Gracias a una decisión de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, y a partir de una iniciativa de los diputados José Albornoz e Ismael García, se ha abierto el camino para que el Estado venezolano financie las campañas electorales en nuestro país, lo cual es un inmenso paso de avance para evitar o al menos reducir significativamente el riesgo de que factores absolutamente extraños a la vida de las organizaciones partidistas pretendan convertirse en mecenas que, por la vía del billete, se apropien de la vida partidista.
La decisión aclara que el financiamiento estatal pudiera darse sólo para las campañas electorales, y no para cubrir los gastos ordinarios de los partidos y asociaciones con fines políticos. Y declara como asunto de interés nacional que se promueva la equidad en la participación política de la ciudadanía. El financiamiento público de las campañas electorales permitiría un mejor y mayor control de las finanzas de los partidos, y sería, indudablemente un importante antídoto frente a cualquier intento de controlar los poderes públicos. En la situación actual, no hay maneras de controlar el gasto electoral. No sabemos cuantos afiches, avisos de prensa, cuñas de radio o televisión, pudieran estar siendo financiados con dineros provenientes, por ejemplo, del narcotráfico.
Creo que el ejemplo que tenemos en la vecina Colombia es la mejor muestra de cómo puede llegar a descomponerse una clase política. Narcos y paramilitares han tenido y tienen su representación parlamentaria, y a pesar de que están siendo sometidos a juicio algunos integrantes del Congreso colombiano por estar incursos en el escandaloso caso de la llamada parapolíttica, no se descarta que todavía sigan apareciendo nuevas sorpresas en esa caja de Pandora que es hoy el Estado colombiano.
Y el control no debería limitarse a los gastos de campaña electoral como tal, sino profundizar también en los procesos internos para la escogencia de candidatos. No puede ser que un alcalde, gobernador o diputado que aspire a ser electo en un nuevo cargo o reelecto en el que ocupa utilice indebidamente dineros del presupuesto para sus fines políticos particulares. Es una muy buena noticia que el Partido Socialista Unido de Venezuela realice elecciones primarias para escoger sus candidatos. Es un paso de avance en la democratización de la vida interna de esa naciente organización política.. Y , además, constituye un reto a los factores opositores que ya están anunciando que pronto darán a conocer sus candidatos, sin realizar consultas a sus bases. Pero una elección primaria tiene que estar blindada también frente al peligro de que factores económicos, santos o no muy santos, pretendan imponer a realazo limpio sus favoritos, como vía expedita para que luego esto se traduzca en jugosos contratos, con lo cual no hay posibilidades de que se realice un proceso interno realmente equitativo.
El ejercicio de la actividad política no puede ser un negocio mil millonario, en el cual el ejercicio diario y constante de humildes y honestos militantes pase a un segundo plano frente a la chequera de viejos o nuevos empresarios. El Estado , entonces, a partir de esta interpretación de la Sala Constitucional, debe actuar en consecuencia para promover las iniciativas legislativas que garanticen el financiamiento de las campañas electorales.
Norma Rivero . Con profundo pesar registramos el fallecimiento de la colega periodista Norma Rivero, quien durante largos años ejerció el reporterismo en medios impresos y radiales con gran dignidad y profesionalismo. La conocí a comienzos de los años ochenta cuando yo era dirigente estudiantil en la UCV y ella cubría la fuente univesitaria, en el diario 2001. Durante muchos años trabajó en Radio Capital y actualmente cumplía labores de coordinación informativa para el circuito Actualidad, perteneciente a Union Radio. Norma también fue activista gremial y sindical . Paz a sus restos.