En alguna parte recuerdo escuché que, a los hombres no se les debe definir por su actuación de un día, sino por su trayectoria, su evolución.
El show de Baduel sorprendió a muchos. Numerosa gente del pueblo, de seguro, nunca se imagino ver a Baduel levantando las banderas de la contrarrevolución y cometiendo una doble traición; al pueblo y a sí mismo. Pero para quienes hemos seguido la evolución política de este ex "soldado de la dignidad" no nos ha caído de sorpresa su pronunciamiento. Pues, nuestro aludido, desde hace tiempo asomaba fuertes signos de debilidad e inclinaciones reaccionarias. Incluso, en las mismas horas del golpe de Estado de Abril, este disque Páez contemporáneo ya mostraba su dualidad.
Fue la estupidez desbordada de los fascistas de Abril la que termino por colocar, circunstancialmente, al “místico” Baduel en nuestra cera. Solo bastaría con recordar algunas de las declaraciones dadas por el "leal pancho" (–perdón por la ironía-) Francisco Arias Cárdenas, quien también sumado a los fascistas responsables del Golpe de Estado, les advertía a sus autores sobre la necesidad de negociar con Baduel para sofocar la reacción del pueblo y la de los soldados leales al Comandante. Cuestión que se negaron (los fascistas) en hacer, pues sus odios dominaron a la inteligencia y pedían las cabezas de todos los que halla colaborado con la revolución. Cuestión que provocó en él lo que sabemos: miedo. Baduel temía a los fascistas de Abril y se refugio en el pueblo para salvaguardarse de ellos.
Baduel nunca fue claro en sus declaraciones por esos días. Siempre se argumento en la defensa del orden constitucional y las leyes, y no en la defensa de lo más sagrado: del pueblo que estaba siendo asesinado. Mucho menos lo escuchamos hablar de su lealtad a la revolución y al Comandante Chávez como otros oficiales y generales si lo hicieron. En fin, fueron las circunstancias, el miedo lo que motivaron su posición y no su conciencia o valentía.
Por otra parte, seria un error pensar que el actual pronunciamiento de Baduel responde a un hecho aislado, sin connotaciones y agenda oculta. Este pichón de Santander, no solo repite el discurso desgastado e infundado de la mal llamada “oposición”: “la confiscación de la democracia”, sino además pretende darle un nuevo impulso al plan desestabilizador y magnicida.
Aupado y envanecido por una camarilla de azotes políticos, -entre quienes figuran: Víctor Poleo, Pablo Hernández, Elié Habalián, Ismael García (PODEMOS), entre otros. Todos, fracasados políticos y frustrados aspirantes a cargos en el aparato del Estado (quienes pretendían puestos de importancia en PDVSA y dentro del Ministerio del Poder popular para la Energía y petróleo). Genuinos representantes de nuestra pequeña burguesía interna, 5ta columnas- y sirviendo al mismo plan funesto orquestado por el imperialismo, hoy pretende tapar sus miedos del pasado aliándose con el mismo demonio fascista. ¿Creerá acaso este cobarde que por esta actuación será perdonado y aceptado por ellos? Será, sin duda, como muchos otros, por un tiempo, una pieza útil para el fascismo y luego desechable en el excusado de la historia.
Además del fascismo, en realidad, a lo que Baduel y esta camarilla reaccionaria teme es al pueblo empoderado; le temen al verdadero socialismo que nace vigoroso e indetenible.