El cambio de Huso Horario puede compararse al muy conocido ejemplo del “cuero seco, que lo pisan por un lado y se levanta del otro”. Si lo pisan por la mañana, se levanta por la tarde.
En cuanto al cambio de huso horario, aparte de la consideración hecha por el Ministro de Ciencia y Tecnología, sobre la activación de las células cerebrales en los seres humanos al levantarse de la cama cuando ya el sol está sobre el horizonte, ningún otro argumento novedoso ha sido presentado. No olvidar que los andinos somos de altos horizontes.
Entonces vale la pregunta. Para la actividad cotidiana en qué momento es más importante la luz solar ¿Al amanecer o al anochecer? ¿En qué momento la actividad productiva, de transporte y de todo tipo es mayor, al alba o al crepúsculo, en la hora matutina o en la vespertina? La evaluación de estas preguntas es lo que debe determinar si el reloj se atrasa o se adelanta. Esa evaluación va a determinar si es mejor adelantar el amanecer y con ello el anochecer o al contrario. Por otra parte, en el terreno estrictamente económico y de consumo de energía ¿qué es mejor? Quitarle la luz solar a las multitudes que al anochecer van por aceras, calles y autopistas en todo el territorio nacional, o darle luz solar a una nación que despierta en el amanecer, somnolienta, legañosa y que todavía no está en plena actividad?
Recuerdo que hace unos doce o quince años, por motivo al fenómeno del Pacífico (mal llamado Niño), en Colombia bajaron los niveles de las presas que mueven las hidroeléctricas, y se agudizó el problema de suministro de electricidad. El gobierno, para superar la crisis, decretó adelantar el reloj en una hora y así aprovechar mejor la luz solar en la hora vespertina que es la de mayor actividad y de esa manera economizar luz eléctrica.
En esos años se hablaba también en la CAN de la posibilidad de unificar el huso horario para los países andinos. Interesado en el tema, elaboré y envié a los medios de comunicación la propuesta de huso horario que toma como meridiano el de la legendaria ciudad de Cusco (meridiano73), capital del imperio incaico, con puntos de referencia en el norte Ottawa, Filadelfia, Maracaibo y en el sur Valparaíso. Ese huso horario comprendía por el Este, el meridiano 60 y por el Oeste, el meridiano 90 que pasa por San Salvador. En este huso horario queda comprendido todo el Caribe , los países andinos, gran parte de Brasil y la totalidad de Argentina. En la misma hora quedaban Venezuela, Bolivia y Argentina. En tanto que Colombia, Ecuador, Perú y Chile adelantaban el reloj en una hora.
En este momento de la unidad Sudamericana y del Caribe, la propuesta sigue en píe. De esa manera los venezolanos no tenemos que atrasar el reloj, media hora, lo cual nos trae la incomodidad de la hora fraccionada con respecto al meridiano de Greenwich (- 4:30); en lugar de la hora entera que tenemos (- 4:00) y algo muy importante, “el cuero no se levanta por alguno de sus extremos”.
No termino de entender para que todo este lío del cambio de hora, si con la jornada de trabajo a seis horas se pueden hacer todos los ajustes necesarios o convenientes a cualquier actividad productiva, educativa o de otra índole. Como dicen en mi pueblo, “eso es cantar para aparentar andar alegre.”
leonmoraria@cantv.net
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