DOCUMENTO QUE PRESENTAREMOS EN 7 FRAGMENTOS PARA QUE USTEDES CONOZCAN A UNA DE LAS INSTITUCIONES MÁS DESCOMPUESTAS DEL ESTADO.
• ANTECEDENTES NEFASTOS
• LA CAUSA VERDADERA DE LA CRISIS FINANCIERA
• LOS AUXILIOS FINANCIEROS ILEGALES
• LA JUSTIFICACION DE LOS T.E.M.
• EL OCULTAMIENTO DE LA UTILIDAD CAMBIARIA
• LA RAZON DE LAS FALSAS PERDIDAS DEL B.C.V.
• IMPROCEDENCIA DE TRASPASAR AL FISCO LAPOLITICA MONETARIA
• CONCLUSION
DOCUMENTO 2:
Las organizaciones civiles sin fines de lucro, ANTICORRUPCIÓN INTERPELACIÓN POPULAR ORGANIZADA (A I P O ) y ASOCIACION BOLIVARIANOS DE ABOGADOS (ABA), REPRESETADAS LEGALMENTE POR GRUPOS MULTIDICIPLINARIOS que luego de serias y profundas investigaciones sobre los problemas estructurales de la institucionalidad y la gobernabilidad de varias instituciones que conforman la cosa pública ( tales como el CNE, PDVSA, SUDEBAN, BANCA PRIVADA, BCV Y OTRAS), detectamos uno de los más difíciles e importantes actos conspirativos contra la Democracia, Venezuela y el Pueblo
En primer lugar, hay que aclarar que al decir Banco Central de Venezuela, NO SE QUIERE INCULPAR A LA INSTITUCIÓN COMO TAL, NI A LA GENERALIDAD DE SUS EMPLEADOS, sino a su Directiva, Vicepresidentes y Asesores de alto nivel, quienes fueron y son los que tomaron y toman las decisiones.
La causa verdadera de la crisis financiera (parte 2 )
La lógica económica elemental señala que liquidez excedente significa que el tenedor de tal liquidez no encuentra donde colocarla de manera lícita, segura y rentable (estamos excluyendo los negocios ilícitos). En el caso de los Bancos, esto significa, a su vez, que los mismos, luego de recibir los depósitos de sus clientes agotarán las posibilidades de colocación de dichos fondos, primero en créditos directos o en Banca de Inversión (Acciones y Bonos), formas ambas de su negocio esencial, intermediación crediticia, y, sólo en ausencia de tales oportunidades, se puede hablar de excedentes de liquidez. A su vez, quien tiene liquidez excedente está dispuesto a aceptar cualquier rendimiento distinto de cero (en caso extremo) que es su costo de oportunidad por no colocar los fondos.
Cualquier oferta de adquisición por encima del promedio de las tasas activas del mercado debió descartarse, porque se evidenciaba que no era excedente. Por lo tanto, en una subasta, (competencia por la colocación de excesos de liquidez), es de suponer que quien tiene mayores excedentes, necesariamente está dispuesto a aceptar rendimientos menores, ya que su costo de oportunidad es mayor si no los coloca. Por lo tanto, el B.C.V. debió subastar los Bonos Cero Cupón por la tasa más baja entre todos los demandantes, lo cual sí mide la existencia de tal excedente de liquidez. Subastar por el menor rendimiento exigido tiene varias ventajas entre las que se cuenta premiar a los más eficientes en sus gastos administrativos (a tasas pasivas idénticas, quien tiene menores costos operativos puede soportar una tasa activa menor), e ir excluyendo progresivamente a los menos eficientes.
Además, si el excedente es muy alto, y por la competencia, la tasa para acceder a la alternativa Cero Cupón baja más allá del punto de equilibrio, ello forzará al sistema financiero a abaratar el costo del dinero, disminuyendo tanto las tasas actuales como las pasivas, lo cual concuerda con una situación de exceso de oferta monetaria y aumenta la demanda de crédito, suprimiendo la liquidez excedente.
Aquí se debe aclarar que el crecimiento de la liquidez monetaria no es nocivo "per se" si el mismo obedece a mayor actividad económica impulsada en la concesión de créditos sanos. También hay que aclarar que el crecimiento de la liquidez hay que calibrarlo en términos reales (magnitudes constantes) ya que en su simple crecimiento nominativo (magnitudes corrientes), está implícito el aumento por inflación; por lo tanto, cuando el B.C.V. subastó los Bonos Cero Cupón por la tasa de interés más alta exigida estaba agregando al efecto expansivo, y por ende, inflacionario, de los intereses que inyectaba al mercado y que retroalimentaban la demanda de bonos Cero Cupón (círculo vicioso), el efecto inflacionario adicional de que dicha tasa estaba muy por encima de la que correspondería a una verdadera situación de liquidez excedentaria, y, para empeorar lo ya muy malo, el B.C.V., erigió dicha tasa distorsionadamente alta como la tasa marcadora para los créditos (tasa activa) e indirectamente para la tasa pasiva, con lo cual encarecía el dinero con mayores efectos inflacionarios; disminuía la demanda de créditos y aumentaba la propensión del público a mantener depósitos bancarios (mayor liquidez), todo lo cual forzaba mayor demanda de bonos Cero Cupón e iba aumentando la liquidez de manera artificial.
