La política exterior es algo más que vender

Especial de Paralelo 21
Radio Universidad de Guadalajara, México
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Aunque ningún lector boliviano solicitó su defensa, una divertida unanimidad de todos los medios hace creer a muchos ciudadanos que en Monterrey, México, hubo una cumbre donde el Presidente Ricardo Lagos alcanzó una resonante “victoria para todos los chilenos”, como en el fútbol.

“Golpear la mesa”, decir bravuconadas y expresarse como profesor prepotente fue mérito nacional y supuesta humillación a Carlos Mesa –el mandatario boliviano. Se produjo el milagro de una conmovedora “unidad nacional”, desde el gobierno a la derecha más reaccionaria, y casi todo el espectro político, salvo honrosas excepciones. Se entonaron loas celebrando a Lagos.

Hacía años que no se montaba en Chile un circo chovinista como los de Errázuriz, el canciller de J.L. Sanfuentes que en 1920 inventó la “guerra de Don Ladislao”, ésa que destruyó la sede de la Federación de Estudiantes por anidar “espías bolivianos”.

Por su renuencia a negociar de verdad la mediterraneidad de Bolivia, la política exterior chilena tiene ahora que vérselas con un “grupo de amigos” de la nación afectada, 17 países entre los que figura el oportunista EE.UU. de George Bush.

Pareciera que Relaciones Exteriores no es lo mismo que Relaciones Comerciales. Quizás para no confundirse otros países tienen ministerios de Comercio Exterior. Saben separar los negocios de la política internacional. Y muchos otros supieron resolver políticamente los desajustes provocados por la fuerza de las armas, no sólo los ingleses que en estos años devolvieron Hong Kong a los chinos. Total, con la guerra que terminó en 1893 el territorio de 570.000 km2 creció casi un tercio con los 180.000 km2 conquistados a Perú y Bolivia. Los bolivianos no piden que les devuelvan todo, sino apenas una salida soberana al mar. Y si pronto se cumplirán 100 años del Tratado de 1904, ojo que en 1907 es el centenario de la matanza de la Escuela Santa María de Iquique, ciudad que tampoco era chilena. Allí el ejército dio muerte a muchos compatriotas que combatieron en la guerra de 1879-1883, además de mujeres y niños. No eran peruanos ni bolivianos, sino clase obrera chilena, carne de cañón rezagada en el Norte para trabajar en las nuevas riquezas de Mr. North, las salitreras.

Hoy habría dos mandatarios renuentes a negociar territorios ocupados en guerras: Sharon, en Oriente Medio, y Don Ricardo Lagos, en América del Sur. Triste política exterior...

ernestocarmona@vtr.net
Periodista chileno y presunto “espía boliviano”


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Ernesto Carmona - Paralelo 21


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