El perverso intento de globalizar la economía no ha logrado mas que profundizar la miseria y la injusticia mundiales, en beneficio de una minoría de privilegiados que gobierna al mundo sin reglas ni controles, incluso carente de identificación nacional o geográfica. Son muchas las muestras de los daños que ha provocado, así como las respuestas sociales que lo combaten y perfilan otro mundo más justo. Vale la pena anotar algunas de las muestras de esta nueva forma de lucha del viejo enfrentamiento entre el bien y el mal.
1.- La hambruna ha dejado de ser un fantasma amenazador para convertirse en una dolorosa realidad, con manifestaciones dramáticas en las regiones colonizadas y explotadas de África, Asia y América Latina. La libertad del mercado y el criminal afán de lucro, triunfo de la globalización y pérdida de las soberanías, provocan que la aplicación de los alimentos a la producción de combustibles se traduzca en una elevación desaforada de sus precios internacionales y en escasez. Según la FAO, el alza de los precios causa que, de manera súbita, más de 100 millones de personas se agreguen al conjunto que padece la pobreza extrema. Para los ideólogos del libre mercado la cifra sólo expresa la parte de la humanidad prescindible, en tanto que para esos pueblos sólo significa la muerte como destino fatal decidido por los primeros.
2.- La devastación de la naturaleza producida por el consumo irracional, a su vez hija del afán de lucro y la libertad del mercado, es causante de fenómenos irreversibles de calentamiento global y pérdida de los equilibrios naturales, afectando en principio a los más pobres, pero de efectos que igual destruirán el falso bienestar de los más ricos.
3.- La recesión económica en los Estados Unidos, de efecto global e hija de la misma madre voraz, hace que quiebren las economías dependientes, con la secuela de miseria y hambre acumuladas. El afortunado resquebrajamiento del imperio, está implicando costos que para los países sometidos conlleva severos sacrificios en términos de miseria y muerte.
4.- En sus estertores, los pretendidos dueños del mundo se aferran a sus fórmulas de dominio y aplican su poderío militar para asegurarse el control de los recursos naturales que sustentan su bienestar artificial. No de otra forma puede leerse la actividad subversiva que promueven en Venezuela, Bolivia y Ecuador, cuyos pueblos han emprendido la lucha emancipadora implantando gobiernos que rechazan el neoliberalismo y la globalización depredadores. El plebiscito para la autonomía del Departamento de Santa Cruz de Bolivia, a realizarse el próximo domingo, apoyado descaradamente por la embajada gringa, no es otra cosa que el chantaje para forzar la caída de Evo Morales o, en su defecto, la balcanización de esa digna nación sudamericana. Igual pretenden hacer en Guayaquil del Ecuador y en el Zulia venezolano. Todo en términos de mantener la dominación en contubernio con las eternas oligarquías locales. Afortunadamente, ya ninguno de los pueblos está solo. Habrá respuesta solidaria.
5.- Una noticia alentadora fue el resultado de la elección en el Paraguay, en la que el pueblo organizado despertó de una secular noche y llevó a la presidencia de ese país al ex obispo Fernando Lugo, postulante de un proyecto nacionalista comprometido con los pobres y, por ende, contrario al modelo neoliberal dependiente. Este nuevo paso alimenta la solidaridad entre los pueblos de la América Nuestra que aspira a conducirse de manera independiente en la procuración de su bienestar.
6.- No es exagerado incluir dentro de esta misma confrontación la que se vive en México en la defensa de la industria petrolera nacionalizada. La minoría rapaz y fraudulenta que detenta el poder insiste, no obstante las muestras objetivas de su inconveniencia, en colocar los recursos naturales del país al servicio de los intereses del gran capital internacional, disfrazándolo de “fortalecimiento de PEMEX”. El pasado domingo, como ya va siendo una especie de ritual, la Patria se manifestó en una marcha y concentración en el zócalo de la Ciudad de México, que congregó a más de doscientos mil luchadoras y luchadores en defensa del petróleo, para celebrar su primer triunfo, al quedar conjurada la amenaza de la aprobación de las iniciativas privatizadoras por la vía del albazo, logrado por la acción decidida de los legisladores del Frente Amplio Progresista, que tomaron las tribunas de ambas cámaras, y la de las y los brigadistas organizados por el Frente en Defensa del Petróleo, que tomaron las calles aledañas al senado. Este primer resultado afirma la decisión popular de impedir a toda costa que se continúe con el desmantelamiento del país. Por virtud de la movilización se abre un periodo de debate amplio sobre la materia y se impulsa la realización de alguna forma de consulta popular vinculante, que reconozca en el pueblo su carácter de soberano. Para ello, el dirigente del movimiento nacional, Andrés Manuel López Obrador, convocó para que cada uno de los mexicanos comprometidos nos convirtamos en un medio de comunicación para llevar la información de la realidad a cada domicilio y cada barrio, y así contrarrestar la infame propaganda negativa de los medios supeditados al interés de la oligarquía entreguista. En esta lucha se juega el destino de México como Nación, pero también se participa en la lucha latinoamericana y mundial por la justicia. No hay más alternativa que el triunfo.
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