Todo el territorio nacional se ha puesto en contacto con los cambios sociales que esta desarrollando el país, uno más que otros donde ha llegado la idea de que es posible un mundo mejor por la vía del socialismo.
En Pedro Gual, estado Miranda existe un pequeño y antiguo fundo conocido como San Ramón- Piedra Azul, hoy según la sanción realizada por la Asamblea Nacional en 2005 es considerada zona protectora de las montañas que conforman todo ese gran territorio forestal que constituye la Serranía Maestra del Interior.
Por años toda esa zona fue usada para la errada vocación del pastoreo de ganado vacuno, convirtiendo sus altas montañas en pajonales que cada año queman para la renovación del pasto, pero cada vez debilitando la capa orgánica que sustenta el agua y la vida de todo ese territorio.
Piedra Azul-San Ramón es solo una pequeña y diminuta fundación de doscientas hectáreas que hoy se intenta renovar para la proyección de una idea de rescate de la foresta de las zonas aluvionales de la Serranía con un plan agro ecológico de musáceas a través del Cetro Ecológico de Desarrollo Endógeno, que le den potencia a los suelos de Miranda y norte de Guárico abatido por la irracionalidad de la depredación humana.
Esas tierras de vocación forestal y agrícola, ya no soportan más la inserción de ganado vacuno, se están quedando sin montaña y por ende sin las fuentes de manantiales puros de donde los pobladores de la zona obtienen el agua para sobrevivir.
Cada año en Venezuela se talan más de 400 mil hectáreas de montañas especialmente para la explotación pecuaria, maderera y minera, hemos perdido en menos de 10 años el 10 % de nuestros bosques y montañas, a este ritmo en 20 años abríamos perdido un inmenso territorio que afectaría considerablemente la vida sobre el territorio venezolano.
Piedra Azul, amenazada por el pastoreo devorador se mantiene todavía en resguardo, la necesidad de rescatar pequeñas fuentes de agua y santuarios montañosos como este la pone a prueba con los principios del socialismo que son la preservación de la vida y el uso racional de la tierra para su explotación.
Sus aguas azules por la piedra caliza metamorfósica que se encuentra en los fondos del riachuelo le dieron el nombre al Guarebe donde alguna vez creyeron había diamantes por las formaciones de cuarzo que salían de sus orillas. Sobre estas cristalinas aguas los frondosos bucares, bambú, pardillos, yagrumos y una infinita variedad de foresta constituye una bien que el estado esta en la obligación de preservar, igual que como sus pobladores.
La pequeña Piedra Azul en Miranda, igual que en Apure (cerca del Capanaparo) o en Vargas forman parte de un gran sistema ambiental, allí se fortalecen las ideas de renovación de una conciencia conservacionista socialista que apuntala la vida, a la recuperación de ambientes y aguas puras para los propios de la zona y de los que dependen de entornos ambientales sanos.
No podemos dudar al reivindicar las palabras de Fidel cuando dijo en 1990 ante el mundo en un discurso histórico en Organización de Naciones Unidas: “Nuestro mundo caótico de hoy necesita orden para que la naturaleza no sea destruida, los mares, los ríos, y la Atmósfera dejen de ser envenenados , lo suelos no pierdan su capa fértil, los desiertos no crezcan, los bosques no desaparezcan, el clima no cambie y los 10 mil millones de habitantes que seremos dentro de 50 años no mueran de enfermedades y hambre”.
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