Bolívar, fue. No hay que inventarle nada; es demasiado enorme

Por eso es hoy la ronda de manos junto a ti.

Junto a mi mano hay otra y hay otra junto a ella,

y otra más, hasta el fondo del continente oscuro.

Y otra mano que tú no conociste entonces

viene también, Bolívar, a estrechar a la tuya:


Pablo Neruda.

La vejez, por lo menos la mía, lo hace a uno como perezoso. Es la pérdida de fuerza de un cuerpo que se desmorona, una piel que se arruga, trata como de encerrarlo a uno y la picazón que en ella misma se desata; un cuero viejo, curtido casi, que estrecha, resta movimientos, en lo que le ayudan los dolores articulares, sobre todo, los que vienen desde los pies a la cadera. Menos mal que, aun esa amenaza, no ha llegado al despierto cerebro. Pero todo eso crea un estado como de flojera, escasa movilidad, que no incita a ponerse a jurungar, no la memoria, que tampoco ayuda mucho, dado que ella se ha venido erosionando o es como si alguien borrase el pizarrón, vaciase los estantes y quemase los libros. Por esto, sólo apelé a Neruda, en Canto a Bolívar, lo más fácil. Dejé a un lado, de las tantas cosas bellas que en poesía se han dicho sobre Bolívar, un poema de Orlando Araujo, sobre el caballo "que tuvo Bolívar"; uno que lo montaran después otros grandes por herencia, hasta llegar al muy grande, José Martí.

Y volví a Neruda:

Yo conocí a Bolívar una mañana larga,

en Madrid, en la boca del Quinto Regimiento,

Padre, le dije, ¿eres o no eres o quién eres?

Y mirando el Cuartel de la Montaña,

dijo: "Despierto cada cien años cuando despierta el pueblo".

Y me he puesto a reflexionar porque veo como, a Bolívar, le inventan vainas como si necesitase un último acicalamiento para llegar a la grandeza. Le ponen unas charreteras que no se usaban en su tiempo. Es esa una práctica muy extendida. Es un modelo de grandeza o de engrandecer, la historia y roles de los hombres que en ella destacaron, que se aplica en muchos casos; se tiene en la cabeza un escenario, en este montan los personajes que se admiran o detestan y se les mueve a gusto y también a disgusto. Y en su hermético círculo, definiciones con palabras redondas y estructuradas, muy rígidas, no se ve a Bolívar, tal como realmente fue, como si esto no fuese suficiente; pero ama al Bolívar de sus sueños, por lo que se siente obligado a hacerle su traje, le toma las medidas, pero no las que aquel tuvo, sino las que él quiere que tenga. Pues la vida para esos personajes pareciera haber empezado en el espacio y tiempo cuando comenzar a soñar y hasta a partir del momento que nacieron esos, sus sueños y hasta lenguaje. No hay en el personaje grietas, fallas, todo es virtuoso, pues se le concibe no humano sino divino.

Días atrás, escribí un trabajo sobre como a unos poetas, buenos poetas, pero sin ningún aporte en las luchas inherentes al calificativo, se les tildó de "poetas revolucionarios". Y no es que hablasen de eso en el campo de la poesía, sino en el de la lucha que, en la historia venezolana moderna, se adorna con esa palabra a quienes en ella participaron. Por eso dije que Rubén Darío y José Antonio Ramos Sucre, revolucionaron la poesía castellana, pues a esta sacaron de una prisión y le quitaron cadenas; la de la rima, medidas y la excesiva brevedad. Más en política, que yo sepa, no tuvieron una participación como para que se les aplicase tal calificativo. Ahora hay poesía en las sabanas, en las largas escrituras. Siempre lo hubo. ¡Cuánto de ella hay en El Quijote! Y en la obra de Gracía Márquez, pese él solía negar que hiciera poesía. ¿Acaso "¿Cien años de soledad", no es un poema que le llaman o clasifican como novela?

Pero aquellos buenos poetas, que hasta en momentos aquí, en Venezuela, muchos hasta se jugaron el pellejo, como Ramón Palomares, "El chino" Valera Mora, el mismo Orlando Araujo y otros que la memoria, de baja calidad, o la obsolescencia, como ya dije o mejor desgastada, en estos momentos no revela, estaban tranquilos, estudiando en universidades de Europa, sin que uno sepa siquiera como hicieron para subsistir, sabiendo que a Picasso o Henry de Toulouse-Lautrec, les costó demasiado, tanto como vender a depreciable valor y hasta regalar sus obras, para sólo comer. Tuve que dejar la universidad en Caracas, no muy lejos, porque no podía darme el lujo de estar allí, más siendo opositor al gobierno, debía invertir mi tiempo en "rebuscarme".

