Millones de libros se han escrito en piedra, papiro, pergamino, papel y modernamente en el formato digital sobre el pensamiento de algunos desconocidos, también de Platón, Aristóteles, Sócrates, Heráclito, Parménides, san Agustín, John Locke, Descartes, Marx, Adam Smith, Milton Friedman, Vladimir Lenin, José Antonio Primo de Rivera, Rudolf Jung, Alfred Rosenberg entre tantos. Han sido muchos los filósofos, religiosos, políticos, economistas quienes expusieron sus opiniones religiosas, ideologías, metafísicas, teorías económicas y sociales para explicar, a través de modelos teóricos y doctrinas, las diversas formas de resolver los problemas del planeta que, durante todas las épocas, han acosado a los terrícolas. Sin embargo, tal como se han desarrollado los acontecimientos parece ser que nada de lo explicado en dichos textos han servido para nada, los problemas del planeta no se han resuelto, peor aún, con el tiempo se agravan.
Podemos remitirnos a los libros sagrados, por ejemplo La Biblia de los católicos. En ninguna página aparece escrito que Jesús, un personaje mítico, invitó a sus seguidores a conformar una iglesia y mucho menos nombrar un papa con igual poder que un rey. Tampoco está escrito en La Biblia que el poder de la Iglesia se regirá en conjunción e igual a la monarquía, mucho menos que santo Domingo de Guzmán y sus dominicos impusieran la Inquisición para asesinar, robar y de este modo los papas y los obispos se enriquecieron. Tampoco está escrito en La Biblia que los sacerdotes elevados en un púlpito impusieran en la mente de los feligreses el odio hacia los judíos bajo la gran mentira que fueron los hijos de David quienes crucificaron al retoño de María.
Tampoco está escrita en libros alguna teoría que orientara a los conquistadores y colonizadores europeos ricos, rubios y cristianos para que masacraran los pueblos originarios de las tierras que invadieron. Además, que se robaran territorios ajenos, esclavizaron a sus moradores y explotaron sus riquezas para beneficio de los imperialistas. Ciertamente, en ninguno de los dos casos anteriores nada de esto está escrito, solo fue decisión de una persona o de un grupo que proceden de una manera criminal para conseguir poder, riquezas y apoderarse de inmensas comarcas.
En verdad, los malos, quienes han gobernado, no siguen ni doctrinas religiosas, mucho menos doctrinas políticas ni tampoco filosóficas, solo siguen los instintos de la pasión por el poder y la codicia por el dinero. En ningún libro se desarrolló una teoría sobre la esclavitud y mucho menos una doctrina sobre el comercio de humanos en los llamados barcos negreros. En estas naves se hicieron miles de viajes desde África hacia Europa y América en el negocio más ignominioso y cruel como es la trata de personas. A pesar de no existir doctrina sobre este vil negocio, este perduró más de 400 años, cuando más 15 millones de hombres, mujeres y niños fueron víctimas del abominable comercio transatlántico de esclavos, escenificando así uno de los capítulos más oscuros de la historia de la humanidad.
En miles de libros se comenta la paz como algo necesario para la convivencia de los pueblos, sin embargo no se escribe nada sobre la guerra entre las naciones para resolver los problemas. Imposible negar que son las cruentas guerras las que han prevalecido durante siglos en toda la geografía del planeta y en todos los tiempos. Con un agravante, nunca han resuelto los problemas vitales de los humanos, como la pobreza y sus secuelas como la salud, vivienda, alimentación y educación. No existe una doctrina única de la guerra, lo que existe es la pasión por el poder, la codicia por el dinero y la ambición por la expansión territorial que asegure más riqueza. Esto no aparece en los libros. Estas son motivaciones de algunos líderes en unión con poderosos grupos económicos acostumbrados a ver crecer su fortuna sobre la base de la muerte de millones de personas y la destrucción de ciudades y pueblos.
Casi doy por seguro que ni Trump, Milei, Zelensky, Netanyahu, Duque, Uribe, Boluarte y numerosos presidentes y ex presidentes, de los pocos reyes que quedan y primeros ministros, conozcan algo de Aristóteles o de Plantón y mucho menos de las nuevas doctrinas sociales y económicas, evidentemente no les interesa. Modernamente ciertos líderes que gobiernan en diversas partes del planeta sienten un desprecio por el conocimiento y la cultura y quizás por esta razón no les conviene que el pueblo se eduque para así manipularlo con facilidad. Lo que no está escrito le llega a los votantes por los oídos mediante sonidos y también, a través de imágenes conformadas por laboratorios especializados. De esto sabe mucho la USAID, agencia del gobierno de EEUU que financia ONG, prensa escrita, radio y televisión para difundir "fake news" con el objetivo de desestabilizar los gobiernos que no le son afines. Además, financia miles de artistas para influir en la cultura de los pueblos a través de diferentes manifestaciones del arte.
