Qué se puede deducir desde las reflexiones sobre temas que pretenden tocar en el tupido universo de posibilidades ciertas, si planteamos discusiones acerca de aquello que desde diversas perspectivas ha cuestionado la filosofía, las ciencias, la metafísica o elaboradas teorías a lo largo de la historia de las ideas. Analicemos y vamos a desglosar estos aspectos de la realidad que a veces sirven para despejar algunas dudas, y con pertinencia aclararlas desde las doctrinas que ayudan a entender y que se pueda comprender este meollo en que nos sumergimos a veces. La razón principal de tales enunciados es porque, si como se ha dicho, todo está en permanente cambio, y es un constante flujo y vibración, por qué entonces se permanece tercamente en seguir haciendo las mismas cosas sobre los mismos argumentos, y nos resistimos a hacer las cosas de forma distinta.
Busquemos despejar las dudas desde lo que nos dice la psicología o la sociología, pues porque los seres humanos somos criaturas de hábitos y las sociedades tienden a conservar tradiciones y estructuras que proporcionan seguridad y orden. Sí pero no, uno de los críticos a tales tendencias fue Karl Marx, argumentando que las estructuras sociales y económicas serían las que mantienen y perpetúan desde el poder acaparado por las élites, diríamos hoy en día, de los pocos que son ricos sobre los muchos que son pobres, incluso, insiste Marx, cuando son obsoletas o injustas y crean desigualdad respecto a tales estructuras. Otro tanto si el enfoque es observado desde la perspectiva de la teoría de sistemas, es decir, que las sociedades como sistemas complejos, buscan mantener su equilibrio, lo que implica que muy a menudo se resisten a los cambios. Resistencia que sería una respuesta natural respecto a los individuos que la conforman, pero estas respuestas suelen convertirse más bien en obstáculos para el progreso y poder adaptarse a las nuevas circunstancias y realidades indispensables para avanzar seguros.
Por una parte, está el progreso material, por la otra la permanente esencia de lo que somos, un planteamiento que va de la mano con la crítica al materialismo, al progreso entendido solo en términos materiales. Idea que nos llega con ecos de la filosofía estoica, distinguiendo lo externo, que cambia y es efímero, y lo interno como esencia permanente del ser. Jean-Paul Sartre y Viktor Frankl enfatizaron sobre la importancia de encontrar significado en la existencia, más allá de las posesiones materiales. Otro tanto desde las tradiciones espirituales desde el hinduismo, el budismo, y demás enseñanzas que sugieren que la verdadera esencia del ser, el Atman o conciencia, es lo único permanente y absoluto; mientras que el mundo y todo lo que existe como materia es ilusorio, Maya. Ciertamente el progreso material sin un desarrollo espiritual o ético, llevará al vacío existencial, a la destrucción del hábitat y de los semejantes, sin ninguna duda, es lo que estamos presenciando en este momento de la existencia.
Qué tenemos frente a nuestros sentidos, destrucción del hábitat y luchas absurdas contra nosotros mismos. Ideas que conectan con la crítica ecológica y la filosofía ambiental. Arne Naess, fundador de la ecología profunda, argumenta que la crisis ambiental es el resultado de una visión antropocéntrica que separa al ser humano de la naturaleza. Otro pensador, Fritjof Capra, El Tao de la Física, escribió el vínculo entre la física moderna con las tradiciones orientales, donde igualmente sugiere que la separación entre el ser humano y su entorno es pura y mera ilusión de los sentidos. Carl Jung desde la psicología profunda nos remite a la "sombra", parte inconsciente en cada uno y una, mismos y mismas, proyección hacia los demás, y que puede llevarnos a la autodestrucción, a la autoaniquilación. Destruir la naturaleza, el hábitat, y la violencia contra nuestros semejantes, son las manifestaciones de una desconexión con nuestra esencia y con el entorno en que existimos.
Realidad como construcción mental, idea central del idealismo filosófico, sostiene que la realidad es una construcción de la mente, George Berkeley decía: "ser es ser percibido". Hoy la cuántica desde el principio de incertidumbre de Heisenberg sugiere que el observador afecta lo observado, una implicación profunda, pues afirma que la realidad no es independiente de nuestra percepción. Los yoguis desde el advaita vedanta enseñan que la realidad última, Brahman, es no dual, por tanto, la separación entre sujeto y objeto es mera ilusión. La realidad experimentada está profundamente influida por nuestra mente, lo que nos lleva a cuestionarnos sobre qué es "real" y cómo nuestras percepciones moldean nuestro mundo.
Cómo enfocarnos para tratar de entender estos aspectos, los senderos son muchos, pero elijamos los clásicos para despejar en parte estos temas, para adentrarnos más hacia nosotros mismos, desde donde necesariamente debemos aportar un granito de arena con el que hemos construido eso que entendemos como real, trascendente y la realidad. Desde la Filosofía occidental y las tradiciones orientales, se ofrecen herramientas para la reflexión y el análisis crítico sobre la verdadera naturaleza de la realidad, del cambio y de la esencia de lo humano. La ciencia trata de despejar dudas sin llegar en sus formulaciones a un absoluto, dejando inconclusa la posibilidad ante la falsación. Mientras que la cuántica, más allá de la física, y con la ecología y la psicología, nos proporcionan marcos de referencia para entender esa interconexión entre ser humano y universo. Otro tanto ofrecen las tradiciones místicas a través de prácticas de meditación, para conectarnos con nuestra esencia y trascender el materialismo.
El arte, la literatura, son medios para explorar y expresar todas las ideas posibles desde la intuitiva y la emoción. Si tales reflexiones logran tocar las fibras para una exploración más profunda del ser, desde los múltiples enfoques presentes a lo largo de la historia, se habrá logrado en parte la atención entre el cambio permanente y constante frente al deseo de permanencia. Las críticas al materialismo por la búsqueda de lo esencial y la conexión entre el ser humano y su naturaleza, pueden que propicien un entorno más agradable y más tolerable, cuestiones que siguen siendo relevantes en la actualidad. Entender estos aspectos consta de tomar tu sendero con un enfoque inter y multidisciplinario, donde se combine el conocimiento con el saber y se eleve a niveles, planos y dimensiones que constituyen esa posibilidad abierta de comprensión de nuestra realidad, mejorando la acción desde la manera consciente y ética en el mundo.