En días recientes, la UPEL volvió a ser noticia por su reiterada participación en esta especie de “combo universitario” que incluye a las principales universidades autónomas del país en su plan para desestabilizar y subvertir el orden democrático. No es de extrañar esta nueva aparición que contradice al “exquisito” rector Luis Marín, que mientras se une a las voces de los otros rectores a reclamar presupuesto, recibe en el rectorado “supuestas” donaciones de egresados de la universidad para la campaña de la oposición política.
La UPEL no se ha hecho famosa sólo por ese incidente, sino que suma en su haber, la penosa edición de libros que abordan el nuevo pensamiento pedagógico upelista, inspirados en el presunto violador Nixon Moreno hoy escondido en la sede de la Nunciatura y claro líder del movimiento estudiantil opositor, que entre otros meritos tiene el de haber cursado estudios durante casi 17 años en la ULA y premiado por el hoy alcalde de Mérida con el título de Politólogo, vergüenza nacional para quienes ostentan esa titulación universitaria. Pero lo que hemos visto es sólo una pasada por encima de lo que en Gato Negro ocurre, hay otros niveles de decisión en la UPEL como es el caso de sus Institutos que en particular llaman la atención, me referiré al caso de Maturín, sede que conozco y de la cual egrese y aún mantengo estatus de estudiante activo en el posgrado.
No es extraño que el llamado del Consejo Directivo del pedagógico de Maturín a concurso de oposición con la anuencia del flamante rector, resultara sospechosa en su oferta y peor aún en la designación de sus jurados. Lo cierto es que la UPEL repite el viejo modelo instalado en la universidad venezolana y que nos explica el contexto de crisis estructural que hoy arrastra a la mayoría de estas instituciones, el ejercicio perverso del autoritarismo, el desconocimiento de los actores progresistas y el aniquilamiento de los que osen pensar diferente. Parece el mundo al revés, pero mientras se acusa al proyecto Bolivariano de autoritario, a lo interno de las universidades se ejerce la peor de las dictaduras, en primer lugar los estudiantes universitarios no pueden darse su propia autoridad académica, sus votos no son pesados en proporcionalidad, equivalencias que terminan haciendo impensable una participación real de los mismos. En segundo lugar, está instalada una perversa práctica de los votos jubilados, lo que significa, que quienes ya no están en la Universidad activos terminan decidiendo el destino de la universidad.
En tercer lugar, los obreros y administrativos son una fuerza relegada del plano de las decisiones políticas sobre el destino de la universidad. Elementos que impiden la democratización de la universidad y la posibilidad de un gobierno por corrientes progresistas, que cada día más son reducidas por la coerción, la difamación y el terrorismo laboral.
Una universidad como la UPEL, tiene como misión central la de asesorar al Estado en materia educativa, suponemos que el pensamiento de Nixon será el modelo pedagógico a seguir sustituyendo así la pesada y angustiosa carga que les deja Prieto Figueroa o el propio Bolívar. La Experimental Libertador, extrañamente, no discute a su interior los elementos que fundan la pedagogía radical o crítica, por el contrario cada día más parece estar cercana al Marketing y pensar que la complejidad educativa se reduce a un juego de roles entres compradores del saber y quienes lo expenden. Ningún texto de Giroux, Maclaren, Freire, Rodríguez, Bolívar o Prieto, circulan en sus imprentas salvo algún contrabando que logra colarse ante los filtros editoriales, contrariando los lineamientos que el pueblo venezolano dio en la constitución de 1999 donde claramente se sientan las bases del modelo educativo nacional, que entre otros punto debe fortalecer la independencia nacional y la formación de una ciudadanía crítica y participativa en todos los niveles de gestión pública.
¿Está formando la UPEL para la realidad venezolana?, lamentable para los venezolanos que somos quienes pagamos la educación pública en este país a través de nuestros recursos, fundamentalmente el petróleo, la noticia no es alentadora, es que la UPEL jamás le ha rendido cuentas al Estado venezolano ni menos al pueblo, sus aulas en estos últimos años han estado dedicadas a formar a educadores para una realidad que hoy no existe en el país. Mientras este drama se extiende en todos sus núcleos, los intereses de clases, de esas élites formadas a su interior y que con el mecanismo de exclusión antes reflejado gobiernan al interior de las casas de estudio, hoy ratifican su salto al vacío al institucionalizar la práctica de los concursos de oposición “amañados” y confirman una vez más que no existe ninguna seriedad en sus cuestionamientos al proyecto bolivariano.
Por un lado embisten con sus canales de televisión y demás medios de comunicación contra las nuevas Universidades o misiones sociales, pero en su ombligo a lo interno, planean concursos de oposición donde se violentan la propia ley creada por ellos que obliga a que sean actos públicos. Así, vemos como un director decano de Maturín ilegalmente desvía los concursos de oposición de su sede ante la reserva y la dignidad de los estudiantes y profesores activos que se niegan a que la universidad desaparezca y en actitud de resistencia, bloquean el acto ilegal, lo que llevó a un acto de desespero: mudar la sede de los concursos de oposición. Es absurdo creer como la UGMA, universidad privada con sede en Bolívar se convirtió en un Bunker al mejor estilo de Lester Rodríguez, sin jurados principales, con suplementes “cuadrados” y sin ningún acceso al público en general; consumaron su orgía. Los resultados desalentadores para quienes egresamos de esa Universidad o quiénes aún cursan estudios en ella, mientras la UBV dio paso a concursos de oposición con la participación de sus profesores y la asistencia contralora de obreros, administrativos, estudiantes, comunidad, colectivos sociales, la UPEL en una actitud fascista vuelve a burlarse de los venezolanos y engrosa a su plataforma docente a quién cumpla con el simple requisito de ser hermano, primo(a), novio(a), amiga (o) o simplemente compadre de la autoridad de turno.
¿De qué calidad nos hablan en las universidades autónomas?.
*Prof. Geografía e historia, Egresado de la UPEL