Soy el cerebro de un supuesto líder de la oposición. Digo supuesto líder, porque no lo sigue nadie, pero sin embargo él se autocalifica como uno de los líderes de la oposición. Confieso que hace mucho tiempo que no se me ocurre una idea. Todo es repetir y repetir. Voy casi diariamente a la televisión a decir que la reforma constitucional concentra el poder en el autócrata. Que si la propiedad privada se va a perder porque está diluida en el texto constitucional. Que si la educación va a ser dirigida por cubanos. Es decir, no hay nada nuevo bajo la cabeza de este líder.
Ni siquiera este hombre lee un libro. No va al cine. Al teatro. No se informa para opinar. Y si nada de esto pasa, yo sigo aquí con las mismas palabras. Los mismos chistes. Las mismas frases.
A veces siento que lo invitan a la televisión por que no hay más nadie que diga lo mismo que este líder, y sobre todo con ese énfasis que este hombre le pone a las cosas que dice, que pareciera que son nuevas cosas pero son las mismas, sólo que cambia algunas frases, pero como él se lo aprendió hace mucho tiempo: Es la política del gatopardo. Cambiar todo para que nada cambie. Esa fue una de las frases que me aprendí hace mucho tiempo, y esa es la más que utiliza este hombre, perdón, este líder de la oposición.
A veces, cuando este hombre escribe para la prensa, trata de colocar por allí una idea, pero no sale nada.
Siempre los mismos lugares comunes. Lo que sí es cierto, es que todo lo que diga el Presidente este hombre lo rechaza de plano. A veces añoro una idea. Vivir aquí es morir un poco. No hay novedades.
No hay argumentos. Planteamientos. ¿Dios mío, qué será una idea? Hace pocos días invitaron a este líder a un debate y no fue, y claro, no tenía nada que decir. Y yo con una pena penita pena. No soporto vivir aquí, en el abandono. En el oscurantismo. Ni siquiera me puedo fugar, porque quién va a querer un cerebro tan pobre en conocimientos.
Es una verdadera desgracia estar aquí, viendo cómo cambia el país y este hombre no aporta nada.
En estos ocho años de gobierno chavista, confieso que he vivido la más grande pereza mental.
robertomalaver@cantv.net
