En este mundo cambiante donde el imperio se confabula para agredir a los más débiles; nos encontramos con casos inverosímiles. Así tenemos que el gobierno de Donald Trump, en un arranque de locura, de esos que nos tiene acostumbrado, decidió en forma unilateral, a través de una orden que no firmó, pero si acató; según su propia confesión; decidió enviar a los migrantes venezolanos a una mega cárcel del Salvador; bajo un contrato leonino llevado a cabo con Nayib Bukele, presidente de ese país; acusándolos de pertenecer a una banda llamada el Tren de Aragua; usada como argumento para facilitar su captura y su secuestro; sin pruebas, sin juicio y violando todas las normativas legales y constitucionales, para ser llevados como mano de obra esclava, donde van a tener que trabajar para pagar su propia manutención; a sabiendas que el gobierno de Trump, desembolso por cada venezolano 6.000,oo dólares. Acciones como estas no tienen justificación; solo comparables con las leyes raciales de Nuremberg de la Alemania nazi. El gobierno y las instituciones deben salir y recurrir a todas las instancias y estrategias jurídicas para lograr sanos y salvos su devolución. Basta decir que se están criminalizando, no por ser chavistas o de la oposición, se está criminalizando simplemente por ser venezolanos.
Lo más detestable que existe detrás de este andamiaje artero contra estos connacionales secuestrados, esta la figura de María Corina Machado, Carlos Paparoni, Leopoldo López, Juan Guaido, Julio Borges. Que no cesan de aplaudir y señalar como medidas ejemplarizantes por el gobierno de Trump y la acogida por Nayib Bukele. Pero como de todo hay en la viña del Señor; apareció por ahí José Luis Rodríguez, que llaman el puma, con una actitud insólita y perpleja, que deja atónito a más de uno, lanzándole loas a Milei y a Bukele. La verdad que es vergonzante, que un cantante como este caiga en el lodazal mas espurio, colocando como patrones de identificación a figuras tan deleznables, y para completar expresa sin rubor alguno "que hay que clonar a Milei y a Bukele, son el tipo de gente que puede cambiar a un país" (sic). Otro organismo que a veces sale a la opinión pública a unir esfuerzos para salir de la "dictadura de Maduro", no ha dicho absolutamente nada. Es la Conferencia Episcopal.
Nos hemos percatado que en Costa Rica también permanecen venezolanos secuestrados o a punto de ser secuestrados. Huyéndole a Trump llegaron a ese país y pueden correr el mismo revés de los enviados al Salvador. No es un secreto el rompimiento de relaciones con Costa Rica y Panamá que está en las fronteras, con la que no tenemos relaciones. Su estadía de estos venezolanos en ese país corre peligro. El gobierno debería tomar cartas en el asunto.