigrantes, sobre todo los mexicanos que han viajado a EEUU, son los que hacen posible, con su esfuerzo y trabajo, la productividad de ese país, sobre todo porque los consideran mano de obra barata.
Sheimbaum tambien le hizo saber a Trump que México es un país libre, independiente y soberano, que está dispuesto a colaborar, más nunca piensa subordinarse ni aceptar injerencismo.
La mandataria mexicana en este sentido preguntó: EEUU produce o no la peligrosa droga llamada fentanilo, a lo que ella misma respondió que eso había que darlo por hecho.
Hay que recordar, además, que Trump tomó la decisión de cambiarle el nombre al golfo de México, por golfo de América, dando entender que dichas aguas le pertenecen a Estados Unidos, lo que ha traído también serias discusiones con la presidenta mexicana.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, igualmente en representación de su país le respondió de manera enérgica a Trump, tras amenazar a esa nación con aplicarle mayores aranceles, e incluso anexarla como el estado 51 a Estados Unidos.
Ante este panorama Trudeau destacó que Canadá está lista para responder a todos los escenarios, si EEUU le aplica a esa nación nuevos aranceles.
No podemos dejar de mencionar el impase que surgió entre el presidente de Colombia, Gustavo Petro, con Donald Trump, una vez que el presidente norteamericano ordenó el traslado de un importante número de colombianos de regreso a su nación.
Petro de seguidas dejó saber que no autorizaba el arribo de ningún avión de EEUU al territorio colombiano, hasta tanto no se cumplieran los protocolos para la deportación digna de los connacionales.
Esto hizo que Trump ordenará de inmediato aplicar severas sanciones al país neogranadino, incluyendo la revocación de las visas a los funcionarios del gobierno.
Cuarenta y ocho horas después se pudo leer sendas notas periodísticas, dejando saber que el impase surgido entre los dos mandatarios se había subsanado.
¿Que le dijo Petro a Trump que lo hizo cambiar tan repentinamente?
Nos decía, de manera jocosa, un analista político, que prefiere mantener su nombre en reserva, que una manera de controlar a Trump era presionarlo con el suministro de droga a Estados Unidos.
De inmediato entendimos que esa era una especie de chantaje o un chiste de mal gusto, sin embargo nuestro entrevistado planteo lo siguiente.
"Imagínense si el mundo del narcotráfico, tanto de México como de Colombia, dejaran de enviar droga a EEUU, esto de seguro generaría una crisis interna en la sociedad norteamericana de proporciones incaculables, a sabiendas que cientos de miles de consumidores saldrían a las calles enardecidos reclamando su "pase".
Desde luego que de inmediato le preguntamos a este atrevido analista que ganarían los narcos si dieran ese descabellado paso, que de hecho no compartimos, aunque se pudiera interpretar de interesante.
"Bueno, esa sería una forma de solidaridad del mundo del narcotráfico con los inmigrantes que están siendo maltratados y humillados, sobre todo los de México y Colombia, por cuanto sería muy difícil que Trump pudiera controlar a tantas personas desesperadas que necesitan la droga para mantenerse complacidos y activos", destacó el atrevido analista, a quien le pedimos mejor cambiar de tema.
Sin tomar en cuenta, ni mucho menos compartir lo antes dicho por el informante incógnito, creemos que Trump debe darle una oportunidad a los inmigrantes que están aún en EEUU; quizás se les pudiera otorgar permisos especiales, al menos por seis meses, para que puedan trabajar en suelo norteamericano, eso les va a permitir ahorrar cierta cantidad de dinero y luego regresar cada quien a sus países de origen, con la posibilidad abierta de poder retornar después que se cumplan con los preceptos legales, previamente autorizados por las autoridades norteamericanas.