Buenas noticias de un magnicidio abortado

Como no podía ser de otra manera hay una indignación lógica y total dentro del chavismo y todo aquel ser humano decente, luego que se revelara públicamente los planes de asesinar al presidente Bolivariano Hugo Chávez, de tirarse abajo al proceso que el lidera, de saber que existe gente capaz de planificar con sangre fría la eliminación física de un dignatario y deslizar la posibilidad de poner al aire un F 16 y bombardear algún cerro o barrio, ¿quizá el 23 de Enero?

Pero en medio de ese sentimiento creo que debemos resaltar el hecho de que las fuerzas de seguridad, los cuerpos de inteligencia, hayan abortado esos planes golpistas, criminales y ya, según lo dijo el jefe de Estado, varios de los protagonistas estén ya en manos de la inteligencia militar.
Eso demuestra que los enemigos del proceso democrático que vive Venezuela no tendrán fácil su tarea, tarea que no es fácil deducir quien se las encomendó. Ahora cabe a los entes judiciales, a los fiscales actuar con la misma eficiencia y celeridad, de lo contrario la indignación sería mucho mayor si en algunas semanas los implicados, pese a los indicios al parecer consistentes de sus frustradas intenciones terminan siendo liberados y algún magistrado venal nos sale con que eran militares, se dice también que algunos empresarios, eran personas “preñadas de buenas intenciones”.

Lo otro que debo rescatar, es que más allá de las discrepancias que podemos tener con algunas acciones o personajes del aparato estatal, pues consideramos que no cumplen sus tareas a cabalidad, se produjo una reacción homogénea en todos los factores simpatizantes, militantes y seguidores del proceso que lidera el presidente Hugo Chávez. Las discrepancias, los debates, los cuestionamientos son válidos, pero la defensa del proceso no admite ninguna duda para el chavismo, para la verdadera izquierda.

Y es que todavía están frescas en los barrios, en los cerros caraqueños, así como también en algunas urbanizaciones, la persecución de que fueron objetos por los cuerpos policiales que obedecían a los golpistas, quienes defendían al gobierno de Chávez.

Esas imágenes que se ocultan hasta hoy en los medios opositores, que se oculta en los discursos de los líderes opositores, que hasta inclusive se atreven a invocar “reconciliación y olvido” de esos episodios. Todavía está presente en la memoria colectiva las imágenes de Capriles Radonsky y su corte atacando la Embajada Cubana.

Los sectores populares no están dispuestos a ser cazados por las hordas fascistas nuevamente, como tampoco están dispuestos a perder sus misiones, sus avances en la calidad de vida, los derechos ganados y garantizados por un proceso que pese a las imperfecciones, le garantiza un trato digno y una igualdad de derechos impensable en otros tiempos.

edu659@hotmail.com


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