La hábil falacia de la 5ta Columna

Nuevamente la revolución enfrenta tempestad. Son estos tiempos de definiciones que nos obligan asumir posiciones y responsabilidades. La propuesta de reforma Constitucional hecha por iniciativa del Comandante Chávez ha inyectado el combustible necesario a la revolución y acelerado sus motores a la velocidad adecuada. El combustible de la revolución es, sin duda, la lucha de clases; la velocidad ha dependido del correcto entendimiento de nuestras realidades, de nuestras fuerzas y posibilidades para el avance (nuestra dialéctica). La Propuesta de Reforma Constitucional (propuesta que estamos seguro será aprobada por el pueblo) es, sin lugar duda, un nuevo paso para la profundización de la revolución bolivariana.

Como es de esperar siempre en estos contextos, algunas caretas han caído. Otras quedan para más luego. Es la oportunista pequeña burguesía encaramada en el tren de la revolución la que hoy monta su show.

Lo más cómico de este show es que se autodefinen como “verdaderos revolucionarios”, y pretenden contrariar con terquedad sospechosa a la revolución bolivariana y cuestionar al Comandante Chávez. Pues, nos referimos a los miembros del grupo autodenominado “coalición insurgente”, que, con sus disfraces de revolucionarios y hábil verborrea seudo-izquierdista se han dado a la tarea por descalificar y desdibujar la propuesta de reforma constitucional, haciendo el mismo llamado de los lacayos a la abstención y a votar por el No. (Ver en Ultimas Noticias del día 31/10/ 2007, página 22).

Entre sus miembros figuran Víctor Poleo, Pablo Hernández, Elié Habalián, entre otros. Todos, fracasados políticos y frustrados aspirantes a cargos en el aparato del Estado (quienes pretendían puestos de importancia en PDVSA y dentro del Ministerio del Poder popular para la Energía y petróleo). Son ellos los genuinos representantes de nuestra pequeña burguesía interna, la 5ta columnas quienes junto a Ismael García y su combo PODEMOS, hoy, por fin, fuera.

Estos mismos contrarrevolucionarios, en su lucha contra la sociedad organizada en el Estado y en su interés por mantenerla fragmentada y profundizar aun más en esta fisura, son quienes hoy nos alertan sobre el peligro del “Capitalismo de Estado” que se asoma en esta propuesta y que (según ellos) acabaría con la democracia y la revolución. ¡Puras falacias! Veamos.

Todos sabemos que este absurdo no está planteado. Nuestro socialismo no se plantea la utilización de las herramientas melladas del capital para la producción y la distribución de los productos creados. Ejemplos del rumbo certero de nuestra revolución sobran por doquier (las empresas socialistas: del maíz, la leche de soya y otras). En realidad, a lo que esta camarilla de reaccionarios teme es al pueblo empoderado, temen al socialismo que nace vigoroso.


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Basem Tajeldine

Marxista. Investigador de temas geopolíticos internacionales en el Centro de Saberes Africanos. Moderador del programa VOCES CONTRA EL IMPERIO, RadiodelSur y RNV.

 basemtch@gmail.com      @BasemTajeldine

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