Sábado, 01 de febrero de 2025.- Cuando se declara desde el poder se facilita el manejar las noticias desde el ángulo que más convenga al declarante y eso es lo que acaba de ocurrir con la visita del enviado del presidente Trump a Venezuela y la liberación de seis ciudadanos norteamericanos que permanecían detenidos en nuestro país acusados de estar envueltos en actividades subversivas.
No sabemos como se logró ese arreglo ni lo tratado en esa reunión, no lo sabemos y sólo lo sabremos cuando nos lo cuenten, si nos lo cuentan, ya veremos, lo demás es pura especulación y producto de nuestra imaginación, la loca de la casa, como le decían los viejos de antes.
Lo que si sabemos es que estos seis ciudadanos estaban presos y sometidos a las investigaciones pertinentes por actividades no lícitas en el territorio nacional, no eran rehenes, como lo mencionó el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, el señor Trump, en su nota de felicitación al equipo que participó en esa operación.
Le dió la vuelta que le convenía a sus propósitos y los etiquetó como rehenes (hostages) y muy convenientemente en algunas notas de prensa que he consultado sobre este caso, los reporteros los mencionan como rehenes.
Yo pienso y digo que hay que tener cuidado con promesas de enamorados y con las ofertas jugosas, que pueden ser engañosas, cuando le cambian el calificativo de los sujetos liberados en nuestras propias narices y sin anestesia.
Ah, y voceros del gobierno norteamericano señalaron que esa diligencia en Venezuela no significaba que reconocían al gobierno del presidente Nicolás Maduro y el señor Trump declaró ante periodistas que no le iban a comprar petróleo a Venezuela.
¿Se acuerdan de la política de la zanahoria y el garrote, se acuerdan?, acuérdense.
Mosca mi Venezuela querida, que esto parece ser el inicio de una zarzuela.
