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Pero fíjense, el concepto que han adoptado casi todos nuestros historiadores para forjar la idea de que Bolívar era blanco: Que era un blanco por ser hijos de aristócratas dueños de la tierra, de minas, de ganado y esclavos. No importa que tuviera el pelo chicharrón, que su color fuese trigueño, que sus ojos fuesen de negro encendido. Y en esto tenemos que coincidir con Salvador de Madariaga, en que Bolívar logró "tener acceso a las capas más profundas del alma de las Indias. Su familia absorbió, en efecto, más de una vez, sangre negra y sangre india". Aquí se creían "blancos", aquellos que eran un poco menos pigmentado que los mulatos o zambos, y por ese sólo hecho ya se consideraba unos privilegiados sociales, más aún si sus ojos eran verdes o azules. En realidad, hasta podía decirse que estos tipos eran de los menos auténticamente venezolanos, por poseer rasgos no propios de nuestra esencia, de lo característico de nuestras más profundas raíces. Si Bolívar hubiese sido realmente "blanco" como aquí han querido que lo fuese la oligarquía (y además siempre sobre un caballo blanco), jamás hubiera podido independizar América. Bolívar era zambo. Dice Salvador de Madariaga tratando de dorar la píldora para no ser atacado por los pretendidos blancos venezolanos: "Claro es que en realidad era un blanco; pero los pequeños afluentes de sangre negra y de sangre india que habían entrado en su familia bastaban para darle acceso a las memorias colectivas y a las reacciones naturales de las otras dos estirpes, las que en el Nuevo Mundo llevaban el peso del trabajo y de la obediencia. Este hecho, que algunos de los incautos admiradores de Bolívar quieren borrar negando que su sangre fuera mezclada, debe por el contrario recobrar el importante lugar que le corresponde; porque sin él no sólo cesa Bolívar de ser representativo de un estado de ánimo continental en un momento dado de la historia, sino que cesa de ser coherente; y muchos de sus asertos que, dando por sentado que su sangre fuera americana completa, son afirmaciones vigorosas de esta sangre, de ser blanco puro, habrían de considerarse como vesánicos delirios de un demagogo irresponsable o de un loco de atar". Esto da como para todo un trabajo de investigación.
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Agrega Madariaga: "Mucho menos en evidencia en sus rasgos, aunque no del todo ausente, había también en Bolívar un elemento indio que le prestaba aspectos tanto del natural puro de las Indias como del mestizo. Aquella honda tristeza que observamos en él como la actitud normal de sus momentos de reposo, con ser muy española y hasta muy gallega, recuerda también el sufrimiento del paciente indio dominado por un pueblo superior. En la vida de Bolívar se dan vastas etapas de pasividad en que parece incapaz de acción, que pudieran ser debidas a retornos temporales a la superficie del ser del indio oculto en sus entrañas. La larga paciencia con que le vemos aguardar a sus enemigos y a sucesos es también rasgo indio de su complejo carácter; y se da en él una curiosa añoranza a los días indios del nuevo mundo, que sería inexplicable sin la sangre india de sus venas. Pero el indio, en la historia de América, después de algunos episodios de resistencia esporádica que opuso a la conquista, no fue capaz de alzarse contra el pueblo conquistador más que bajo la dirección de caudillos mestizos. Como mestizo, Bolívar figura al lado de Condorcanqui del Perú y de Villarreal de Nueva España como caudillo de indios rebeldes contra los usurpadores blancos. Si nos negamos a verlo así, sus violencias verbales contra España se resuelven en meras insensateces, puesto que era al fin y al cabo español. «Un continente, separado de la España por mares inmensos, más poblado y más rico que ella, sometido tres siglos a una dependencia degradante y tiránica...» «Tres siglos gimió la América bajo esta tiranía, la más dura que ha afligido a la especie humana...» «El español feroz, vomitado sobre las costas de Colombia, para convertir la porción más bella de la naturaleza en un vasto y odioso imperio de crueldad y rapiña... Señaló su entrada en el Nuevo Mundo con la muerte y la desolación: hizo desaparecer de la tierra su casta primitiva; y cuando su saña rabiosa no halló más seres que destruir, se volvió contra los propios hijos que tenía en el suelo que había usurpado.» Si Bolívar no hubiera tenido sangre india en las venas, estas frases suyas hubieran bastado para justificar su encierro en un manicomio.
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Aunque el mote "BLANCO DE ORILLA" dicen que fue acuñado por Laureano Vallenilla Lanz, en el sentido de que se le atribuía a una persona "perteneciente a la categoría de blanco nacida en España, pero que carecían de los privilegios y prerrogativas exclusivos de los altos funcionarios y los mantuanos o criollos descendientes de los conquistadores", con los años, este apelativo fue también aplicándose a los que además de provenir de los pelabolas nacidos en España (y que luego se radicaron entre nosotros), a todos aquellos que en naciendo blancos provenían de todo el mestizaje que se propagó entre nosotros: negros con "blancos", indios con "blancos", así como los cruces de mulatos y zambos con los susodichos "blancos" que se han provenido de todos los cruces posibles. Incluso, Bolívar por fuerza tenía que ser un "blanco de orilla", todo un mulato (es decir, un auténtico venezolano), por su color, por su tipo, su pelo, su porte y su naturaleza genial toda. Y lo grandioso fue que Bolívar así lo reconocía. Nunca tuvo Bolívar la pretensión de mostrarse distinto a los demás habitantes de su tierra americana.
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Ahora bien, qué es acaso un blanco, ¿un supremacista de esos que adoran a Trump, el fulano "El Catire" amado por los seguidores de María Corina Machado? El supremacismo blanco se sostiene en la misma posición de los nazis, que se creen una raza superior nacida para dominar por sobre todas las etnias. Pero esto es incluso anterior a los nazis, desde los tiempos en que Europa salió a traficar con los esclavos, sosteniendo la tesis de que los indios y los negros no eran humanos. El racismo nace en esa Europa degenerada y pervertida que trasladó luego todas sus miserias supremacistas a Estados Unidos, rechazando a los latinos, judíos, gitanos y a los musulmanes…