Ahora bien, ¿Por qué el B.C.V.?, mejor dicho, ¿Por qué Tinoco subastaba los títulos del B.C.V por la tasa más alta?. Al tratar de responder a esto, no escapa al observador que durante todo el lapso desde la instauración del Bono Cero Cupón hasta la debacle financiera, los cuasi únicos adjudicatarios de dichos títulos, en sumas crecientes, fueron precisamente los Bancos o Grupos Financieros hoy cerrados y que se robaron el Billón de Bs. de todos los ahorristas, y entre ellos, muy especialmente el Banco Latino e Incambios, cabezas visibles del tinglado financiero-político encabezado por Tinoco.
En muchas ocasiones la totalidad de los treinta o cuarenta mil millones de Bs. colocados en un día por el B.C.V. en B.C.C. eran adjudicados sólo a unos dos entes financieros, y en el resto a otros como Grupo Construcción, Progreso, etc., mientras que Bancos serios y sólidos no acudían a tales subastas permaneciendo en su rol de intermediación (es de todos conocidos los casos de Bancos que siempre conservaron un índice de intermediación superior a los 2/3 de sus captaciones) o si acudían con una oferta por montos relativamente modestos, la misma era desestimada ¿Por qué tal situación?
La explicación está en el propio mecanismo de adjudicación: Los grupos financieros que estaban en función del desfalco de sus propios instituciones que sabían que en su momento no repondrían los depósitos recibidos, los que adicionalmente no estaban interesados en reducir gastos dispendiosos, los que, en suma, al contrario de lo planteado, estaban necesitando liquidez, tanto para cubrir los faltantes crónicos, como para aumentar la cuantía de lo robado, requerían cada vez cantidades mayores de captaciones para mantener el mecanismo en movimiento (efecto "Pirámide" o, como es llamado en el argot bancario, "centrífuga"). La única manera de competencia, asaz desleal, que tenían era ofrecer tasas irreales, absurdamente altas (hasta 25 puntos por encima del mercado) para atraer incautos. Con las sumas así captadas obtenían los recursos previos para cancelar los Cero Cupón y lograr, primero, una ganancia cada vez mayor por el margen financiero (diferencia entre la tasa devengada por los B.C.C. y la ofrecida por los ahorristas, el llamado "Spread"), segundo, ganancias adicionales por los B.C.C., negociados a sus propias empresas y tercero, y más importante aún mayor capacidad para autoconcederse préstamos sin garantías y sin fines de producción y que nunca cancelarían.
Como quiera que al menos mientras el mecanismo estuvo en marcha, tenían que cancelar intereses crecientes y cubrir los faltantes que la desviación de recursos generaba, cada vez había que captar recursos en mayor cuantía que la anterior que a su vez iba destinada a adquirir mayor suma de B.C.C., y se configuraba la "Centrífuga" que no hubiese sido posible sin la complicidad del propio B.C.V., que adjudicaba los títulos a la tasa más alta. Es obvio que los entes sin problemas de liquidez y, en general, los honestos, con la visión de seguir en el negocio bancario no iban a exigir tasas por encima del mercado, ni tampoco las iban a ofrecer a sus clientes (tasa pasivas). En palabras llanas, el mecanismo fue creado y sostenido por Tinoco, desde el B.C.V., para proveer la plataforma y el "combustible" para sostener las "centrífugas" para extraer fondos del público hacia sus propios fines. Se entiende la resistencia y oposición de los verdaderos banqueros ante tal mecanismo que los perjudicaba quitándoles captaciones de clientes ansiosos de dinero "fácil" con rendimientos exagerados y que envilecía y dañaba la estructura del propio sistema financiero. Quien era honesto y estaba bajo la visión de empresa en marcha no podría ofrecer tasas irrealmente elevadas; por lo tanto, perdía captaciones a favor de los bancos ladrones (que las requerían con urgencia, dada su crónica iliquidez por las razones ya explicadas) y que a su vez usaban esos fondos para comprar B.C.C, pero a tasas también artificialmente altas en su rendimiento para poder sufragar el costo más elevado de las captaciones.