Los términos "revolución y revolucionario", referido al acontecer social, son relativamente modernos. Si mi desgastada memoria no me falla, me atrevería a decir que al primer acontecimiento político social que se le dio ese calificativo fue a aquel francés de 1870, que llevó a la "Comuna de Paris", luego a la mexicana que se inició en 1910 y posteriormente a la rusa de 1917. Y es que revolución es una palabra que en Ciencias sociales se le relaciona con cambios bruscos, violentos y sustantivos, destinados a cambiar el modelo de sociedad. Y esos procesos posteriores a Bolívar, tuvieron como objetivo definido cambiar las relaciones económicas inherentes a la sociedad de su tiempo y espacio y emergieron desde adentro.

Antes , transcurre el fenómeno de crecimiento y transformación de las formas tecnológicas de producción, que fue llamado "Revolución Industrial", acontecimiento ajeno a las armas, ejércitos, lideres militares y políticos, sino más bien un cambio sustantivo ligado al ámbito de las ciencias, tecnología y los negocios. Un proceso inherente a la naciente burguesía industrial en el ámbito europeo. Algo así, como lo que acontece hoy con los medios de comunicación. Lo que ha sido trascendente, hasta llegar a lo que llaman inteligencia artificial, que nadie, no imagina la razón, llama revolución. Pero si, en ese espacio, ha habido un cambio sustantivo. Lo de "Revolución", en el caso europeo, del siglo XIX y XX, no estuvo sujeto a la velocidad del tiempo, a estallido alguno, sino al cambio tecnológico trascendente. Quien evalúo ese proceso, consideró el tiempo, que fue largo, lento, al medir los cambios, como impedimento para llamarla revolución.

Bolívar inicia sus luchas entre 1809 y 10 y no dentro de un modelo capitalista definido, diáfano, más bien uno colonial, con rasgos semifeudales con mezcla de esclavismo y sujeto su espacio al control del mercantilismo europeo; y por eso no condujo masas de trabajadores urbanos; vivió y luchó en una sociedad cuyo ámbito alcanzaba toda la extensa zona que va del sur de Estados Unidos hasta la Patagonia. Entre la gente que le acompaña, están en el liderazgo, muy marcado al inicio, los mantuanos, dueños de tierras y esclavos.

Ya en 1776, un año antes que España crease la Capitanía General de Venezuela, Estados Unidos se ha independizado de Inglaterra.

En el espacio de Bolívar, hay como dije, esclavismo típico, nada difícil de entender, pues hay una buena base de mano de obra bajo esas relaciones. Allí, desde aquí los veo, están los libros de Federico Brito Figueroa que informan en detalle sobre este asunto. En ellos, a los esclavos, casi los contó, uno por uno, como cuando pasaba la lista en el Pedagógico y la UCV.

La constitución de 1811, decretó la independencia de España, pero no sólo dejó la esclavitud, sino que se volvió más mezquina con los trabajadores en general, cuando otorgó más poder sobre tierras y ganado "realengo", de nadie, a los propietarios de la anterior relación colonial, los mantuanos. No hubo algo que pudiera llamarse "Revolución". Si no, preguntémonos, por qué emergió Boves. Hay motivos para creer que Boves estaba más identificado con los esclavos, pese las razones que, para ello puedan darse, que el ejército patriota hasta 1814, cuando al asturiano, en Urica lo ensartó el general Zaraza. Las fuerzas aglutinadas por Boves, en gran medida estuvieron compuestas por esclavos deseosos de justicia, libertad y hasta venganza.

No obstante, en el "Manifiesto de Cartagena", de las 12 causas que Bolívar expone como motivadoras de la caída de la primera república, no alude al modelo social; ignora la esclavitud y la repartición de tierras y el ganado antes realengo; como cosa curiosa habla de excesiva circulación monetaria sin sustento. Es decir, de monetarismo. Por supuesto, hablo del Bolívar joven y aún inexperto.

El decreto de abolición de la esclavitud, envuelto en el "Manifiesto de Carúpano y Rio Caribe", de 1816, no tuvo el mismo destino del de Lincoln, del cual hablaremos más abajo, sino a ganar adeptos para la lucha por la independencia. No se trató de cambiar las relaciones, como incorporarles al trabajo como asalariados, sino como guerreros, sin oferta clara. Tan oscura oferta que, llegamos al final de la "Guerra Federal" y el esclavismo continuó.

