El mayor enemigo de este proceso de cambios revolucionarios en democracia ha
sido y sigue siéndolo la impunidad. Es realmente vergonzoso tener que
admitirlo, pero es la cruda realidad. Allí vemos a los cuatro gatos de esa
descordinadora democrática golpista mostrando en todo momento su
irracionalidad y su torpeza, evidenciando, además, una total incapacidad
para provocar en el seno de su propia organización un liderazgo unitario y
menos aún mensajes hacia la consecución de la paz, el respeto a las normas
de la democracia y programas alternativos a una gestión de gobierno como la
actual, la cual ha hecho posible en estos últimos cinco años, avances
increíbles en la lucha contra la desigualdad, la injusticia y la pobreza,
con acciones muy concretas en las áreas de la salud, la educación y el
trabajo, a través de la puesta en marcha de una serie de planes de largo
aliento, muy bien concebidos e instrumentados, como son las misiones:
"Barrio Adentro", Robínson", Ribas", "Sucre", "Mercal" y "Vuelvan Caras",
entre muchos otros que tienen que ver con el fomento masivo a la agricultura
y la ganadería, al cooperativismo y a la pequeña y mediana industria, sobre
la base de la asistencia oportuna e integral, tanto en los aspectos técnicos
como financieros.
Allí continúan envalentonados esos dirgentes de la CD, sin mostrarle al país
un planteamiento coherente, de alta madurez reflexiva acerca de los grandes
problemas que afectan a los venezolanos. Nada de eso les angustia. De ellos
solamente se siguen escuchando consignas vacías, como: "fuera Chávez...!,
"Chávez asesino", "ni un paso atrás..." y otra muy curiosa, "no nos calamos
el comunismo", elaborada ésta última a los sólos fines de congraciarse con
el "State Departament" y, obviamente, orientada a engañar incautos por la
vía de revivir hechos históricos de la guerra fría, que nada tienen que ver
con nuestra realidad. Pero están allí vivos aún, fundamentalmente por la
impunidad, impunidad esa que está a punto de hacer metástasis si no somos
capaces de estirpar con urgencia el tumor que la está provocando. Y, por
supuesto, continúan allí todavía por el enorme poder económico y mediático
que hasta la fecha los ha venido sosteniendo, apoyo éste, por cierto, que
por los runrunes que se escuchan insistentemente, está en pico de zamuro,
pues los financistas internos y, sobre todo los externos (CIA?) de la
conspiración para derrocar el gobierno, parece que ya no están dispuestos a
seguir invirtiendo un centavo más en lo que se atreven a calificar, ahora,
como de una aventura irresponsable.
Es casi imposible predecir que esta gente de la oposición acuerde tomarse un
descanso para pensar y reflexionar acerca de los inexplicables errores que
toda su dirigencia ha cometido en esa obstinada postura que los llevó a
adoptar la decisión de salir de Chávez a como diera lugar, sin evaluar en su
justa y precisa dimensión, tres aspectos que, en nuestra opinión, resultaba
imprescindible hacerlo, para evitar tropiezos, como son: a) La pertinencia
de optar por la violación del estado de derecho establecido, pisoteando para
ello la Constitución y las leyes de la República; b) La realidad de un país
cuyo 80% de su población está integrada por ciudadanos de tercera, es decir,
la masa de excluidos históricamente y que ahora con el gobierno de Chávez,
nos caiga o no simpático este caballero, han recibido de él la mano amiga
que los quiere sacar del foso donde están y con el mayor respeto,
convertirlos en seres dignos, funcionales y necesarios para el gran proyecto
que a todos los venezolanos nos debe preocupar, el cual no es otro que echar
el país hacia adelante para convertirlo en una patria próspera, libre, justa
y soberana y, c) El hecho inocultable de que esa Constitución que no
quisieron leer en el momento oportuno, fue aprobada en referéndum por la
mayoría de los venezolanos.
De manera que esa diversidad de criterios orientados exclusivamente hacia la
salida de Chávez sin mirar el cómo y a qué costo y que manejan a toda hora
los dirigentes de esa "descordinadora", visto el terrible descalabro que se
les viene encima cuando el CNE le informe al país que el revocatorio
presidencial no va, simplemente, porque los interesados no recogieron la
cantidad de firmas necesarias, no les permite meditar con un mínimo de
racionalidad lo que deben hacer de aquí en adelante para evitar nuevas
trastadas. Sus integrantes andan como locos. Algunos, como Julio Borges y
Salas Roomer, pidiendo perdón por los sucesos del sabotaje petrolero,
convencidos (?) de que los venezolanos somos eunucos y, otros, ofreciendo
convertirse en cadáveres si ello ocurre, como bien lo aseguró a viva voz el
inefable guerrillero de pacotilla de los años sesenta, Américo Martín y, en
fin, una zafia de bandidos que vivieron durante años disfrazados de
honorables señores y que, ahora, por culpa de una tempestad de pueblo que no
cesa en arrastrar la podredumbre que dejó el puntofijismo por los caminos y
rincones de Venezuela y que, sin que pequemos de exagerados, continuará su
marcha hasta que la patria quede limpia de la escoria, la traición y la
explotación en que se la matuvo desde los mismos albores de su
independencia.
Ciertamente que el peor enemigo que enfrenta la Revolución Bolivariana es la
impunidad. ¿Cómo es posible que personajes como Carlos Ortega, Juan
Fernández, Carlos Fernández, Manuel Cova, Orlando Urdaneta, Napoleón Bravo,
Ibelisse Pacheco y otros que sería prolijo enumerarlos, anden libres como si
no hubieran roto un plato? Ellos y muchos más, perfectamente identificados y
confesos de forma pública y notoria, fueron corresponsables del golpe de
abril/02 y de los terribles actos de sabotaje y terrorismo posteriores, a
través de sus arengas y partes de guerra diarios que se transmitían por TV y
por la prensa escrita. Pero lo más grave aún es que continúan en la misma
prédica. Basta con ver los programas informativos y de opinión, o leer la
llamada "gran prensa", en donde no se ahorran los discursos llenos de rabia,
de mentiras y de medias verdades a granel, pero orientados en su totalidad a
mantener y a estimular la confrontación y la diatriba guerrerista como única
opción para resolver lo que ellos denominan la grave crisis del país. Es una
realidad que está a la vista de los venezolanos todos y del mundo, y
mientras la Fiscalía, a quien le compete en exclusividad la responsabilidad
de las imputaciones penales, no actúe, estamos llevando a nuestra patria por
caminos que no son, precisamente, los que la conducen a su estabilidad y a
su grandeza.
Las movilizaciones del pueblo deben orientarse en lo adelante a solicitar
castigo ejemplar y urgente a esos irresponsables que pretendieron empantanar
el país en el charco de la dictadura y que aún continúan empeñados en lograr
ese objetivo. ¡Ya basta...! Pongámosle un parao... a esa asquerosa conducta
de la tolerancia bochornosa y cómplice...!
Hay que llevar a la cárcel y pronto a los responsables de los hechos
condenables ocurridos con el golpe de abril/02 y de todos los bestiales
actos terroristas posteriores, organizados, instrumentados y aupados por los
factores del fascismo, agrupados en esa mal llamada Coordinadora Democrática
y su vanguardia mediática, leáse: Globovisión, Venevisión, Radio Caracas
Televisión, Televen, El Na-zi-onal, El Universal y pasquines como Tal Cual,
entre muchos otros.
El pueblo organizado y unido debe asumir la vanguardia de un esfuerzo
sostenido para que ello sea posible.