Después de cuatro años de golpe mediático se desarrolla una experiencia particular que nos permite identificar códigos comunicacionales como la musiquita de suspenso que pone Globovisión cuando quiere generar tensión y expectativa.
Los titulares a ocho columnas del diario “El Universal” de Caracas son generalmente lecciones de política que debemos analizar con cuidado. El del viernes 12 de abril de 2002, aquél célebre “SE ACABO”, es tan denso que todavía arroja enseñanzas sobre el uso y manejo de la información como arma de guerra. Si en aquella oportunidad, para poder así establecer la comparación que hoy me parece pertinente, “El Universal” hubiese titulado digamos “Derrocado el Presidente Chávez”, lo que era milimétricamente cierto, “El Universal”, como periódico, no se habría cerrado la posibilidad de seguir el curso de los acontecimientos y poder titular el domingo 14 de abril de 2002, fecha en la que no circuló por cierto, “Restituido Chávez en la Presidencia”. Pero es que “El Universal” no es un periódico sino un arma comunicacional en manos del Estado Mayor que mantiene una guerra sin cuartel contra el gobierno del Presidente Chávez desde el inicio de su mandato.
El titular a ocho columnas del miércoles 03 de diciembre de 2003, “FIRMAS SUFICIENTES”, merece toda nuestra atención porque la incitación a la guerra civil que denunciábamos hace un año por estas fechas, no ha salido jamás de la estrategia de la oposición, y ese titular es toda una preparación ambiental para que sean posibles futuros estallidos de violencia. Estamos acostumbrados a las mentiras a ocho columnas de “El Universal”, pero no basta con denunciar otra mentira más. Tenemos que averiguar su intención, tenemos que leer la mentira al trasluz, radiografiarla, para entender cómo y por donde van los tiros.
El Consejo Nacional Electoral es el objetivo de ese misil con apariencia de noticia titular.
Si algo le molesta al Estado Mayor que dirige las fuerzas de oposición al Presidente Chávez es la existencia de un CNE que, en la conducción de ambos procesos de activación de los Referendos Revocatorios, se ha erigido ante el país como un referente de seriedad, eficacia, imparcialidad y transparencia, no sólo en lo referente a la recolección de firmas, sino en la elaboración completa de los mecanismos que los normaron y permitieron.
El Consejo Nacional Electoral es el árbitro que antes no se tenía. Es el instrumento privilegiado de la paz. Sus decisiones y sus cómputos son la garantía del ejercicio de los instrumentos constitucionales que se han invocado tanto por las fuerzas del gobierno como por las de la oposición. El innegable carácter histórico de estos hechos radica en que haber estrenado la Constitución Nacional Bolivariana en su aspecto más crítico, el relativo al instrumento del Referendo Revocatorio, es la mayor reafirmación que ésta, como terreno de legalidad y legitimidad del conjunto de la nación venezolana, ha podido tener.
Diciendo a ocho columnas “FIRMAS SUFICIENTES”, “El Universal” actúa para erosionar en un primer momento y luego demoler la autoridad del CNE. Crear la matriz de opinión de que la oposición logró la cantidad de firmas necesarias para activar la convocatoria a un Referendo Revocatorio, es dificultar al CNE la emisión de su veredicto, y auspiciar el no acatamiento de éste si no se corresponde con sus intereses. De este modo “El Universal” respetaría al CNE sólo si ratifica la decisión que el periódico ya tomó en el sentido de que las firmas de la oposición fueron suficientes, pero ¿y si el CNE dice otra cosa? El titular “FIRMAS SUFICIENTES”, estaría quedando tan mentiroso como aquél de “SE ACABO”, correspondiente al 12 de abril de 2002, que tampoco era una información sino un decreto, pero las condiciones para alentar el desacatamiento a la decisión del árbitro, y la violencia que eso conllevaría, objetivo no abandonado del sector golpista de la oposición, estarían sembradas.
La otra trampa del titular de “El Universal” está en que la palabra “SUFICIENTES” abre a los dirigentes de la llamada Coordinadora Democrática una tronera para escabullirse a sus fanfarronadas. Todavía recordamos al gobernador de Miranda, Enrique Mendoza, gritando que no serían uno, ni dos, ni tres, ni cuatro, ni cinco, sino seis millones de firmas los que iban a recoger. En una actitud totalmente contraria, el Presidente Chávez declaró en varias oportunidades que era posible que la oposición recogiera las firmas necesarias para convocar al Referendo Revocatorio. O sea que si el CNE da como veredicto que se recogieron, por decir un número, dos millones setecientas mil firmas, con las que se activaría la convocatoria a Referendo, el Presidente Chávez no estaría obligado a desdecirse, en cambio, de los dos millones setecientas mil firmas recogidas, hasta los seis millones de firmas asegurados por la Coordinadora Democrática, estaría la medida de la debilidad de la oposición.
Finalicemos volviendo a la metáfora beisbolera de mi artículo “El Referendo Revocatorio y la oposición venezolana” (publicado en la página web de la agencia de información ALAI “América Latina en movimiento” el 11 de agosto de 2003). Como dijimos, las fuerzas de la oposición son el pitcher, las fuerzas que apoyan al Presidente Chávez son el bateador y el Referendo Revocatorio es un lanzamiento muy particular que sólo tiene dos posibilidades: o es strike, y el bateador sale ponchado, o es jonrón y el pitcher queda derrotado. Decíamos que la bola que el pítcher lanza podía ser una slider del tamaño de una aspirina, incendiando el aire a su paso de la velocidad, o una dulce bombita del tamaño de una patilla y que eso lo determinaba el número de firmas recogidas en un lapso de tiempo determinado, que el CNE estableció en cuatro días.
Todavía no sabemos qué bola nos lanzó el pitcher y eso sólo se lo creeremos al CNE, pero si sirve como indicio la concentración de la oposición que tuvo lugar el lunes 01 de diciembre de 2003 en el distribuidor Altamira de la Autopista del Este al término del plazo de recolección de firmas de la oposición, el silencio sepulcral del este de la ciudad esa misma noche, y la estridente ausencia del G-5 en los medios privados de comunicación social, parecería que la bola ni siquiera va a llegarle al bateador, que ésta cayó sin fuerza antes de llegar al plato, y que no habría ni strike, ni jonrón sino que el presidente Chávez llegaría lisito a las elecciones de diciembre de 2006 porque la oposición no tuvo fuerza para activar el Referendo Revocatorio.
Lástima. Habría sido un jonrón con las bases llenas.
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