Hugo Chávez definitivamente desarrolló un pensamiento estratégico en el contexto de la revolución bolivariana en Venezuela. Su visión se centraba en promover una transformación social, política y económica basada en la reivindicación de nuestra historia, de las luchas de siglos, Libertad, justicia social, la igualdad y la soberanía nacional. Chávez entendía la importancia de usar estrategias políticas, económicas y comunicacionales para consolidar ese proyecto revolucionario que nació con su presencia.
Un pensamiento estratégico abarca diversas dimensiones de la realidad en sus planteamientos e ideas, vinculando la acción presente con el pasado y la creación de un futuro posible o deseado. Incluye el análisis de las estrategias paralelas o hegemónicas de sus opositores o competidores. En este sentido, el pensamiento marxista es estratégico por definición, ya que explica las situaciones presentes a través de la historia, la totalidad y su ubicación en ella. Lo hace de manera concreta mediante la lucha de clases, y no de forma abstracta.
Podemos decir que la visión estratégica de Hugo Chávez la adquirió por varias vías, todas vinculadas a lo afectivo, en primer lugar su amor por el país, por Venezuela, después encontramos su amor por la Historia y por Bolívar y en tercer lugar su amor por el pueblo, entendido en sentido popular, los explotados, los empobrecidos, ósea la mayoría de la población venezolana.
Después estudió, se autoformó intensamente, pero las tres vías que formaron y enriquecieron su pensamiento estratégico continuaron ahí, alimentándose de los conocimientos y experiencias que iba adquiriendo en sus luchas que incansablemente sostenía.
Estas tres vías son un legado que Hugo Chávez ha dejado para todos los revolucionarios, jóvenes o viejos, que desean participar en la lucha por la liberación. Para tener éxito, ama a tu país y su historia, ama a sus héroes como él amó a Bolívar, y ama a tu pueblo sin condiciones. El amor incondicional al pueblo y su bienestar debe ser el orientador diario de tus acciones.
Es evidente que, al analizar cualquier aspecto de Hugo Chávez, sus tres amores del pensamiento estratégico estarán presentes, orientando y facilitando el análisis político, económico, social e internacional, según sea necesario.
Sus componentes estratégicos contribuyeron a la articulación de una visión ideológica de profundo impacto, no solo a nivel nacional y regional, sino también mundial. Esto se logró al vincularlos con una necesidad inmediata de aquellos momentos, como el resurgimiento de las ideas socialistas y de los países que habían logrado sobrevivir a las estrategias neoliberales y a la debacle de la disolución de la Unión Soviética. Creo que esto sucedió debido a la falta de una visión estratégica en los términos que aquí formulamos. Ucrania hoy es una prórroga bélica a la disolución sin lucha de la revolución soviética.
Chávez acopló una visión ideológica que combinaba su pensamiento estratégico con la crisis del socialismo mundial y de las grandes instituciones defensoras de los países del tercer mundo, como la OPEP. Convocó en Caracas a una reunión de sus miembros para revivirla, logrando mantenerla hasta el presente con el socialismo del siglo XXI y el legado de Simón Bolívar. Promovió una identidad nacional y regional que desafiaba y continua haciéndolo, el neoliberalismo y el imperialismo estadounidense. Es un discurso centrado en la unidad de los pueblos, la paz, el progreso económico, la justicia social, la igualdad y la inclusión de los sectores más desfavorecidos.
La vigencia del pensamiento y accionar estratégico de Hugo Chávez se mantiene al considerar que los principios, ideas, motivaciones y valores de la revolución bolivariana promovidos por Chávez siguen siendo relevantes y dominantes en la lucha por la justicia social y la independencia frente a intereses externos en muchos países del mundo. Venezuela, en otros contextos, pero siempre en la lucha por su independencia y la de América del Sur y América Central, sigue estas políticas de Estado que Nicolás Maduro sostiene contra viento y marea para alcanzar nuestra libertad plena.
