Dice Cynthia Machado Zuloaga que ahora sí es verdad, Roberto, paramos la reforma pero no paramos a Chávez, a ese parece que no lo para nadie. Ahora no sabemos qué hacer con este pedacito de alegría que hemos ganado el 2 de diciembre y lo peor, mi papi, papito, papitote, no sabe a quién invitar de la oposición, dice que a Enrique Mendoza ni de vaina, porque ese es un cobarde que siempre aparece tarde a cobrar, y a Henry Ramos Allup, mucho menos, porque ese siempre ha vivido de nosotros desde que Betancourt llegó al poder. Pensó también en Julio Borges, pero dice que esos muchachos de Primero Justicia no van a llegar a ninguna parte, y yo le dije que invitara los estudiantes, a Yon, Stalìn, y a qué se yo, y por poco me mata, Roberto, dice que con esos muchachos no se llega ninguna parte porque siempre los están utilizando y seguro que ya cobraron su parte en dólares.
Se detiene un momento y la observo. Está a punto de estar feliz pero no sabe por qué. Lo que sí es cierto, es que cada vez Cynthia Machado Zuloaga está más linda. Más espectacular. Y su cuerpo es un homenaje a la mujer más buena del mundo. Siempre está de portada de revista de moda. Y hoy es uno de esos días. El mesonero lo sabe y se acerca con una cámara y le dice: Señorita, perdone mi confianza, pero le puedo tomar una foto para que en el barrio me crean que usted es la mujer más bella del mundo?. Cynthia sonríe y le dice que sí, se pone de pie y sonríe de lo más sexy, el hombre toma la foto y agradece. Y Cynthia sigue diciendo.
- Ocurre, amigo, que esto me parece muy raro. Mi papi, papito, papitote, que siempre ha tenido un ojo para comprar políticos, ahora no sabe a quién invitar a la casa para celebrar este pedacito de victoria que tuvimos el 2 de diciembre. Dice que allí no hay nadie que v alga la pena. A menos que invite a Alberto Federico Ravel, pero él dice que ese es un oportunista que se la da de vivo e inteligente y no es más que una mercancía. Con ese no voy a ninguna parte. Y a Guillermo Zuloaga mucho menos, porque ese no está en el país porque al saber lo del triunfo se fue a cazar a África para evitar a los jalamecates, en fin, Roberto, mi papi, papito, papitote, no sabe qué hacer, y por eso estoy aquí, para que tú me digas a quién puede mi papi, papito, papitote invitar a celebrar.
Le responde muerto de la risa que invite Bush, que ese es el ganador, o en todo caso al embajador de Estados Unidos o que llame a Colombia a Bronfiel, que fue el anterior embajador. Y Cynthia me da un beso, y me dice qué gran idea, qué raro que mi papi, papito, papitote no había pensado en eso. Claro, esos son los grandes ganadores y nosotros hemos ganado con ellos. Gracias Roberto, por la idea.
Y Cynthia se levanta y se va con ese cuerpo deseado por todo el Centro San Ignacio.
robertomalaver@cantv.net