No es raro que luego de cincuenta años con una política de defensores de parcialidades, los aliados, pivotes de este proceso, quienes prestan oídos a sus candidatos locales y regionales, hacia la visión socialista, comiencen a reclamar cuotas de poder que les permitan manejar a su antojo recursos políticos y económicos del erario público regional.
Están más interesados en el poder regional inmediato que obtengan, que en contribuir con su esfuerzo en remar hacia la construcción del Mundo Nuevo. No se dan cuenta que los puntofijistas están enfermos críticos, dejemos que entren en terapia intensiva, no hagamos el juego, no seamos inmediatistas o será que en el fondo somos lo mismo, dejemos los intereses particulares y rememos hacia donde sopla el viento, tengamos presente que las motivaciones del pueblo son mayores ya que el pueblo sin una visión perecería.
Conocemos el papel pivotal de los aliados. Sin embargo, la culpa es de la manipulación que uno y otro hace en defensa de la aspiración a alcanzar el dominio regional que puede otorgarle el triunfo electoral de su candidato, tanto del hegemón como de los aliados; ya que el que está más cerca del Presidente le dice lo que le interesa para defender su posición e igual cosa ocurre con los que están cerca de los Diputados.
Pero el Presidenta y los Diputados no se dan cuenta de que para quienes les hablan, quienes les susurran al oído, no importa hacia donde sopla el viento por que no saben hacia donde van; lo que les interesa es lo inmediato que el resultado electoral pueda otorgarle.
Que nos puede importar el triunfo de un Alcalde o Gobernador si lo que queremos es construir la revolución, sólida, poderosa, que sirva para establecer la igualdad y la justicia; la buena intención no sustituye el mal juicio, si éste existe, los que no caminen de la mano con el pueblo se caerán por su propio peso.
José Luis Pérez
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