Soy una victima del Mundo al Revés de Galeano

Todos los días cuando me levanto, le doy gracias a Dios por ser quien soy, por estar casado con la mujer que estoy casado, por tener los hijos que tengo, por ser hijo de mis padres y por ser perseverante. Porque si le preguntaran a varias personas allegadas a mi, por que soy chavista, de seguro ellos y ellas les responderían: "Porque es un pendejo y un idealista incurable".

Recientemente daba clase en una Universidad del Estado, y no me renovaron el contrato, porque soy Chavista. En muchos sitios en los cuales he trabajado me han botado por ser chavista. Hace aproximadamente tres años me quedé sin casa, sin trabajo, sin amistades, sin dinero, por ser Chavista.

A veces me atacan fuerte, por mis convicciones ideológicas y teológicas. Mucha gente del sector Light de la Revolución no me miran ni me tratan, por causa de mi chavismo crónico. Que vaina la mía, haber nacido en pleno apogeo de la teoría del Mundo al Revés de Eduardo Galeano y seguir sobreviviendo.

En una ocasión en la casa donde vivía, no hace mucho, unos desconocidos me dieron una paliza, eran como ocho y una noche se saltaron la cerca de la casa, después de varios días de observar mis movimientos. Estaba regando como a las once de la noche las matas del jardín de la casa de la cual me botaron por ser chavista. Me sorprendieron y me dieron hasta que se cansaron. Estuve tres meses sin mover adecuadamente el brazo izquierdo.

Unas tres semanas antes habían rayado las paredes del frente de la Iglesia en la que estaba como pastor, con pintas en las que me amenazaban de muerte y me pedían que renunciara.

Lo más triste de esto es que en esta paliza estaban implicadas varias personas de mis afectos y cariños. Algunos y algunas eran chavistas Light, asociados con antichavistas. Todos unidos pagaron a la gente que me dio la paliza más grande que me han dado en mi vida.

Fui en una ocasión, después de haber sido usado por algunos sectores duros del chavismo, para defender a la industria petrolera y en contra del golpe a la Revolución, a pedirle desesperadamente trabajo en la Universidad Bolivariana a mis compañeros de lucha recientes quienes eran los directivos de esa casa de estudios en ese entonces. Lo único que recibí como respuesta fue que no me podían dar trabajo, porque yo era chavista de línea dura.

Dejo claro a los lectores y lectoras, que mi desgracia como chavista comenzó, cuando empecé a salir en Venezolana de Televisión, Vive TV, hablando en contra del paro petrolero, del golpe a gotas. Para mi desgracia todo el mundo se dio cuenta que yo era uno de esos seres raros que creen en la Revolución bonita.

Hasta un buen vecino, se tomó la libertad de bajar de su piso al frente de mi apartamento con una nueve milímetro, llamándome maldito chavista y afirmando que hasta ese día estaba yo con vida, por el solo hecho que el me había visto en Venezolana de Televisión defendiendo a la Revolución.

Salí, con todo el nerviosismo que tenía mi esposa y me plante frente a mi vecino y le dije que si me iba a matar ahí estaba, no se atrevió a matarme como lo había prometido al resto de mis buenos vecinos, no tuvo palabra. Este vecino tiene un buen trabajo en PDVSA y tiene un buen sueldo, y yo le doy gracias a dios porque a sus hijos no les falta nada.

Mi sorpresa fue ver en un acto que organizó la UBV, en el Circulo Militar, a tanta gente "Neochavista" desfilar como profesores de esta Casa de Estudio Revolucionaria, muchos y muchas declarados y gratuitos enemigos míos y de la Revolución antes de pasar a su etapa revolucionaria actual. Yo no digo que los boten, ellos y ellas son también venezolanos y buenos profesionales, lo único que pido yo es que no me ataquen tanto por mis convicciones políticas e ideológicas.

En mi propia casa, la mismita madrugada que se dijo, a través del CNE, que el último referendo no se había ganado, estaba esperando como es costumbre en nuestra familia los resultados en la casa de mi padre. Al ver que ya no se podía hacer nada me levanté y me fui con mis hijos y con mi esposa a nuestro apartamento, solo para vivir la odisea de la agresión, de los muy queridos vecinos que han vivido con nosotros durante 23 años en el mismo edificio.

Me insultaron, no me dejaron dormir dándole golpes a las rejas y a las puertas toda la noche y lanzando cada cinco minutos un cohete para dentro de un pequeño balcón de mi dormitorio. Muchos y muchas me recordaron en más de mil ocasiones a mi querida mamá, ya fallecida hace unos cuantos años. Eso si, cuando amaneció muchos y muchas estaban en MERCAL, comprando los alimentos de la seguridad alimentaria, y en el módulo de Barrio Adentro, buscando las consultas y medicinas gratis, especialmente las pastillas de la tensión arterial.

Más de la mitad de esta gente son Chavistas, con buenos sueldos, HCM y prestaciones Sociales en varias empresas del estado y en varios Ministerios del Poder Popular para muchas cosas.

A los pocos meses los vi en las elecciones del PSUV, a estos mis queridos vecinos y vecinas, dirigiendo el proceso electoral interno del partido, en el kinder que queda en mi conjunto residencial, eso si con sus franelas rojas rojitas.

Que bueno que uno pueda comprobar en carne propia una teoría como la del el Mundo al Revés de Eduardo Galeano, y ser parte importante de esa experiencia sin igual, como protagonista de excepción. Pero lo que no podrán quitar nunca es mi compromiso con la Revolución Bolivariana.


obedvizcaino@gmail.com


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Obed Juan Vizcaíno Nájera


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