Queda claro entonces que si el B.C.V., hubiera subastado como correspondía, los B.C.C. por la tasa más baja exigida por los oferentes, el perverso mecanismo centrífugo no era posible, porque impedía la oferta de tasa artificialmente altas y no se podría captar depósitos con indebida ventaja. Así, si el Banco Latino de 1989 u otro Banco Ladrón, por sus manejos hasta ese entonces, hubiera caído en ese momento, el tamaño de la burbuja, la magnitud de la debacle hubiera sido infinitamente menor y Venezuela se hubiera ahorrado la casi totalidad de los costos global de la Crisis Financiera, con independencia de cualquier otro factor coadyuvante en su desencadenamiento. No es casualidad que al arribar Rodríguez Aznar al B.C.V. en 1989, el Banco Latino era un Banco de segunda, octavo entre los Bancos por el volumen de sus operaciones, más por su relativa antigüedad que por mérito de su gerencia, y cuatro años más tarde, bonos Cero Cupón mediante, alcanza un tamaño más de diez veces mayor y trepa hasta el segundo lugar entre los Bancos y hasta le disputa el primer lugar al banco líder en Activos.
La trampa "Caza-Bobos" que hemos descrito tiene todavía dos componentes inflacionarios adicionales; uno es que, ante la oferta de tasas artificialmente altas, no solamente disminuía la propensión a la actividad productiva, o se encarecía el dinero y disminuía la demanda crediticia, sino que muchos tenedores de bienes reales (Terrenos, Edificios, Fábricas, etc.) los "liquidaban" (los hacían líquidos, los convertían en dinero) para colocarlos en los Bancos ladrones. Miles de casos hubo de personas que vendieron hasta su casa y automóvil ya pagados, para tener liquidez para depositar en dichos Bancos. Por lo tanto, se forzaba un crecimiento artificial de la liquidez contrario del supuesto objetivo de la emisión de los bonos Cero-Cupón.
El otro corolario inflacionista fue la propia autoconcesión de créditos dolosos por sumas fabulosas (hubo casos de créditos de miles de millones de bolívares a Empresas "de papel" con capitales de sólo cien Mil Bolívares (mínimo legal exigido), que sólo eran mamparas para apropiarse de los fondos. Estos créditos eran abonados en cuentas abierta en los propios Bancos, de donde eran girados en operaciones diversas, cuyo efecto neto era un aumento artificial de los depósitos, es decir, una vez más, lo contrario del supuesto objetivo inicial de disminuir la liquidez. La cuantía de los créditos ilegales no hubiera sido tal de no mediar el "combustible" que los permitía, la fuente del dinero constituida por el Bono Cero-Cupón. Ya dijimos que el crédito bancario es creación de dinero (Expansión Secundaria), y vía "multiplicador de la liquidez", en una cantidad mayor a la que crea el B.C.V. (dinero base o primario).
El problema aquí radica en que éstos eran créditos dolosos, sin contra parte en la actividad real (inflacionarios) y que nunca iban a ser cancelados ni su capital, ni mucho menos sus intereses (pago que en su momento restringe el dinero en poder del público) con lo cual el efecto expansivo de la liquidez, se acentuaba. En resumen, más allá de las demostraciones matemáticas y los constructos teóricos sobre las relaciones empíricas entre las variables macroeconómicas, queda dibujado el esquema general del mecanismo "Cero-Cupón" y las motivaciones subyacentes detrás de su implantación y su mantenimiento por años en contra de la certeza universal de todos los especialistas, incluidos los propios del B.C.V en que, bajo ninguna circunstancia, un instrumento como el Bono Cero-Cupón debe ser sostenido más allá del corto plazo (lo que en economía significa menos de un año).
Hemos visto como el engranaje construido por Tinoco respondía a sus propios intereses, a despecho de la justificación teórica, y como fueren el Bono Cero-Cupón y sus corolarios, el alza más allá de lo debido de las tasas de interés y los créditos dolosos (ambos elementos sostenidos por el propio Cero-Cupón), los factores que engendraron, alimentaron y posibilitaron la gigantesca magnitud de la Crisis Financiera Venezolana. Apartando otros elementos coadyuvantes, es innegable que lo arriba descrito afecta de manera determinante todo el sistema financiero y tampoco se puede negar que los entes financieros directamente involucrados en la Crisis Financiera (los que hoy están cerrados, quebrados todos) son aquellos casi exclusivos usufructuarios del mecanismo del "Cero-Cupón" y de su contrapartida de captaciones exageradas sobre las bases de una oferta de rendimientos fuera de la realidad del mercado.
¿Culpable directo? El Banco Central de Venezuela. El Instituto emisor no solamente actuó como promotor y patrocinador del doloso mecanismo, sino que por la misma razón de ser Tinoco Juez y parte (como decimos los venezolanos; zamuro cuidando carne), renunció a su obligación (para un ente público toda facultad que le confiere la Ley constituye asimismo una obligación ineludible) de control de la actividad de los Bancos ladrones.
Mañana sigue……………. Información para discutir, pasarla y actuar.
E-mail intocables_5 @ hot mail.com
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