Perro que come manteca mete la trompa en tapara

Si señor ¡¡¡¡. Eso no se duda y menos después de que tanta agua haya pasado bajo los puentes y este adagio tenga tanta vigencia, y eso, se aplicará mas pronto que tarde con la conducta del “cachorro del imperio” suramericano, el inefable ALVARO URIBE VELEZ, presidente de Colombia por la gracia del imperio norteamericano, la fuerza del terror de los paramilitares, el dinero de la droga, la oligarquía de ese país y la sumisión de un pueblo de 45 millones de habitantes.

El presidente colombiano parecía ayer, en medio de la sala de reuniones de los Jefes de Estados y de Gobierno que conforman el Grupo de Río, un títere que se balanceaba sin el tiritítero, sin las cuerdas, pero que tuvo una movilidad increíble de un lado para otro buscando darles el abrazo del oso a los Presidentes Correa, Chávez y Ortega y dejar así, a un lado, toda su conducta irregular, hipócrita, entreguista, de prepotencia, arrogancia, beligerante, guerrerista apoyado, inhumano, asocial, militarista, mentiroso y sobre todo, sin vergüenza alguna.

Esa imagen del hombre de Bush, del hombre de las armas, legales e ilegales, manejadas a su antojo con el apoyo irrestricto del imperio y en cuyo territorio hacen cuna hoy los salvaguardas de la cocaína y la marihuana a través del Plan Colombia y el Plan Patriota, hacen su piso el intervencionismo local y el puente para mantenerse al acecho de países como Venezuela, Ecuador y el mismo Brasil, no será así por mucho tiempo. Pronto, en breve espacios de tiempo, su cara sibilina y amojigatada de ayer en Santo Domingo, se transformara en lo que propiamente es y será hasta el fin de sus días y que esta, no nos extrañe, se parezca a lo que al final llegaron los Escobar, los Rodríguez Orejuela y las decenas de congresantes neogranadinos que están tras las rejas por los nexos que han tenido con los amos del terror y la droga en ese país libertado por Simón Bolívar pero subyugado por Santander y los cientos de clones que ha tenido su historia.

Todo lo que sube cae y esos “abrazos” no acercan a los hombres que ayer se vituperaron y ojalá lo vean así, los Presidentes que siendo victimas, el dueño de los brazos que tímidamente los apretaron, casi los convierten en victimarios y este no va a ser la excepción, pues su camaleonismo puede llevarse por delante, vidas y pueblos, soberanías y dignidad y ellos, los gobernantes colombianos son así, y si no vean a Samper hoy al lado de Uribe y a Serpa Arcas, gobernador de un departamento y a los Santos, dueños de la información, amos del gobierno.

Llegamos a un acuerdo, es cierto, pero hay medidas que se tomaron que deben mantenerse mientras se observa de cerca la conducta del embrión Uribe, de los lacayos internos, de la economía favorable a Colombia, aun a costa de que la guerra por los alimentos se sienta en los estómagos de los venezolanos y en las bocas de cientos de ellos que han sido llevados a pensar que eso es producto de una gestión gubernamental equivocada. Es más, así como Venezuela a ofertado su canasta petrolera a un mercado que parecía que no existía hoy puede y debe buscar mercados de alimentos diferentes a los que siempre hemos tenido como ofertantes. Ecuador, Nicaragua y otros países siempre producen excedentes que le son comercializados a precios irrisorios producto de esa globalización inmisericorde, pues hay que acercárseles para negociar e intercambiemos por petróleo y sus derivados, esos productos alimenticios que hoy no producimos.

Que ese abrazo no sea el inicio de una entrega más y de otra traición en ciernes. Que no sea una pasada de lengua y un venidero baño de m….anteca.

ajvmederico@hotmail.com


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Antonio Valdéz Mederico


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