Mientras tomo un café negro en el cafetín del Centro San Ignacio, pienso en la cantidad de becas que ha dado Fundayacucho a todos nuestros estudiantes y creo que por fin se democratizó esa institución, antes sólo becaban a los hijos de papi, papito, papitote, como dice Cynthia.
Y hablando de la Reina de Roma, por allá viene con una minifalda que trae de cabeza a todos los hombres que circulan por el centro. Ella llega de lo más sensual y me pongo de pie para recibir su beso y su risa y su hermosa voz que me dice: “Hola, chavista pataenelsuelo”.
El mesonero tiene rato con la mirada fija en las piernas de Cynthia Machado Zuloaga. Ella lo sabe y se ríe. El mesonero se acerca, siempre atento, con su botellita de agua Evian y otro café negro para mí. Y ella, con esa boquita pintada, dice:
- Nuestra oposición, amigo, parece una hamburguesa. Una MacOposición. Es decir, me explico, porque ustedes los chavistas no manejan nuestros códigos porque nacieron pobres y brutos. Te digo, entonces. Nuestra oposición tiene de todo, de Ramos Allup, pasando por Antonio Ledesma y llegando a Julio Borges y Manuel Rosales, tiene todo eso, pero no tiene carne. Es decir, no tiene líder. Es pura ensalada y salsita y pan y más nada. Así no se va a ninguna parte. Nuestros candidatos son los mismos del pasado. Y ahora firman un pacto de unidad el 23 de enero, que es una estupidez porque entonces los mayores, como mi papi, papito, papitote, piensan que es otro pacto de Punto Fijo, y eso se llama no tener imaginación.
Se toma un trago directo desde la botella y parece un afiche publicitario vendiendo agua Evian. Sin duda, Cynthia Machado Zuloaga es una de las mujeres más lindas y con el cuerpo más perfecto que tiene este país, mi país, tu país. La minifalda que tiene puesta deja ver un par de bien tornadas piernas y el mesonero, seguro, puede ver un poco más allá desde el sitio en que se encuentra. Y ella dice:
-Ya van a comenzar a matarse entre ellos mismos. Para ese nuevo Pacto de Punto Fijo que firmaron el 23 de enero no llamaron a los estudiantes, y ahora no saben qué decirles. Es que pareciera que están haciendo política en este momento. Los estudiantes fueron los que tomaron la calle y manifestaron, porque con esa gente de la cuarta república nadie sale a manifestar.
Su chofer, Rolando, se acerca y le pasa el celular, ella lo toma y habla mientras yo saludo a su fiel chofer. Después ella me dice que: “te tengo que dejar, porque el Ramos Allup y Álvarez Paz y Ledesma parecen que van para la casa y tengo que esconder las botellas de mis amigos. Nos vemos”.
Y cuando se levanta, un montón de miradas masculinas se van pegadas a su par de hermosas piernas.
robertomalaver@cantv.net