La solución de los problemas que actualmente vive el planeta parece que no está en ningún libro. Ninguna doctrina política-social-económica presenta una teoría que resuelva lo que sucede en Ucrania, el genocidio en la franja de Gaza, las medidas coercitivas unilaterales con la que el gobierno de EEUU pretende someter a varias naciones del planeta, la desdolarización, los problemas de la Inteligencia Artificial, el encarecimiento de la energía en Europa, el comercio del litio, las consecuencias de los aumentos de los aranceles, el calentamiento global, el secuestro de los activos de Rusia en Europa, la corrupción de la USAID, las dificultades de los inmigrantes, el inconveniente del tráfico de drogas, el desvío de la armas de Ucrania hacia los carteles de las drogas en México, el contrabando de armas ilegales de EEUU hacia México, la incorporación de Canadá y Groenlandia como estados de la Unión, el despojo de canal de Panamá y otros problemas de carácter universal. Da la impresión que la solución de tantos males planetarios, que a pesar de no haber nada escrito, el desenlace parece estar en las "mentes prodigiosas" de Donald Trump y Elon Musk quienes, por ser reconocidos "polímatas", tienen la repuesta para todos los males que afectan globo terráqueo.
Juzgo que la solución de los problemas políticos-económicos-sociales ya no están analizados ni resueltos por nuevas doctrinas, esto son cosas del pasado. A algunos políticos o sesudos políticos no les interesa la socialdemocracia, el socialcristianismo, el nacionalismo, el comunismo, el capitalismo, el neoliberalismo y cualquier ismo nuevo está excluido. La solución está en la conformación de un pensamiento único producto de largas y minuciosos debates, tal como lo hicieron en Venezuela María Corina Machado, Julio Borges, Capriles, Carlos Vecchio, Ledezma, Guaidó, Edmundo González, Lester Toledo, Smolansky, Gaby Arellano, entre tantos bichos que se niegan acatar ni aceptar algún lineamiento doctrinario. Se asociaron solamente para delinquir, para robarse el patrimonio de los venezolanos, de los estadounidenses y de los europeos. Para estos delincuentes no hay nada escrito, su único interés es enriquecerse sobre la base de la corrupción del dinero entregado por la USAID y otras organizaciones humanitarias internacionales, así mismo, de lo escamoteado de los activos del pueblo venezolano colocados en el exterior.
Da la impresión que cierto sector de la oposición venezolano aparecerá en el libro Guinness de los records: se puede estar exiliado y vivir en un destierro dorado disfrutando como un rey en diferentes capitales europeas. Es sorprendente, que la mayoría de los nombrados anteriormente vive fuera de las fronteras de Venezuela y ninguno de ellos trabaja. Disfrutan del dinero robado a USAID y a otras organizaciones humanitarias. Cuantiosos caudales que debieron ser usados para ayuda humanitaria, nunca salieron de las cuentas bancarias de los referidos. Es notorio que de los militantes delincuentes de cierto sector de la oposición, no se les conoce ningún papel escrito, ninguna teoría, ningún proyecto doctrinario. Para ellos el único interés, ya no es el poder, sino la codicia por el dinero y descubrieron que no se necesita ser gobierno para robar de las arcas, para eso contaron con la USAID y las ONGs internacionales. Lo lastimoso y sorprendente de todo esto es que ninguna porción del dinero entregado por las agencias extranjeras fueron utilizados para aliviar los graves problemas humanitarios que vivieron algunos venezolanos durante la pandemia. Se lo robaron todo y actualmente se dan una vida de rey en el exilio dorado.
Muchas de las decisiones tomadas por ciertos gobernantes no están escritas en ningún libro, son producto de las medidas tomadas por aquellos en alianza con los dueños de los avaros emporios financieros, industriales, tecnológicos de la industria militar, desvinculados todos estos de los intereses del pueblo. Da la impresión que la mayoría de los gobernantes se niegan a seguir una doctrina, quizás por eso el filósofo inglés Tomás Hobes expresó: "Los individuos influyentes siempre tiene dificultad en digerir doctrinas que establecen un poder capaz de poner coto a sus caprichos". Lee que algo queda.