Entonces Bolívar, pareciera no entrar en esa clasificación si nos atenemos a la historia. El mismo Marx en su "Bolívar y Ponte", donde la dialéctica materialista, por un "discreto" determinismo, "le falló", calificó al heroico, genial combatiente nuestro, como un adversario o enemigo del proceso de cambio europeo, dado que su participación y empuje, generaba conflictos en las economías de aquel espacio y, por la tanto, el ritmo y orden que Marx esperaba. Pues es falsa y acomodaticia la explicación casi oficial dada, según la cual, el autor de "El Capital", escribió ese trabajo usando fuentes convencionales e inmediatas, dado que pasaba por dificultades económicas y necesitaba hacer aquello rápido para la subsistencia.

El escritor cubano Francisco Pividal, calificó a Bolívar de "precursor del antimperialismo", otro término usado para vestir al Libertador como para una fiesta, que tampoco parece adecuado para definirlo, no habiendo fiesta alguna de ese carácter. Y es parte de ese empeño, como ya dije, de creer que a Bolívar le hacen falta medallas para gozar de la grandeza que, de hecho, tiene por su accionar y visión.

Bolívar fue el dirigente político y militar de la liberación de todo el continente del colonialismo español. Para lo que esgrimió la bandera contra el colonialismo y fue, por encima de todo, aquella que Rafael Correa dice, un hombre que miró sobre las montañas y los siglos. "La Carta de Jamaica", una pieza o propuesta política que deja atrás todo lo anterior, empezando por "El manifiesto de Cartagena", de 1812, en lo fundamental, es un llamado a la unidad de América Latina, lo que él solía llamar las "antes colonias españolas", a la formación de un bloque político y económico, para romper los dientes, la proa de lo que venía del norte. Por eso es valedero lo de Neruda cuando canta:

"Por eso es hoy la ronda de manos junto a ti.

Junto a mi mano hay otra y hay otra junto a ella,

y otra más, hasta el fondo del continente oscuro".

El tránsito de un modelo de sociedad, con nuevas relaciones de producción, es un acontecer de la historia con fuerte significado cualitativo; una clase sustituye a la otra, una forma de la repartición del producto del trabajo se cambia por una nueva y diferente. Por ejemplo, del Estado feudal emergió el capitalismo, de sociedades esclavistas también, como EEUU. Lincoln decretó la abolición de la esclavitud, porque el capitalismo avanzado del norte necesitaba mercado, consumidores de su espacio y también del sur. Y ese decreto, que fue resultado de las demandas de un cambio de modelo de sociedad, nadie le llamó revolución, pues estábamos en 1865, cinco años antes de la Comuna de París. Como dato curioso, quiero recordar que, Alejandro Magno, El Grande, el hijo de Filipo II, en la medida que conquistaba espacios, hasta consolidar el gran Imperio Macedónico, entre las cosas que hizo fue acabar con la esclavitud. Pero creó un imperio comercial de gran magnitud.

Bolívar, como dijo Alí Primera, "no es santo para prenderle una vela" y menos inventarle cognomentos fuera de su realidad. Más cuando, ese calificativo de "revolucionario", no usado en su tiempo para adjudicárselo a él y otros como él, en nada lo engrandece; y porque no era su propósito hacer nada acorde con lo que ahora se llama "Revolución", que parece de uso tan común, como que se aplica a cualquiera; por razones históricas, no es el más adecuado para resaltar a aquel de quien se cantó; "cuando creyeron quizás que se cansaba su brazo, hizo en la América un trazo………".

Tampoco puede ser precursor del antiimperialismo, dado que, lo que él avizoró en su espacio y tiempo, fue el crecimiento de la potencia del capitalismo mercantil estadounidense, con el mismo fin del europeo, pero más cerca, algo muy distinto al imperialismo. Y su propuesta no estaba en un cambio de modelo, la sustitución del poder de una clase por otra, sino en la creación de un nuevo bloque mercantil para defenderse de la amenaza del norteño; es una respuesta fundamentada en la clase dominante; la propietaria y mercantil y de las tierras . Todavía bajo el esclavismo de las "antes colonias españolas"; es decir, no intentaba salirse del modelo, era una propuesta algo más cuantitativa que cualitativa. No habiendo imperialismo, sino potencias mercantiles, debilitadas por las guerras de independencia, salvo EEUU, no había entonces sustento para calificar a nadie de antiimperialista, ni siquiera precursor; pues los fantasmas son invenciones. Lo primero es lo primero.

Una cosa es el lenguaje de la historia y otra la de los políticos. Aunque quisiera entender que llamar a Bolívar "revolucionario" y hasta "antiimperialista", pese no sea estrictamente pertinente, pudiera ser un buen recurso con fines políticos.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 391 veces.



Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

 damas.eligio@gmail.com      @elidamas

Visite el perfil de Eligio Damas para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: